23 de febrero de 2011

Cronología de la Antigua Cultura del Indo


Las imágenes corresponden al sitio de Rakhigarhi, descubierto en 1963, y al asentamiento de Dholavira, en Gujarat
Los más recientes estudios paleoarqueológicos han propiciado la conformación de una ajustada cronología referida a la Cultura del Indo, en la que se prioriza el carácter urbano y se retrasa la llegada de poblaciones indoarias. La fase más antigua corresponde al denominado período de los productores de alimentos, datada entre 6300 y 4000 a.n.E., y a la que pertenecen las etapas más arcaicas de Mehrgarh (Beluchistán). Al segundo período, llamado Pre-urbano, cuya datación se encuadra entre 4000 y 2600 a.n.E., corresponden las fases más recientes de Mehrgarh, además de los yacimientos de Kot Diji, Amri, Kalibangan y las fases antiguas de los asentamientos de Dholavira y Harappa. El período urbano, ciertamente clásico en el desarrollo cultural del Indo, datado entre 2600 y 1900 a.n.E., presenta una uniformidad de la cultura material, el empleo de sellos y escritura, el uso de un sistema de pesos y medidas estandarizadas, la aparición y consolidación de estilos cerámicos diferenciados, la elaboración de figurillas humanas y zoomorfas, así como la constatación de ciudades planificadas.Al mismo corresponden las grandes urbes: Harappa, Dholavira, Mohenjo-Daro, Ganweriwala y Rakhigarhi. El período post-urbano (1900-1300 a.n.E.), es una etapa en la que se constata el abandono de las grandes ciudades y se generalizan los asentamientos rurales en la llanura del sistema Ghaggar-Hakra y en la región noroeste de India, concretamente en Gujarat.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB, 23 de febrero del 2011

18 de febrero de 2011

Aspectos míticos del tiempo en la Grecia de la Antigüedad

En el seno de la mitología griega el tiempo se asociaba con el movimiento y los cambios, relación que recogerán Aristóteles y Platón. Este estrecho vínculo fue concebido a través de tres divinidades, Aión, una deidad del tiempo absoluto y perfecto, representante de la eternidad; Chrónos, dios temporal en tanto que dimensión empírica y, por tanto, su medida. Es una deidad móvil, limitada e imperfecta, una imagen, según Platón, de la propia eternidad; y Kairós, entendido como el momento favorable, como la oportunidad no regular ni habitual.
Aión inicialmente se asocia con el tiempo vital, pero acabó designando la Eternidad, como se observa en Heráclito, la duración sin principio ni fin, la totalidad simultánea de todos los tiempos. Esta eternidad supone una presencia simultánea y sin sucesión, sin quedar definida por la enumeración de sus diferentes partes, motivo por el cual se concibe como transcendente o que está más allá del tiempo. Los griegos la concibieron como un tiempo perfecto, en particular en relación a su imagen, Chrónos, caracterizada por ser un tiempo imperfecto y una presencia sucesiva. En cualquier caso, ambos se necesitan para que exista el tiempo. Aión fue personificado en dos formas diferentes en la Antigüedad clásica, como un anciano, señor del tiempo y de lo inmutable, eterno y perfecto, y como una persona joven que sostiene un zodíaco a través del cual circulaban las estaciones, reflejando con ello el movimiento cíclico que simbolizaba la perfección del movimiento y la vinculación de todas las cosas entre sí.
Chrónos personificaba el tiempo cronológico, aquel de la sucesión ordenada, y por consiguiente, el que miden los relojes. Era el dios del envejecimiento progresivo, y se relacionaba con la agricultura y su ciclo estacional. Como entidad, provocó la separación definitiva entre lo divino-celestial y lo terrenal-humano, dando paso al orden cósmico que se impone al caos primigenio. Se le solía representar como un hombre anciano, o como un adulto maduro, en una actitud y postura pensativa o meditativa. El término Kronos fue empleado por Homero con la intención de designar un cierto intervalo temporal, si bien ulteriormente aludiría a todas las duraciones finitas. Es así que acabó denominando la sucesión en su abstracta universalidad. Era un tiempo caracterizado por lo móvil, lo finito, lo imperfecto y lo medible, el tiempo corriente de los humanos, con su inicio y su final.
Kairós era entendido por los antiguos griegos como un intervalo de tiempo bastante breve, pero no como el instante o presente actual del que manan Chrónos y Aión, sino como el momento adecuado o favorable, justo, equilibrado y moderado e, incluso, ético (como pudiera entreverse en Hesiodo). Se vinculó a la cualidad primordial del atleta, la de saber aprovechar el momento para ganar una competición. Es el tiempo de las decisiones propias de la actividad humana, así como la acción humana compenetrada con el ritmo de un proceso natural. Se refiere, en consecuencia, a la oportunidad precisa, pero no predestinada. La imagen tradicional de Kairós era la de un adolescente masculino, un tanto esquivo, alado, calvo o con un mechón de pelo a modo de flequillo, que se desplaza, sobre ruedas o gracias a sus pies alados, y sostiene una balanza en desequilibrio en su mano izquierda. Esta imagen simboliza aquello que únicamente ocurre una vez, la oportunidad precisa.
En resumen, el ideal de perfección inmutable y no sucesiva, Aión o la Eternidad, entendida como un presente simultáneo de todos los tiempos; su imagen imperfecta, Chrónos , tiempo que transcurre como una sucesión abstracta en el que discurre la vida, y, el momento de la acción humana, que aprovecha la oportunidad, personificado en Kairós, el momento favorable en el accionar humano, son las tres concepciones míticas del tiempo en la Grecia antigua, siendo las dos últimas las especialmente contempladas y usadas por la historia.


Breves referencias bibliográficas


-Campillo, A., “Aión, Chrónos y Kairós: la concepción del tiempo en la Grecia Clásica”. La otra Historia, n° 3, 1991, p. 29-45
-Jaques, E., La forma del tiempo. Barcelona, 1984
-Koselleck, R., Futuro pasado. Barcelona, 1993
-Ceballos Hornero, A & Ceballos Hornero, D.,“Categorías de tiempo histórico”, Éndoxa. Series Filosóficas, nº 21, 2006, UNED, Madrid, pp. 137-156.
Prof. Dr. Julio López Saco
Doctorado en Historia, UCV
Doctorado en Ciencias Sociales UCV

14 de febrero de 2011

Antiguas deidades de Mesopotamia III: Ishtar, Shamash, Ea

La imagen corresponde a un cilindro-sello del periodo sumerio-acadio, en el que aparecen, de izquierda a derecha, un león o, quizá, un grifo, con cabeza de ave, símbolo de la diosa Ishtar (Inanna, diosa de la fertilidad y la naturaleza, asociada a Venus); el dios Sin (divinidad lunar y nocturna, nacido en el mundo subterráneo, y deidad tutelar de Ur), un probable Árbol de la vida; Inanna con el fruto del mencionado árbol; Utu-Shamash (dios solar y de la justicia acadio) con un cuchillo saliendo desde abajo; un ave y una cabra, símbolos de Ea, además del fluir del agua con peces; Ea (acadio)-Enki (dios de las aguas y, por ende, de la fertilidad, así como de la sabiduría, guardián del me, el orden, el atributo básico de la civilización), del que parece fluir la mencionada corriente acuosa y, por último, un dios bifacial, de nombre Usimud, que realiza la funciones de intercesor ante los diferentes dioses. En la esquina superior izquierda aparece el nombre del propietario, Adda, un escriba. El sello se data entre 2300 y 2200 a.n.E., y se encuentra actualmente en el British Museum de Londres.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB, 14 de febrero del 2011

9 de febrero de 2011

Antiguas deidades de Mesopotamia II: los Inim sumerios

El término sumerio Inim, palabra, pronunciamiento de una decisión solemne, se refiere a las palabras formales y sacras de un sacerdote o mago, a partir de las cuales se desarrolló un sentido de encantamiento. Los semitas antiguos creían que una palabra pronunciada con formalismo, y contenedora de la fuerza de una orden o promesa, podía materializarse en algo real y definido, en una entidad. Esto significaba que las palabras de un sacerdote en circunstancias solemnes generaban un poder mágico. El vocablo se aplicaba a los dioses (un grupo de unos cincuenta) para la totalidad de los acontecimientos naturales. Es muy probable que representasen, en un primer momento, y a partir de un proceso sincrético, a las deidades patronales de las distintas ciudades sumerias. Ulteriormente se conocerían con el epónimo de Anunna ó Anunnaki. Pueden corresponderse, finalmente, a las divinidades esenciales del Cielo, cuyo carácter diferenciador se fundamentaba en su capacidad generadora y creativa.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB
9 de febrero del 2011

4 de febrero de 2011

Antiguas deidades de Mesopotamia: Nisaba

Nidaba o Nissaba (Nanibgal) era el nombre de una diosa sumeria de la escritura y el grano, hija de An o Anu, divinidad celestial, así como una deidad asiria de la astrología. Era adorada, en especial, por los escribas sumerios. Se la representa con el pelo ondeando y portando una tiara con una luna creciente entre cuernos, pues se asociaba con las cosechas.
Prof. Dr. Julio López Saco
4 de febrero del 2011

1 de febrero de 2011

Pensamiento en la Grecia antigua: los sofistas

Los sofistas, aquellos que enseñan la sabiduría, en un sentido práctico del término, son, en esencia, educadores (formalistas y dialécticamente manipuladores para Platón): Protágoras, Gorgias, Pródico, Hipias, Calicles, entre otros. Son fruto directo del desarrollo económico, cultural y político de Atenas, en relación a la democracia y las leyes (consideradas por ellos meramente convencionales). Se centraron en problemas de índole práctica, como la política, la moral, la religión, la educación y el lenguaje, si bien siempre con actitud relativista y escéptica. Son los herederos, de algún modo, de la función educadora de los poetas, y por ello, más que filósofos en un sentido estricto del término, deben ser considerados como educadores de líderes políticos. Enseñan oratoria y retórica, así como los poderes de la persuasión necesarios para actualizar el liderazgo político. En cualquier caso, sus enseñanzas no representan una doctrina monolítica, si bien son los creadores de lo que algunos señalan como “humanismo”: esto es, la cultura es interpretada como el cultivo de la naturaleza humana. Retienen la función educativa de la música y la poesía, pero no como expresión de un sentido sacro y mítico, sino como medios para desarrollar la naturaleza del hombre. A través de este ideal humanístico exploraron la relación entre la naturaleza dada en las personas y lo aprendido, proponiendo que el aprendizaje puede construirse sobre la propia naturaleza de cada quien, noción que contendía claramente con el antiguo ideal aristocrático, que señalaba que el carácter era hereditario, no adquirido. Con ellos, empezamos a vislumbrar, entonces, la racionalidad individual como una latente amenaza a la autoridad del estado, poniendo en tela de juicio a la polis en su sentido tradicional, y realizando una labor crítica de las instituciones y su funcionamiento.

Prof. Dr. Julio López Saco

Escuela de Historia, UCV

Escuela de Letras, UCAB

Doctorado en Ciencias Sociales, UCV