Diversas imágenes del Vaso de Princeton, perteneciente al período maya clásico, concretamente entre 600 y 800. La pieza se encuentra en el Art Museum of Princeton University.
En este vaso decorado con pintura se puede observar, en un lado, un viejo dios desdentado del inframundo que se sienta sobre un trono que está ubicado dentro de una convencional representación de una estructura palacial, con un dintel encima. Unos jaguares, con volutas que gotean y que sustituyen sus mandíbulas inferiores, adornan la azotea de la estructura. Los cortinajes, que eran usados para proporcionar intimidad en las estructuras mayas, que carecían, en sentido estricto, de puertas, revelan a un viejo señor sentado. Esta deidad, conocida entre los eruditos como Dios L, lleva su ropaje abierto y el sombrero amplio, sobre el cual se posa un búho. Además de gobernar Xibalba (el inframundo maya quiché), el Dios L era la deidad patrona del tabaco y los comerciantes. Aparece rodeado por cinco elegantes figuras femeninas, que pueden ser sus hijas o sus concubinas. Una de las mujeres detrás de Dios la L vierte el chocolate desde un vaso. Mientras, un conejo escriba, compañero regular del Dios L, se sienta debajo, registrando las acciones de la escena en un libro con cubiertas de piel de jaguar. Una deidad ata con delicadeza una pulsera sobre la mujer que está delante. Al lado, una escena hacia la izquierda, en la cual dos hombres que llevan máscaras y hachas de mano decapitan una figura que se encuentra atada. El ombligo de serpiente de una de las víctimas se riza hacia fuera, en dirección de uno de los verdugos. La escena, en términos generales, presenta estrechos paralelos con la narración mítica del Popol Vuh, en donde los héroes gemelos engañan a los señores del inframundo en relación a sus propias decapitaciones. Como es común en las narraciones mitológicas en muchas regiones de América, estos héroes retoman el día (y por ende el sol), no a través de hazañas llevadas a cabo haciendo uso de la fuerza bruta, sino por mediación de la astucia y el engaño, a veces, incluso, de un modo cómico. El texto glífico, muy formulario, en el borde superior del vaso. sirve para consagrar el mismo, especificando que se usaba para beber chocolate. Es probable que se empleara en banquetes como los aquí descritos.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB
Maestría en Historia de las Américas
Muy interesante, sobre todo el aspecto chino de las figuras y del resto de la iconografía del recipiente. Te mandé las imágenes de la máscara, posible máscara.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ahora me viene a la mente el nombre de esos adornos, OSCILLA.
ResponderEliminarSi Verónica, se trata de máscaras usadas como ofrendas, habitualmente con una función de expiación. Algunas representan a Dioniso y otras a deidades de carácter ctónico o telúrico. Un abrazo. Julio.
ResponderEliminar