CEGAMIENTO DE POLIFEMO. FRAGMENTO DE CRÁTERA, 660 A.N.E., MUSEO ARQUEOLÓGICO DE ARGOS.
Los cíclopes corresponden a una
categoría de seres gigantescos de enorme fuerza, como los titanes y los
gigantes. Los titanes fueron seis dioses primitivos, hijos de Urano, que
combatieron por el poder con la nueva generación de deidades olímpicas. No
dejan de ser una referencia, ya desde antiguo, a la irracionalidad, la
violencia y el desorden. Los gigantes, de horrible apariencia, eran mortales
pero casi invencibles. Entre los más antiguos se destacan tres cíclopes
(Esteropes, Arges y Brontes, personificaciones de fenómenos atmosféricos como
las tormentas), que ayudarán a los olímpicos en la titanomaquia, y que se caracterizaban,
entre otros aspectos, por su único ojo en el centro de la frente, como los
cíclopes artesanos o constructores de Licia. Se suelen distinguir, a partir de los propios
mitógrafos de la antigüedad, tres tipos de cíclopes: los uranios, más primitivos,
de la generación de los gigantes, los sicilianos, como Polifemo, que participan
activamente en la Odisea, y los que se llaman artífices. Los hecatónquiros
hesiódicos, de cien brazos y cincuenta cabezas, son hermanos de los uranios.
Ya en la Odisea eran considerados
como seres pertenecientes a pueblos gigantes, salvajes
y pastoriles, caracterizados por sus tendencias antropofágicas y su
agresividad. Vivían la arcaica Edad de Oro y no sabían trabajar la tierra;
moraban en cuevas, nunca aprendieron a formar ciudades, siempre han carecido de
leyes y sus familias habitaban de modo aislado unas de otras. Su actividad
cotidiana se reducía al pastoreo y a la producción de leche y queso. En
esencia, representan, por lo tanto, la naturaleza bestial, sobre la que hay que
accionar para poder controlar el curso de las relaciones entre ella y el
hombre; son la fuerza natural personificada, y por eso tratan a las personas
como objetos naturales, como animales o simples cosas.
Prof. Dr. Julio López Saco
Doctorado en Historia, UCV
Doctorado en Ciencias Sociales, UCV