31 de marzo de 2009

Textos Asia 2009: Brahmanismo II

TEXTOS
Vedismo y brahmanismo II


1. “Entonces ni siquiera era la nada, ni la existencia.
No había aire entonces ni los cielos más allá.
¿Quién lo cubrió? ¿Dónde estaba? ¿Quién lo cuidaba?
¿Había entonces agua cósmica, de profundidades insondables?...
Pero, después de todo, ¿Quién sabe y quién pude decirlo,
de dónde vino todo, y cómo tuvo lugar la creación?
Las mismas divinidades son ulteriores a la creación.
De modo que ¿quién sabe verdaderamente de dónde ha surgido?.”



2. “Tráeme un fruto de la higuera.
Aquí está uno, señor.
Ábrelo.
Ya lo abrí, señor.
¿Qué es lo que ves?
Semillas muy pequeñas, señor.
Abre una de ellas.
Ya la abrí, señor.
¿Qué es lo que ahora ves?
Nada, señor.
Hijo mío, dijo así el padre, lo que no puedes percibir es la esencia, y en esa esencia existe el poderoso árbol de la higuera. Créeme, hijo mío, en esa esencia se encuentra el sí-mismo de todo lo que es. Ésa es la Verdad...”

Julio López Saco

30 de marzo de 2009

Arquitectura hinduista de India septentrional (ss.IX-XIII)







El templo hindú del norte, denominado genéricamente nagara, es, en realidad, un mandala, la morada de la divinidad y la representación de la montaña Meru. Su proyección y construcción, en el marco de un planteamiento fundamentalmente espiritual, actúan a modo de ofrendas sacrificiales. Los templos son la realización práctica de los Vastu-Sastras o manuales sacros de arquitectura, que deben ser interpretados por el brahmán-arquitecto y el sacerdote-artista o silpin. Los volúmenes arquitectónicos del nagara son el sikara o sala de la divinidad (torre bastante oscura que constituye la habitación de la deidad, y en la que se encuentra la estatua del dios, con una cubierta más elevada para significar mayor sacralidad), y la mandapa o sala de los humanos (un pabellón destinado a la oración de los fieles, a las ofrendas y danzas rituales), El mandapa, abierto a todo el público, tiene un uso menos sagrado y una decoración un tanto más profana. Además, en relación a sendos volúmenes esenciales hallamos en los templos la antesala de la divinidad o jaga-mohana y la antesala de los humanos (ardha-mandapa). En todo el norte, entre los siglos IX y XIII se diferencian cuatro estilos arquitectónicos: el de Orissa, el Rajputana, el de Gujarat y el de Bundelkhand.

La primera imagen corresponde al templo Lakshmana, en Khajuraho, dinastía de los Chandella, de estilo Bundelkhand. Está datado en el siglo XI; la segunda pertenece al templo dedicado a Surya, en Konarak. Estilo de Orissa, dinastía Ganga. Su cronología se enmarca en el siglo XIII; la tercera foto ilustra el templo de Lingaraja, en Orissa, perteneciente a la dinastía Ganga. Es del siglo XI. La última ilustración es la de un Nagara de Orissa, en concreto, el Sikara del templo de Brameshwara, datado en el siglo XI.
Prof. Julio López Saco

Historia de India II: Reinos regionales hindúes

Historia de India II
Julio López Saco
En el centro, sur y oriente de India se establecieron los principados territoriales o reinos regionales entre los siglos VII y XI. Los príncipes se convirtieron en reyes empleando un marco ideológico así como las instituciones regias, como mecanismo modelo para integrar tribus y jefaturas locales. Este proceso se llevó a cabo en tres etapas sucesivas: la primera, en la que un jefe tribal se transformaba en un príncipe local hindú; la segunda, en la que aquel se convertía en rey rodeado de samantas, conformando, así, un reino antiguo, y en la tercera, alguno de estos reinos extendía sus límites integrando nuevos samantas[1].
En la zona del Deccan se destaca la presencia, en el siglo VII, de los Chalukyas de Karnataka, cuyo poder dinástico fue elaborado por el rey Pulakeshin II. Durante el ejercicio de su poder debió enfrentarse a los Pallava de Kanchipuram, fuerza predominante en la costa suroriental, ayudado por los tributarios de éstos, los Cholas y los Pandyas. Estos conflictos continuarán hasta mediado el siglo VIII. Hacia el oeste de la meseta del Deccan la hegemonía quedó en manos, en la octava centuria, de los príncipes Rashtrakutas. Dantivarman II adquiere el rango de soberano en 754 derrotando a los Chalukya, si bien fue Krishnaraja I y sus descendientes, quienes acabarán consolidando su predominio político derrotando a Pallavas y a Gurjara-Pratiharas (dinastía del centro-norte de India)[2]. Después del reinado de Krishnaraja II (877-911), serían los descendientes de un gobernador llamado Taila los que consoliden, durante todo el siglo XI, el poder en el Deccan.
En la primera mitad del siglo IX se creó un estado en torno al golfo de Bengala, denominado Palas, caracterizado por su celo protector del budismo, en especial de una versión tántrica influenciada por el culto de la diosa madre. La decadencia de los gobernantes Pala en el siglo XII permitió que un príncipe tributario llamado Vijayasena, se hiciese con el poder y diese lugar a la creación de la dinastía Sena, cuyos gobernantes reinaron hasta comienzos del siglo XIII desde la capital ubicada en Nadiya. Los Sena lograron controlar Bengala, Bihar y Orissa, pero acabarían cediendo ante la llegada de los musulmanes y el establecimiento de un sultanato.
La dinastía sureña de los Pallava tiene su momento de esplendor con los monarcas Mahendravarman y Narasimhavarman, durante el siglo VI. El primer soberano, se caracterizó por su afán poético y por su devoción a Shiva, mientras que el segundo por su dedicación a la construcción y decoración de santuarios rupestres hinduistas y la construcción del puerto de Mahamallapuram. Imponiéndose militarmente a Cholas, Pandyas y Cheras, los Pallava de Kanchipuram dominan todo el sur entre los siglos VI y IX. En el siglo noveno de nuestra era se produjo, sin embargo, fruto del desgaste provocado por las luchas contra los Rashtrakutas, el surgimiento del liderazgo de los Cholas (dinastía de príncipes que habían sido tributarios de los Pallava). Con capital en Tanjore (Thanjavur), en la costa de Coromandel, la extensión territorial bajo su mando era realmente pequeña. Sin embargo, a fines del siglo X, Uttama Chola y su descendiente Rajaraja I, conquistaron Sri Lanka y las islas Maldivas. A comienzos del siguiente siglo, el rey Rajendra I conquistó los Chalukyas, dominó el territorio del Ganges, dirigió una expedición naval a Sumatra y Malasia y derrotó al imperio Shirivijava y a sus tributarios en esta lejana región insular. Todo ello contribuyó, en efecto, al establecimiento de una suerte de talasocracia chola hasta bien entrado el siglo XIII. Este dominio de las costas orientales de India y de la región de Indonesia y el sudeste de Asia pudo tener que ver con expediciones de saqueo pero también con una voluntad expansiva tipo chakravartin o de soberanía universal. Los Cholas desplegaron una fuerza militar y diplomática con la intención de controlar y asegurar las rutas marítimas de comercio. A fines del siglo X también los chinos deseaban fomentar el comercio, lo que propició embajadas de los Cholas, considerados por el emperador como un estado tributario especialmente honorable. La relación diplomática del rey Suryavarman I de Camboya con los Chola parece responder a un deseo de reacomodo de las influencias comerciales en la región. El estado de Angkor había expandido sus fronteras hasta la zona de influencia de los Shrivijaya en Malasia, y por ese motivo envía presentes al gobernante Chola con la intención de establecer una alianza[3]. Esta misma política de entendimiento fue seguida por su sucesor Suryavarman II (el constructor de la fastuosa Angkor Vat). Las diversas conexiones étnico-religiosas de las colonias mercantiles propiciaron que muchos comerciantes judíos y árabes, establecidos en las costas del suroeste, acabaran sacando ventajas a sus contactos en el país de origen.
Además de estas fuerzas o poderes regionales hubo una presencia relevante de centros intermedios durante estos siglos. Es el caso de la dinastía Ganga Occidental, en Karnataka, cuyos gobernantes fueron fieros defensores del jainismo, el de los dinastas Ganga Orientales, en Orissa, el de los Hoysala y Gajapatis, sucesores de los Ganga, o los singulares casos de Cachemira y Assam, ambos territorios válvulas de escape de la cultura budista e hindú hacia las comunidades-oasis del Asia central (Khotan, Turfan, Kucha) y el occidente chino. Los conflictos entre los poderes regionales más poderosos tenían como trasfondo la pretensión de dominio efectivo de los estados intermedios, en realidad autónomos. El equilibrio de fuerzas entre todos ellos ayudó a impedir la proliferación de escaramuzas o conquistas más allá de las fronteras establecidas, proporcionándoles, por el contrario, estabilidad política y la sólida consolidación de sus particularidades culturales. Claro que dicho equilibrio favoreció también las rivalidades interregionales, que se intensificaron durante un par de siglos: entre los Gujara-Pratiharas y los Palas; entre los Rashtrakutas y Kanauj, Rashtrakutas y Gujara-Pratiharas; Rashtrakutas y Cholas, Cheras y Pandyas. En el sur de India, los Cholas se vieron usurpados por los Chalukyas orientales, factor que favoreció la independencia de hecho de Hoysalas, Pandyas de Madurai y Kakatiyas, que sólo sucumbirían ante el poderío del sultanato de Delhi.

[1] Una vez fragmentado el imperio Gupta se conformaron varios principados en pequeñas zonas regionales. Algunos de sus jefes derrotaron a otros fuera de esas áreas y algunas tribus se verían desplazadas, teniendo que recluirse en zonas áridas y montañosas, o quedando sometidas como sudras. Los nuevos grandes reyes se apoyaban en los brahmanes ofreciéndoles tierras y privilegios, fundando nuevos pueblos con miembros de esa casta brahmánica (agraharas). Los territorios anexionados mantendrían el estatuto de reinos tributarios.
[2] Esta época, políticamente convulsa es, sin embargo, de gran riqueza cultural, particularmente en las artes plásticas. Pulakeshin II es representado en los frescos de Ajanta; algunos dioses de la mitología hindú son profusamente representados, como el Shiva danzante o Nataraja y el Vishnu Trivikrama (rescatador del Universo del mando de los demonios en la forma de un enano bastante desagradable), que influyeron en el arte Pallava; se levantan los templos esculpidos en la roca de Ellora, destacándose el Kailasanatha, mandado esculpir por el mencionado Krishnaraja I.
[3] Una inscripción epigráfica en Tamil Nadu, fechada en 1088, hace alusión a la presencia de una agrupación de mercaderes de India meridional en la isla de Sumatra, lo que prueba el interés mercantil y la rivalidad de las diversas fuerzas políticas en disputa. La arqueología y la documentación texctual señalan que la función de los mercaderes indios era erigir ciudades de administración propia, mientras que los puertos, aunque también autónomos en realidad, estaban bajo el control de oficiales reales. Este comercio de ultramar propició la diferenciación entre mercaderes locales (svadeshi) y aquellos de largo alcance o nanadeshi, considerados, estos últimos, un evidente factor del poder Pallava allende sus fronteras.

27 de marzo de 2009

Arquitectura budista. Angkor (Camboya)-Wat Xieng Thong (Laos)


La primera imagen corresponde a la famosa y espectacular Angkor, conjunto de templos budistas e hindúes, ubicada al noroeste de Camboya. Se fundó a finales del siglo IX, y se convirtió en la capital de la dinastía Jemer en ese país en época del reinado de Yasovarman I (889-900), quien la bautizó con el nombre de Yasodharapura (ciudad sagrada o capital). La ciudad original se elevó alrededor del Phnom Bakheng, un templo situado en una colina que simboliza la montaña o axis mundi (Meru), que se ubica en el centro del mundo según la cosmología hindú y budista. Otros gobernantes ampliaron la ciudad, construyendo más templos dedicados a varias deidades, así como diques necesarios para el riego, acumulaciones de agua que simbolizaban el océano que circundaba la sagrada montaña central. La más relevante edificación del complejo de templos de la ciudad es Angkor Wat, que fue construida durante el reinado de Suryavarman II (1113-1150), como un reflejo de su asimilación como encarnación de Visnú. Angkor Wat presenta varios patios de muros concéntricos que rodean una estructura central con cinco torres en forma de hojas de loto. Sus distintas galerías están decoradas con esculturas que representan escenas de las leyendas asociadas al dios Visnú. En la segunda ilustración mostramos el Templo Wat Xieng Thong, erigido hacia 1560, de clara inspiración budista, y ubicado en la ciudad de Luang Prabang en Laos, sudeste de Asia.
Prof. Julio López Saco

Arquitectura budista. Ciudad de Hué en Vietnam




Serie de fotografías pertenecientes a la ciudad prohibida de Hué, en Vietnam. En origen, este recinto fue la capital de Vietnam del Sur (antigua Cochinchina) de los dinastas feudales Nguyen, entre 1558 y 1775. En ella gobernaron los emperadores de esta dinastía desde 1802 hasta 1945. Hué se mantuvo, incluso, como capital de Vietnam hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. La primera imagen que aquí mostramos corresponde a la Puerta Ngo Mon o Puerta del Mediodía, que facilita la entrada a la Ciudad Imperial. Sobre ella, el llamado Balcón de los Cinco Fénix, desde donde el soberano dirigía los ritos de estado y promulgaba el calendario lunar. Seguidamente, mostramos una de las múltiples puertas y pabellones presentes en el recinto y, finalmente, la Pagoda de Thien Mu (o Dama Celestial), uno de los símbolos más destacables de la ciudad. Cada uno de los siete pisos decrecientes está dedicado a un manushibuda, es decir, a las apariciones de Buda en forma de hombre.
Prof. Julio López Saco


24 de marzo de 2009

Protohistoria de Irán


La fotografía inicial corresponde al zigurat del período elamita medio de la localidad de Choga Zambil, en el Khuzistán iraní. Se trata de un zigurat-torre escalonada con forma piramidal, que constituye la base al templo ubicado en la parte superior. La segunda ilustración se refiere a un hacha hallada en la región de Luristán, Irán occidental, datada entre los siglos X-IX a.C. Es una ofrenda votiva decorada con un arquero que se desplaza y está a punto de hacer un disparo. Detrás de la figura aparece una flecha curvada.
Prof. Julio López Saco

Monedas Gupta: Chandragupta II

Par de monedas del rey Chandragupta II, hoy en el Museo Guimet parisino. La primera , a la izquierda, muestra el tipo Chhatra, mientras que la segunda refleja el tipo arquero, también viculado con el monarca.
Prof. Julio López Saco

Mapas de época Gupta y alfabetos indios




Las imágenes muestran dos mapas de la época imperial Gupta y una tabla con los alfabetos de India.La escritura gupta fue empleada entre los siglos IV y VI. El período imperial Gupta ha sido considerado como la edad clásica de la India clásica y la época de mayor esplendor de la literatura hindú. El sánscrito, lengua principal, estuvo íntimamente asociado con el brahmanismo, de modo análogo a como el latín lo estuvo con la Iglesia Católica Romana. Con el tiempo se convirtió en la lengua literaria y en lingua franca de la religión.
Prof. Julio López Saco

23 de marzo de 2009

La península de Korea: mapas y datos básicos


Ambas Coreas (Norte y Sur), se hallan ubicadas en una península situada entre el Mar del Japón y el Mar Amarillo. Corea del Sur tiene una superficie de 98500 kilómetros cuadrados, y una población algo menor a los 50 millones de habitantes. La ubicación precisa de la península es entre los 33º y 43º de latitud norte y 124º y 131º de longitud este.
Prof. Julio López Saco

Egipto antiguo: nombres del faraón y almas de los muertos

Los nombres del faraón y las distintas almas de los difuntos en el Egipto faraónico
Prof. Julio López Saco
Los nombres, epítetos y títulos del faraón egipcio se constituían como emblemas distintivos que lo relacionaban con los dioses y su autoridad. Los reyes egipcios poseían, durante su reinado, cinco nombres. El primero, y más arcaico era Her (Horus), representado en forma de halcón. Solía aparecer inscrito en el serej, suerte de rectángulo que remedaba la fachada del palacio sobre la que aparecía el halcón. De este modo, el faraón era la personificación de este dios en la tierra. En tiempos del Imperio Nuevo, el epíteto hijo de Horus era seguido de “toro fuerte”, aludiendo a su poder fecundador. El segundo era Nebty, las dos señoras, el buitre del alto Egipto y la cobra del bajo (Nekhbet y Wadjet[1] respectivamente). Con este título se simbolizaba el poder del faraón en todo el territorio. El tercero era Her Nebu o bien Horus de Oro, que implicaba la identificación del dios con el sol e, indirectamente, confirmaba la naturaleza divina del mandatario. El cuarto título o denominación regia era Nesu-bity (el que corresponde al junco y a la abeja), símbolos de la soberanía del rey (y de su papel garante de la estabilidad política), sobre el alto y el bajo Egipto, respectivamente. Al lado de este título se ponía aquel escogido por el propio faraón al subir al trono, que era colocado en el interior del cartucho (un círculo oblongo), formado por una cuerda, simbolizando, así, una especie de mágica protección. El quinto título aparece a partir de la IV dinastía, en concreto desde el rey Kefrén: Sa Re, hijo del dios Re, que vinculaba, en una relación de parentesco paterno-filial, al sol con el soberano. A este nombre le seguía otro, el que el rey había recibido en el momento de venir al mundo.
Para el egipcio de la antigüedad cada persona poseía una serie de componentes esenciales. Estos eran el cuerpo (jat), el corazón (ib), el ka, el ba, el aj, el nombre y la sombra (shwt). Además de cuidar el cuerpo y adecentarlo en todo momento durante el período vital, en la tumba del fallecido, además de su cadáver, debía de haber estatuas del difunto, que podrían relevar el cuerpo si este desapareciese. El corazón (y no el cerebro), es la sede de la conciencia, los sentimientos, la inteligencia y las emociones (al igual que ocurría en Aristóteles o en Mengzi). Al lado del cuerpo, el corazón, que guardaba las malas acciones del individuo, debía permanecer incorrupto para que perdurase, aun después de muerto, la individualidad del deceso[2]. El ka es la fuerza vital (doble, sustento), que surge al nacer y perdura toda la vida. Al morir la persona, el ka permanece y habita en la tumba. Sería, en consecuencia, una especie de espíritu inmóvil con necesidades vitales, de ahí que fuesen necesarias las ofrendas de comida al difunto. El ka suele representarse, en su forma jeroglífica, con dos brazos hacia arriba, con los antebrazos verticales y las manos con las palmas abiertas hacia el frente y señalando hacia arriba. El ba, por su parte, es la personalidad, el alma, espectro, fantasma o espíritu del muerto. Es móvil, sale del cuerpo, y se representa como un ave con cabeza humana[3]. Aunque goza de cierta libertad de movimientos, por la noche debe regresar al sepulcro. El aj, representado en las tumbas en forma de ibis crestado, era la reunión del ka y el ba tras la muerte para formar un ser espiritual perdurable y definitivo del difunto. Una vez fallecido, el individuo podía convertirse en un espíritu transfigurado o aj, o bien en un muerto definitivamente muerto, que desaparece de cualquier nivel de existencia (mut)[4]. El nombre de la persona es fundamental porque es parte de la propia personalidad. Un nombre grabado podía sustituir, perfectamente, al cuerpo o a una estatua. De aquí se deduce que un grave daño al difunto consistía en borrarle su nombre. Finalmente, la sombra se consideraba un elemento constitutivo del ser humano, cuya función era, esencialmente, la de protegerlo de cualquier peligro o daño.
[1] La diosa cobra conforma el ureo en la corona que portaba el faraón.
[2] Tras el fallecimiento, el corazón se pesaba en la balanza ante el tribunal de Osiris. Si el corazón pesaba más que maat (verdad, justicia, orden), el individuo era arrojado a las fauces de un monstruo, llamado Amit, con forma de cocodrilo, hipopótamo y león, que lo devoraba. Esto suponía perder, irremediablemente, la perdurabilidad de la vida espiritual. Si el corazón equilibra la balanza, el ka y el ba se juntan y constituyen un aj o espíritu definitivo.
[3] Puede ser una golondrina o un halcón, entre otros pájaros.
[4] Sería algo ligeramente semejante a la diferencia existente entre las ánimas benditas y las de los condenados.

Historia de la antigüedad coreana

Antigüedad coreana
Prof. Dr. Julio López Saco
El origen de Corea puede haber estado relacionado con una rama tungús de la familia lingüística uralo-altaico, que habría emigrado desde el noroeste de Asia hacia el noreste de China (Heilongjiang) y, desde allí, a Corea. El Samguk Yusa, obra del siglo XIII, menciona que la primera dinastía en Corea fue llamada Hwuanin, mientras que la segunda, etiquetada como Gojoseon, datada entre el 2300 y el siglo II a.e., fue creada por un personaje semi-mítico llamado Tangun o Dangun. Los mitos cuentan que Dangun fundó varias tribus, reunidas en un reino que adquirió la denominación Chosun (tierra de la calma de la mañana). En esta época se estableció la presencia de colonias militares chinas, a partir de una invasión ordenada por el soberano Han, Wu Di, en el año 109 a.e., en el territorio de la actual Corea. A la vez, varias tribus comenzaron a distinguirse de entre otras, fundamentalmente Koguryo (37 a.e.-668) en el norte, además de Silla (57 a.e.-668) y Paekche (18 a.e.-660), en el sur. Los tres estuvieron más o menos influenciados por China y su cultura. El nacimiento de estos Tres Reinos (que se desarrollaron entre 57 a.e. y 668) coincidió con el desarrollo y fin de la dinastía Han en China (220). Peregrinos, emisarios, refugiados políticos y monjes chinos transmitieron la escritura china, la literatura del continente, el budismo, las artes plásticas, los sistemas socio-políticos y los métodos agrícolas que, poco después, fundamentarían la cultura en Japón. Los dos últimos reinos acaban coaligados en contra de Koguryo (reino esencialmente guerrero), pero va a ser Silla el que, finalmente, gracias al apoyo de los dinastas Tang en China (618-907), se imponga, conformado un reino único en toda la península hacia el año 668.
El Reino Unificado de Silla (668-935), con capital en Kyongchu, utilizó el budismo como doctrina, ideología y religión oficial del Estado. Muchos de los templos budistas, como las grutas Sokuram, están extensamente decorados con pinturas murales con seres inmortales y diversos Budas. A partir de mediados del siglo VIII comenzó una paulatina decadencia en el reino debido a corruptelas, luchas internas entre grupos aristocráticos y una cierta fragmentación del poder central a manos de los nobles y grupos rebeldes. Uno de estos rebeldes (Wang Geon) consiguió instaurar en la ciudad de Song do (hoy Gaeseong), una nueva dinastía, llamada Goryeo (de donde deriva el actual nombre del país), y posteriormente logró rendir definitivamente el poder de Silla en 935. Este nuevo reino, que cronológicamente se dilató hasta fines del siglo XIV, fue el que tuvo que lidiar con los intentos de invasiones mongolas que, más de una vez, obligaron a los dinastas a firmar tratados de paz y entendimiento.

Historia de India I. El clasicismo Maurya y Gupta

Historia de India I
Julio López Saco
El estado Maurya (320-185 a.C.), primer imperio unificado en India septentrional y meridional, surgió a partir de la lucha contra las bases militares macedonias. Chandragupta, su primer rey, una vez que se hace del trono del reino de Maghada y establece la capital en Pataliputra, se asocia a Seleuco I para hacer frente a su rival Antígono. La imagen de este estado centralizado fue bien reflejada por el embajador Megástenes y en el tratado Arthashastra. Asoka (268-233 a.C.), nieto de Chandragupta, heredó un reino que se extendía territorialmente hasta Karnataka. Desde la capital presidía cuatro regiones nucleares distanciadas por territorios habitados por poblaciones autónomas. Sin embargo, enlazadas entre sí estas zonas nucleares por las rutas comerciales, cada una estaba comandada por un gobernador que, usualmente, era un pariente del rey. Declarado defensor del budismo, concretamente de su ética y moral, afianzó al budismo al considerarlo como religión oficial del estado. El uso del budismo fue contemplado como necesario para consolidar una fuerza de control social y como un elemento propagandístico que ayudaba a cimentar y legitimar una autoridad estatal[1]. La usurpación del poder, manu militari, por parte del brahman Pushyamitra en 185 a.C., puso fin a la dinastía.
Tras la caída Maurya se produce un período de casi cinco siglos de duración en los que el predominio y actuación histórica se adjudican a la presencia y acción, esencialmente comercial, de varios reyes indogriegos, que controlaron zonas del noroeste de India Pakistán y Afganistán, hasta el siglo I a.C. Estos monarcas fueron sucedidos por los Sakas y los Kushan, poblaciones nómadas de estirpe escita[2]. Estos últimos lograron unificar un territorio bajo el mando de un monarca llamado Kaniska I que, rápidamente, se identificó con los bodhisattvas budistas y algunos dioses hindúes, lo que serviría para legitimar su poder.
La dinastía Gupta[3] (333-497) unifica la India del norte y configura una síntesis cultural que se difundirá hacia el sur. La dinastía comienza con Samudragupta, conquistador de varios territorios, y continua con Chandragupta II, que expansiona le territorio del imperio. No obstante, será con Kumaragupta (415-455), cuando la estructura administrativa se consolide definitivamente. Esta fue una época de gran tolerancia religiosa y el momento de esplendor de la obra poética y dramática, en el seno del devocionalismo hindú, de Kalidasa. Las incursiones de las tribus que formaban la confederación de los hunos debilitaron el imperio y sus bases. A mediados del siglo V, no obstante, los hunos fueron derrotados por turcos centroasiáticos, pero varias tribus llegadas con las oleadas migratorias hunas se mantendrían, conformándose como el origen de los clanes rajputs[4]. El fin del período clásico indio, de las dinastías Maurya y Gupta no trajo consigo, sin embargo, el final del sistema económico, la debacle de las características culturales o el final de las formas de gobierno monárquico. Todo ello seguirá vigente hasta el imperio Mughal del siglo XVII.
Al terminar el imperio Gupta se produce una fuerte descentralización política, con la presencia de gobernantes semiautónomos, la aparición de un estamento terrateniente, originado a partir de las antiguas donaciones a los templos y los brahmanes, y el paso de una economía monetaria a una agraria, en forma de aldeas autosuficientes. Hay un evidente declive urbano y una ruralización general. Además, también acontece una nueva sujeción del campesinado, una proliferación de castas (aparecen nuevos grupos como el de los escribanos o kayasthas), y la religiosidad se colorea de ideología, pues la piedad (bhakti), y los rituales tántricos efectuados, sobre todo, en las cortes principescas, acentúan el sentido de lealtad y devoción, favoreciendo con ello los lazos de tipo feudal. En definitiva, hay un proceso de cierta feudalización en India. No obstante, a partir del siglo IX, se impulsa, gracias al comercio y la religión, una reurbanización. Las iniciativas propias de reyes y ministros, la celebración de ferias y el surgimiento de nuevos centros religiosos, los nuevos impulsos de las actividades comerciales de los puertos y la concesión de estatuto urbano a varios asentamientos rurales favorecen dicha reurbanización.
El estado de Kanauj (606-647), de una extensión similar al imperio Gupta, tuvo que combatir, en la persona del rey Harsha, con varios estados vecinos para consolidar su poder, basado en un nuevo sistema administrativo fundamentado en el samanta (príncipes de reinos vecinos sometidos en los que mantienen cierto control pero como tributarios leales). Esta práctica creó una especie de círculo de príncipes tributarios (samantachakra), que conforma una variedad india de feudalismo. Kanauj acabaría convirtiéndose, en los siglos IX y X, en el centro de una dinastía, la de los Gurjara Pratiharas, que llegaría a gobernar buena parte del norte de India.

[1] Los grupos Ajivika y los brahmanes también fueron beneficiados por la política gubernamental de Asoka.
[2] Sakas y Kushan no conforman imperios en forma de estados centralizados, sino una suerte de agregaciones de gobiernos locales nominalmente controlados por ellos.
[3] Hasta comienzos del siglo VI la historia de India es una historia del norte del país. Los imperios clásicos, Maurya y Gupta, con fundamentos en el territorio de los ríos Indo y Ganges, apenas tuvieron algún impacto en el sur. Sólo a partir del siglo VII esta dinámica empieza a cambiar.
[4] El origen mítico de los rajputs surge a partir de la vinculación del clan de los Paramara al fuego familiar o Agnikula, purificado por un rishi. Al remontar su origen al elemento fuego se emparentaban con los legendarios linajes solares y lunares, que se consideraban descendientes de Rama y Krishna. En cualquier caso, la preeminencia rajput pudo estar estrechamente relacionada con la expansión de la agricultura sedentaria y el desplazamiento de diversas tribus autóctonas. En las etapas más arcaicas de la conformación de los clanes rajputs se constata la construcción de una serie de fortalezas con finalidad defensiva y social, pues estaban asociadas al dominio del terreno y de los campesinos, que trabajan esas tierras.

18 de marzo de 2009

Textos Asia 2009: Brahmanismo I

TEXTOS
Vedismo y brahmanismo


1. “Yo glorifico a Agni, el gran sacerdote del sacrificio, el adivino, el oficiante, el que presenta la ofrenda a los dioses y que es poseedor de una gran riqueza (...). Adorador, ve hacia el sabio y poderoso Indra, que concede a sus amigos los mejores beneficios: consúltale sobre la capacidad del sacerdote sabio que recita sus alabanzas (...). Ofreced a Indra el jugo que está preparado para la ceremonia, que es el honor del sacrificio y que regocija a los mortales (...). Soma, nuestra inteligencia te comprende enteramente; tú nos llevas por un camino recto; tú eres aquel que practica las buenas obras; estás dotado de potente energía y todo lo conoces; provocas lluvia bienhechora por efecto de tu grandeza; guía de los hombres, las ofrendas de los sacrificios te han sustentado (...). Tú, que reinas sobre todas las cosas, escucha nuestras súplicas; te adoramos dirigiéndote un himno nuevo y solemne; tu amigo, que es nuestro bienhechor, te celebra; concédenos todo lo que deseamos (...). Te invocamos, jefe de los ejércitos celestes, sabio entre los sabios, abundante sin medida en alimentos de toda especie, dueño soberano de la oración: escucha nuestras súplicas, sé nuestro protector y siéntate en la sala de los sacrificios (...). Como una nube tormentosa, el héroe armado irrumpe en la vorágine de la batalla. ¡Gloria a ti y cuerpo ileso!, ¡protéjate la recia armadura!. Con nuestro arco queremos conseguir rebaños. Con nuestro arco ganaremos batalla tras batalla. Con nuestro arco, terror del enemigo, confiamos adueñarnos de las tierras. Como si quisiera ceñir a su amado y hablarle al oído, como esposa, así susurra la cuerda, cuando la flecha se desprende rauda en el fragor de la lucha”.


2. “... El mundo yacía entonces envuelto en espesas tinieblas y sumergido en sueño por todas partes. (...) El Ser existente por sí mismo, en cuanto los sentidos externos pueden comprender, hizo perceptible el universo mediante los cinco elementos primitivos, se manifestó y, resplandeciendo con la claridad más pura, disipó la oscuridad... Habiendo decidido él solo, el Ser Supremo, hacer que todas las cosas emanaran de su propia sustancia (de la sustancia del Ser), hizo que surgieran las aguas y en ellas depositó un germen fecundo. Ese germen se transformó en huevo de oro, brillante como astro de mil rayos luminosos, y en el cual el Ser Supremo se reveló en la forma de Brama...
Por medio de partículas sutiles emanadas del Ser se constituyeron los principios de todas las cosas que formaron este mundo perecedero, derivado del Ser imperecedero. Cada uno de los elementos primitivos adquiere las cualidades de todos los que le preceden, de ese modo un elemento cualquiera, mientras más separado esté en la serie, más cualidades reúne.
Esos seres, en virtud de actos anteriores, nacen entre los dioses, los hombres o los animales, y experimentan sus transformaciones sin fin a través del mundo que se destruye y se renueva sin cesar.
Después de haber creado el Universo de esa manera, Aquél cuyo poder es incomprensible desapareció de nuevo, absorbido en su alma y reemplazando el tiempo que pasa por el tiempo que viene (...) Y por medio de esos sueños y de esos reposos alternativos el Ser inmutable, sin cesar y sin fin, hace vivir o morir al conjunto de criaturas inmóviles o movientes.”

17 de marzo de 2009

Pintura romana: Pompeya y El Fayum


La primera imagen muestra al emperador Septimio Severo y a su esposa Julia Domna. Pintura de El Fayum. La segunda ilustración corresponde a una joven mujer escribiendo. Es un significativo ejemplo de pintura pompeyana del siglo I. Estos retratos, como el de la pareja imperial, son representaciones relativamente realistas de personas de cierta relevancia política o social. Se colocaban sobre el rostro de la momia de la persona fallecida. Eran ejecutados en madera o sobre las vendas de lino. Los modelos eran siempre jóvenes e idealizados, puesto que los retratos debieron ser realizados cuando el modelo aun vivía. Es factible que el retrato fuese usado expuesto en la vivienda y que, únicamente tras el fallecimiento del dueño de la casa, se aplicase sobre su momia. La pintura romana, por su parte, se empleaba en edificios públicos para denotar realismo. Generalmente al fresco, las pinturas se protegían con una capa de cera para avivar los colores. Suele hablarse de cuatro estilos pictóricos en la pintura pompeyana: el de incrustaciones, de origen helenístico; el arquitectónico, que llega hasta comienzos del imperio, y presenta espacios arquitectónicos que se completan con paisajes ajardinados y figuras; el ornamental (siglo I), de detallada decoración, y el del ilusionismo arquitectónico, escenográfico o teatral, bien representado por las pinturas de la Villa de los Misterios en Pompeya.
Prof. Julio López Saco

12 de marzo de 2009

La mitología en la animación de Japón. Breve reseña

Evocación, magia y mito en el anime japonés de Hayao Miyazaki*
Julio López Saco
Hayao Miyazaki, es un dibujante de cómics (manga), ilustrador, productor y director de películas de dibujos animados japoneses (anime) innovador y original. Influido por directores japoneses como Mizoguchi y Kurosawa, por la pintura del "mundo flotante[1]" o mundo de las apariencias, impermanente, fluctuante, efímero y transitorio, budista, es decir, en el que habitamos (y que es el origen de las estampas japonesas, grabados xilográficos o en madera, llamadas ukiyo-e, iniciadas en el período metropolitano Edo-Tokyo, que retrataban el mundo placentero, mundano), como Utamaru y Hokusai, y por diversos escritores y directores de animación, se observa en sus animaciones una profunda meticulosidad de sus historias, una cuidada atención al detalle y una gran diversidad de temas y escenarios, además de una peculiar forma de integrar símbolos o referencias míticas en las historias que narra y visualiza. Cinematográficamente, en particular, Miyazaki practica una suerte de forma arcaica del Shinto que enfatiza una continuidad intuitiva y emotiva con el mundo de la naturaleza, orgánica y viva. Los mitos culturales de Japón y la idea de un país idealizado, que vive en equilibrio armónico con la naturaleza, suelen ser referentes esenciales de sus obras. El mundo que concibe y expresa en sus animaciones, repleto de iconografía e imaginería oriental, es el de una especie de universo paralelo fantasioso y mítico donde lo extraño parece habitual y común, la magia y la fantasía se conjugan con lo artesanal, y lo moderno se visiona como antiguo y vital. Su ilimitada imaginación y sus historias no son lineales ni previsibles, sino sendas sinuosas, entreveradas. Sus cuentos se doblan y desdoblan en una multiplicidad de pliegues, sus personajes evolucionan y se transforman, en tanto que la acción se desplaza en un aparente caos. Todo es un canto a la libertad creativa. Las moralejas se superponen y afloran universales valores. En sus filmes predomina la metáfora, la sugerencia, la intuición, la evocación; en un apalabra, el mito.

[1] Estos grabados fueron producidos en Japón entre los siglos XVII y XX. Muestran imágenes paisajísticas, del teatro y de los cuartos del placer. Su origen directo se encuentra en los trabajos de un solo color de Hishikawa Moronubu en la década de 1670. El tema original de los ukiyo-e era la vida urbana, en concreto, las actividades de los sitios de entretenimiento y desahogo. Atractivas cortesanas, luchadores de sumo y actores muy populares eran representados realizando acciones sugerentes para el público común.

*El texto completo se encuentra en la sección Perfiles, en la página http://www.investigacioneshistoricaseuroasiaticas-ihea.com/

10 de marzo de 2009

Neolítico en India

La más antigua cultura neolítica de todo el sur de Asia fue Mehrgarh, cuyos inicios se sitúan en torno al 7000 a.e. Se ubicó en Beluchistán, Pakistán actual. Aunque en ciertas épocas se defendió la hipótesis de que el neolítico en India provenía de occidente (emparentado con la fase protohistórica de El Obeid del sur de Mesopotamia), o del sudeste de Asia, no es descartable la presencia de un neolítico en la región vinculado con Mehrgarh, Kulli y Nal. Entre las industrias líticas principales se destaca Choga-Nagpur. Uno de los primeros sitios neolíticos en India es, también, Lahuradeva, en el valle medio del río Ganges, yacimiento datado en torno a 7000 a.e. Las más recientes excavaciones llevadas a cabo en Jhusi (7100 a.e.) por el Departamento de Historia Antigua, Cultura y Antropología de la Universidad de Allahabad, han demostrado, en último caso, que el área fue una región nuclear del cultivo del arroz durante el período de neolitización. En el sur de India el proceso de neolitización es más tardío, en torno al III Milenio a.e., extendiéndose hasta 1400 a.e., momento en el que se comienza la transición al megalitismo.
Prof. Julio López Saco

Arqueología del Neolítico chino: Yangshao




Las imágenes muestran restos arqueológicos pertenecientes a la cultura neolítica Yangshao, datada entre 5000-2500 a.e. Su desarrollo geográfico ocurrió en las provincias de Henan, Shaanxi, Gansu y Hebei. Conocido por su alfarería roja decorada con diseños estampados y figuras animales, este pueblo vivía en casas redondas o rectangulares, con techos cónicos o a dos aguas, y con pisos semi-hundidos. Las tumbas se encontraban en espacios separados de las viviendas. Los tres sitios o asentamientos principales, de los casi mil que pertenecen a este horizonte cultural, fueron descubiertos en Hougang, Gaolouzhuang y Anyang, destacándose la gran villa de Jiangzhai. En el registro arqueológico, las capas más profundas son Yangshao, las del medio Longshan y las superiores pertenecen a la cultura Xiaotun, que corresponde ya a la cultura del bronce de la dinastía Shang.
Prof. Julio López Saco

6 de marzo de 2009

Imágenes del vedismo V


La primera imagen corresponde a un relieve que muestra una representación del dios guerrero Indra y de Surya, un dios védico que representa al Sol, generalmente representado como un hombre rojo con tres ojos y cuatro brazos, montado en una carroza tirada por siete yeguas, y sosteniendo lirios de agua en dos de sus manos. El relieve se encuentra en Bhaja. En el Brahmana Satapatha (texto sobre explicaciones rituales, elaborado por los brahmanes), se indica que Agni, Indra y Surya hicieron una serie de sacrificios, factor que les hicieron más poderosos que otras deidades. Es por eso que se transformaron en una tríada muy popular y venerada en el vedismo, reemplazada más tarde por la trinidad o trimurti puránica hinduista de Brahmā, Vishnú y Śiva. En la segunda imagen vemos una personificación de Agni, con el símbolo del cordero, un dios del fuego purificador y mensajero de los dioses. En el arte hindú se le suele representar con dos rostros, sugiriendo con ello sus efectos beneficiosos y destructivos, con ojos y cabello negro, tres piernas y siete pares de brazos. De su cuerpo emanan siete rayos de luz. Este ejemplo que aquí mostramos se encuentra en el Museo Guimet parisino.
Prof. Julio López Saco

5 de marzo de 2009

Textos Asia 2009: cultura del Indo

TEXTOS
Cultura del Indo


1. ...”no existen restos de grandes templos, como en Mesopotamia, ni de suntuosas tumbas, como aquellas que guiaban a los faraones egipcios al otro mundo; dicho de otro modo, no hay en esta ciudad pruebas de que se haya impuesto jamás un reinado ni una teocracia. Lo que podemos apreciar son más bien los vestigios de una complicada sociedad basada en la clase media (...) si bien se han desenterrado algunas armas, no existen piezas talladas que refieran escenas de guerra, como las esculturas y textos procedentes de Egipto y Mesopotamia.(...) Alentado por el descubrimiento de 30 esqueletos humanos entre las ruinas, sir Mortimer Wheeler, escribió que hombres, mujeres y niños perecieron en horrible matanza por calles y en las casas, y fueron abandonados o, en los casos menos crueles, cubiertos crudamente, sin recibir los últimos auxilios espirituales. Para Wheeler, esa matanza coincidía con los himnos que narran la destrucción de las ciudades a manos del feroz y belicoso Indra. En nuestros días, los arqueólogos refieren que no se han hallado armas ni ninguna prueba de que haya ocurrido ataque alguno. Muchos arqueólogos dudan de que haya habido alguna invasión...”.


2. “... la mano muerta del conservadurismo en el diseño, más que en la técnica, se hace en todos los productos harappenses. Se conocían complejos procesos técnicos, pero la producción padecía de uniformidad y de utilitarismo casi puritano. Al trabajar dentro de estos estrechos límites de formas tradicionales, fosilizados por los siglos de una rígida posición mental de la que no cabía escapar, el artista o artesano pudo hallar pocos caminos, salvo en el desarrollo de la maestría técnica. El cuadro de la civilización de Harappa parece haber excluido los grandes monumentos, como templos, palacios o sepulturas, en los que una explosión de proezas artísticas hubiera podido redundar en gloria de dioses y orgullo de un monarca espléndidamente derrochador. La reserva de esos lisos muros de ladrillos, la arquitectura sin adornos de incluso los edificios de la ciudadela, la monótona regularidad de las calles y el sofocante peso de una muerta tradición se combinan para hacer de esta civilización una de las fases menos atractivas de la Historia de Oriente”.

3 de marzo de 2009

Monedas de la antigüedad: Persia sasánida

La imagen corresponde al anverso y reverso de una moneda de época sasánida que refiere al rey Cosroes II (en su grafía en griego), o Khusro II, que reinó entre 591 y 628.
Prof. Julio López Saco

2 de marzo de 2009

Programa Historia de Asia I-2009

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
ESCUELA DE HISTORIA



Ciclo: Pre-especialización
Departamento: Formación Histórica Especial
Cátedra: Historia Universal
Asignatura: HISTORIA DE ASIA
Prelación: ninguna
Código: 0334
Créditos: 04
Horas semanales: 04
Semestre: I-2009
Profesor: Dr. Julio López Saco



Introducción


El amplio desarrollo cronológico y espacial de la historia asiática y sus diversas perspectivas en el seno de los estudios generales y particulares del continente, hacen inabarcable, en un único período semestral, un pormenorizado análisis de todas aquellas regiones y culturas que desde el neolítico se han establecido en Asia. Por este motivo, nos veremos forzados a ofrecer una visión objetiva y un tratamiento más específico y puntual de aquellos procesos que requieran un análisis profundo y nos sirvan de eje de referencia para comprender el proceso histórico de culturas de gran raigambre civilizatoria en el continente asiático, como la hindú o la china.
Entre las diferentes posibilidades que ofrece el ámbito espacio-temporal que vamos a estudiar, adoptaremos, desde una óptica metodológica, el análisis de las formas socio-culturales, ideológicas y religiosas, y su relación con los procesos económicos de pequeña y de amplia envergadura, insertos en un contexto enmarcado en la protohistoria y la antigüedad india, china y japonesa.
Dentro de las grandes áreas geográfico-históricas que abarcan China, Japón y el subcontinente indio, haremos especial hincapié en sus orígenes histórico-culturales, en las formas de pensamiento filosófico y religioso, que han sentado las bases culturales que todavía hoy perviven en toda el Asia oriental, y en las vinculaciones con la historia “occidental”, en especial en lo referente al impacto cultural, producido por estas milenarias y, en algunos casos, tradicionalistas culturas orientales.
Los hechos históricos concretos y la contextualización de los procesos culturales principales de estos territorios serán trabajados en clase por los alumnos en función de la bibliografía general y específica recomendada en el programa y del diferente material de apoyo y complementario que el profesor vaya repartiendo a lo largo del semestre. Se procurará que los alumnos participen activamente en los debates que, a juicio del profesor o espontáneamente, puedan surgir. En este mismo orden de cosas, se darán las pertinentes explicaciones referidas a los conceptos históricos particulares de los temas a estudiar, así como a la cronología específica y a términos de uso convencional (occidente-oriente, por ejemplo) o singular de las culturas referidas.


Contenido del programa


Tema general del curso: El orientalismo asiático en la antigüedad: sus formas socio-culturales e ideológico-religiosas.

Tema 1. India

1.1 Las culturas del Indo y los indoeuropeos arios védicos

Objetivos: Establecer la ubicación geográfica de estas culturas, su carácter urbano y comercial, y estudiar la llegada de las corrientes arias seminómadas, con una nueva religión y nuevos elementos culturales, que van a ser básicos en la conformación india. Analizar los resultados generales de este contacto.

1.2 Los Vedas y la sociedad de castas

Objetivos: Estudiar el carácter específico de los textos védicos y la conformación de la rígida estructura social de castas que, con pocas alteraciones esenciales, ha llegado hasta la actualidad. Destacar las primeras bases de lo que será el hinduismo.

1.3 El Budismo

Objetivos: Analizar una de las grandes formas religioso-filosóficas de India, con especial énfasis en él como religión internacional a través de su peregrinaje por toda Asia oriental y su papel artístico y económico.

1.4 India en la Historia Universal: historia e historiografía. Clasicismo e Hinduismo

Objetivos: Repasar la particular visión historiográfica que sobre India tiene occidente y remarcar el papel de la historia entre los hindúes, considerada como legendaria o como una ficción poética. Se revisarán los primeros contactos con occidente: desde el helenismo a los portugueses. Se explicarán los caracteres más básicos del Hinduismo.

Tema 2. China

2.1 La mitología en China. Concepto del mundo y creación del hombre

Objetivos: Observar y comprender las particularidades del pensamiento mítico cuya impronta, a pesar del expurgamiento confuciano, es esencial en el desarrollo filosófico posterior.


2.2 China prehistórica: Yangshao, Longshan y el bronce de la dinastía Shang / Yin

Objetivos: Analizar el neolítico chino y la creación de la sociedad agraria en la época del bronce. Se estudiará el surgimiento de la idea imperial y de algunas de las bases culturales y mentales que todavía hoy definen a este enorme país.

2.3 Concepto de historia e historiografía china

Objetivos: Revisar el origen del concepto de historia plasmado en los textos chinos y la visión de una China tradicionalista y esclerotizada por parte de la historiografía occidental. Se comentarán los inicios y logros de la sinología (en especial, francesa e inglesa).

2.4 Confucianismo y Taoísmo

Objetivos: Estudiar las corrientes filosóficas chinas por excelencia: el racionalismo confuciano, creador de un estricta moral de obediencia ciega al gobernante, y el naturalismo taoísta, en particular relación con el Ying-Yang y la teoría de los Cinco Elementos, fundamentado en la repulsa a todo lo material que implica la sociedad.

2.3 La escritura y la medicina tradicional

Objetivos: Se hará una visión general de dos ámbitos culturales clave, que han despertado interés en occidente: la escritura, sus orígenes rituales y las particularidades que la hacen exclusiva, y el naturalismo filosófico que impregna la medicina china, siempre de actualidad como medicina alternativa.

Tema 3. Japón

3.1 Los orígenes: las culturas prehistóricas y el nacimiento del Estado Imperial. Los períodos de Nara e Heian

Objetivos: Hacer una revisión general referente a las culturas japonesas más antiguas (Jomon, Yayoi), y a la conformación del Estado unificado bajo la dinastía imperial en la llanura de Yamato.

3.2 Referentes culturales: las artes, el teatro, la ceremonia del té

Objetivos: Analizar algunas de las formas culturales propias de la cultura japonesa en tanto que reflejo de actitudes socio-políticas y religiosas de una época determinada.


Instrumentos y técnicas de evaluación


A partir del material bibliográfico y audiovisual, y de textos complementarios, los alumnos elaborarán comentarios de texto específicos referentes a la materia explicada y debatida en clase. Se realizarán además, dos parciales individuales de carácter interpretativo-analítico. También se podrán valorar las lecturas que se vayan haciendo a lo largo del semestre. La nota definitiva constará de: 1º, la valoración de las participaciones motivadas por los comentarios de texto hechos previamente y discutidos en clase, la explicación de diapositivas y / o videos-documentales y, 2º y 3º, los dos parciales escritos.
La intervención activa en debates y discusiones en clase podrán servir, por lo tanto, para aumentar o disminuir las calificaciones obtenidas por los estudiantes a lo largo del semestre.


Bibliografía

(Selección)


General


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Whitney Hall, J., (1984), El Imperio japonés, ed. Siglo XXI, Madrid.


Material audiovisual general


a. Japón


Documental P&A, Geishas.

Cuando el viento sopla (animación), de J.T. Marukami.

El viaje de Chihiro, Hayao Miyazaki

Cuentos de Tokio, de Yasuhiro Ozu

El intendente Sansho, de Kenji Mizoguchi

Cuentos de la luna pálida después de la lluvia, de Kenji Mizoguchi

Lluvia Negra, de Shohei Imamura

La Balada de Narayama, de Shohei Imamura

Los sueños de Akira Kurosawa, de Akira Kurosawa

Kagemusha (La sombra del guerrero), de Akira Kurosawa

Ran, de Akira Kurosawa

Rashomon, de Akira Kurosawa

Los siete samuráis, Akira Kurosawa

Rapsodia en Agosto, de Akira Kurosawa

Golpe de Estado, de Yoshida Kiju.




b. China


Documental Civilizaciones perdidas: China, dinastías de poder, Time Life.

Documental Religiones del Mundo: taoísmo y confucianismo

Documental Los tesoros perdidos del Yangzi

La semilla del crisantemo, Zhong Yimou

La linterna roja, Zhong Yimou

El último emperador, Bernardo Bertolucci

Ch’in, Cheng Kaige.

Héroe, Zhong Yimou

La maldición de la flor amarilla, Zhong Yimou

El Banquete, Feng Xiaogang


c. India


Documental Religiones del Mundo: hinduismo

Documental Religiones del Mundo: budismo

Asoka, Santosh Sivan
Sidharta, Conrad Rooks
Gandhi, de Richard Attemborough


Otros


Especial: The pillow book, de Peter Greenaway.

- Shusaku Endo, El Samurai. (Novela histórica).

- Hermann Hesse, Sidharta

Monedas Kushan de Asia central


La primera imagen muestra unas monedas del reino de Kushan, datadas en los siglos I-II. Se trata de un reino centro-asiático, de origen indoeuropeo, fruto de los movimientos migratorios de los pueblos Yuetzi, que tuvo al budismo como religión oficial; la segunda ilustración corresponde a unas monedas de oro del rey kushan Kanishka I, vestido a la usanza de un bodhisattva, también datadas entre los siglos I-II de nuestra era. Este reino, relativamente efímero, fue, sin embargo importante en la región, en torno al reino de Gandhara, que configuró un arte mixto greco-búdico, estilísticamente grecorromano y temáticamente budista del norte de India.

Prof. Dr. Julio López Saco