26 de junio de 2012

Grandes dioses hindúes III: Las formas de Devi (II)

BHADRAKALI, DESTRUCTORA DEL UNIVERSO. SERIE DE LA DEVI TÁNTRICA, PUNJAB HILLS, BASOHLI, SIGLO XVII.


Entre las formas de la Gran Diosa se destacan varias. Una de ellas es Durga, representada como la diosa que mata el demonio búfalo (Mahisha). De tal guisa suele aparecer con diversas armas y montando un león. Con esta acción, restaura el equilibrio cósmico, demostrando su superioridad sobre las restantes divinidades. Para muchos de sus devotos, Durga es la forma fiera de la benigna Parvati. Otra de las formas de Devi es Annapurna, diosa de la plenitud, cuya personalidad es pacífica y fértil, y por ese motivo sus símbolos son una vasija de arroz y un vaso de leche. Es la deidad que prepara y dispensa los alimentos. Una de las formas más conocidas de la diosa es Kali, quien personifica la ira de Durga cuando mata al demonio-búfalo. Su nombre, la “Mujer Negra” sugiere su origen como deidad tribal. Mientras Durga es la deidad del campo de batalla, Kali lo es de la pira de cremación, situada al margen de los asentamientos humanos, un lugar de habitación, por tanto, de las poblaciones sin casta (intocables), y de diversos grupos tribales. Sin relaciones sociales, es el verdadero equivalente femenino de Shiva. El foco de su actividad religiosa está formado por adeptos individuales que buscan poder dominando peligrosas técnicas. Suele representársele mostrando la lengua, enrojecida y ensangrentada por la sangre de las víctimas sacrificiales, y con un collar de calaveras alrededor de su cuello. Aparece conectada, en consecuencia, con los dos elementos que más polución causan, la muerte y la sangre, un hecho que puede simbolizar el vínculo esencial entre vida y muerte, así como la irrealidad de toda la existencia fenoménica. Especialmente reverenciada en Bengala, su imagen más popular la muestra encima de Shiva (y a veces danzando sobre su cuerpo). Esta representación implica que el poder trascendente del dios solo se puede hacer inmanente interactuando con la diosa dominante. Sarasvati, por su parte, es otra forma benigna de Devi, reconocida por todos los grupos sectarios en India, sobre todo los jaina, entre los que es muy popular. En los Vedas se la adoraba como un río del mismo nombre, pero desde el período védico final fue asociada con la palabra hablada (de ahí su epíteto Vagdevi o diosa del discurso), y con la cultura, especialmente la música (suele ser representada con un instrumento de cuerda llamado vina), la poesía y los deseos intelectuales. Es por este motivo que Sarasvati es tan reverenciada por los estudiantes. Se considera a Brahma su consorte, y ambos conducen un mismo vahana, un ganso o cisne.
Como Shri Lakshmi, Devi encarna la abundancia agrícola y la auspiciosa autoridad regia. Sus iconografía más antigua la muestra sentada sobre una flor de loto y siendo lustrada por elefantes. La flor simboliza la pureza y la fertilidad, mientras que los elefantes se asocian con la realeza y simbolizan la lluvia. Así representada  se refleja el ritual de la coronación real (abhisheka), en el que el monarca recibe agua en su cabeza. Es una forma divina que garantiza la recompensa financiera, un aspecto que es especialmente celebrado en el festival de Diwali, realizado en otoño. En su aspecto de Manasa (o Bishahari, Jagadgauri, en Bihar y Bengala), Devi opera controlando las serpientes y protegiendo a la gente de las mismas. Cuando se acerca el tiempo de los monzones las sierpes representan un problema para los campesinos, de ahí su popularidad. Es una deidad adorada por hindúes, budistas y musulmanes. Desde los primeros siglos de nuestra era se evidencia la adoración de deidades-serpiente masculinas (nagarajas), aunque el culto de Manasa está bien establecido únicamente desde el siglo VIII. En el norte de India se la representa en forma totalmente humana; su conexión con las serpientes es indicada por una cobra de múltiples cabezas que surge sobre la suya. En algunos casos, las mujeres le suplican que favorezca los niños, sobre todo, varones. De hecho, la forma fálica de las sierpes debe ser un obvio vínculo entre el culto de Manasa y el de Shiva.
Devi también adquiere formas particulares en las áreas rurales, especialmente de deidades guardianas de la aldea, conocidas como gramadevata, y asociadas a la actividad agrícola así como a la fertilidad. Se consideran una personificación de la fertilidad, presentando una cara pacífica y otra más ruda, pues también pueden provocar catástrofes de diverso tenor, sobre todo epidemias. Finalmente, Devi conoce nuevos y modernos cultos, como el de Santoshi Ma (Madre que satisface) o el de Bharat Mata, referido a India misma.

 
Bibliografía


Blurton, T.R., Hindu Art, Londres, 1992
Craven, R.C., Indian Art, Londres, 1997
Dehejia, V., Indian Art, Londres, 1997
_________., (edit.), Devi. The Great Goddess. Female Divinity in South Asian Art, Washington, 1999
Dye, J.M., Ways to Shiva. Life and Ritual in Hindu India, Philadelphia, 1980
Gray, B., The Arts of India, Oxford, 1981
Harle, J.C., The Art and Architecture of the Indian Subcontinent, Harmondsworth, 1987
Kinsley, D. Hindu Goddesses, Delhi, 1987
Kramrisch, S., Manifestations of Shiva, Philadelphia, 1981
Mitchell, A.G., Hindu Gods and Goddesses, Londres, 1982
Zimmer, H., Mitos y símbolos de la India, Madrid, 1995 


Prof. Dr. Julio López Saco
Escuela de Historia, UCV
Escuela de Letras, UCAB 
26/06/2012

18 de junio de 2012

Pinturas parietales del Paleolítico Superior realizadas por Neandertales

Las pinturas parietales más antiguas conocidas pudieron haber sido hechas por neandertales, según se desprende de una nueva teoría de un grupo internacional de investigación arqueológica. Esta tesis, recién publicada en la revista Science señala que algunas representaciones de arte paleolítico en cuevas asturianas y cántabras poseen un origen más arcaico de lo que se pensaba. Algunas representaciones datan de, al menos, 40.800 años. El descubrimiento ha sido posible gracias al empleo de las series de uranio-torio. Este tipo de datación supera a la del carbono 14, con la que únicamente se pueden datar pinturas realizadas con materia orgánica. Según Marcos García Díez, profesor de Prehistoria de la Universidad del País Vasco y miembro del equipo que ha efectuado el hallazgo, es viable mantener la hipótesis de que las primitivas pinturas fueron obra de neandertales. Además, estos homínidos, hace más de cuarenta mil años, realizaban distintos adornos corporales, con valor estético o como un mecanismo de distinción social.

Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB

13 de junio de 2012

Grandes dioses hindúes III: Devi (I)

DEVI MATANDO AL BÚFALO. RELIEVE DEL TEMPLO DE AMBIKA MATA, JAGAT, RAJASTÁN. SIGLO X.


En India la tierra ha sido, desde antiguo, adorada como una deidad. En este hecho ha influido la todavía hoy predominante sociedad rural india, el ciclo estacionales de las lluvias monzónicas, las calidades del suelo y la fertilidad. En consecuencia, un gran número de diosas diferentes se conocen, genéricamente, como Devi. En virtud de las conexiones simbólicas entre la fertilidad de la tierra y la reproducción femenina, la diosa es, a menudo, etiquetada como “madre” (en el norte de India, Mata, Ma, Mataji, y en el sur, Amman). Devi también se reconoce como encarnación de los ríos que proveen vida, en especial de aquellos principales (Krishna, Narmada, Kaveri, Ganges y Jumna), pues las aguas de las corrientes fluviales se entienden como purificadoras. Del mismo modo, el suelo se considera el cuerpo de la diosa, en tanto que las características geográficas del relieve, como montañas y ríos, sus rasgos físicos. En este sentido, muchos nombres de Devi son topónimos que conectan la tierra con la divinidad. Es así, en consecuencia, como la tierra de India se convierte en sagrada, pues es el reino y el cuerpo de la diosa misma. Esta idea ha llegado a tener fuerza política (Madre India o Bharat Mata), en especial durante el proceso de independencia del país.
Los santuarios de la diosa son los pitha, lugares en los que la diosa se asienta. Se sitúan en localidades especialmente bellas o naturalmente llamativas, como la confluencia de dos ríos, en las densas profundidades de los bosques o cerca de alguna cueva, lo cual enfatiza el vínculo entre el poder de la diosa y el territorio circundante. En términos generales, la diosa es activa, productiva e inmanente, a diferencia de las deidades masculinas, que son ultramundanas, pasivas y trascendentes.
La mayoría de las diosas se conectan en India con la sangre dadora de vida, las ofrendas de carne y el alcohol. Muchas requieren ofrendas sanguinolentas y se les representan bebiendo el líquido de una copa con forma de calavera. Además, el ciclo estacional suele equipararse con el menstrual de la deidad. Algunas veces, por tanto, la diosa es benigna y en otras, más feroz. Este hecho provee al devoto de una completa gama de respuestas emocionales: todas las experiencias humanas están así contenidas en su adoración. Casi sin excepciones, cuando la Devi es adorada sola es fiera, pero cuando lo es acompañada de un consorte masculino, es benevolente. En el texto Devi Mahatmya, de los siglos V y VI, se enfatiza una poderosa deidad femenina llamada Mahadevi, que aglutina diversas deidades femeninas independientes.
Las abundantes figuras prehistóricas hechas de terracota pudieron ser antiguas imágenes de la diosa. Hoy en día, en lugar de figurinas, suelen utilizarse caballos, símbolos de la realeza, búfalos de agua, representaciones de la riqueza, y casa de arcilla, como residencias, en las ofrendas en los santuarios a la diosa. Algunas ofrendas en cerámica son partes del cuerpo humano (testículos, cabezas, pies, brazos), que solicitan curación. Aunque presenta formas antropomórficas, Devi es adorada también a través de símbolos anicónicos, en formas simbólicas precisas, especialmente, la yoni, representación estilizada de los genitales femeninos, y un símbolo del carácter fructífero del útero divino, que no es otro que la tierra. Otra imagen simbólica empelada en su adoración y culto es el yantra, un diagrama geométrico que combina el poder de la palabra escrita con el diseño sacro, y que puede aparecer en pinturas, placas de metal o sobre cristal de roca. Como una versión visual del mantra, encarna el poder sobrenatural, y puede ser nombrado a partir de las diferentes formas de la diosa (Shri-yantra o Kali-yantra, por ejemplo). Los yantras que se emplean en su culto suelen combinar triángulos y círculos, componiendo la forma de una estrella.
Devi es tanto epidémica como salvífica, puede infligir daño pero también proteger. En tal sentido, condensa innumerables deidades: Navadurga o las Nueve Durgas, las Ocho Grandes Lakshmis (ashtamahalakshmis), las Sesenta y Cuatro Yoginis (Chaunsatha Yogini, mujeres ascetas), y las Saptamatrikas (Siete Madres), devoradoras de niños jóvenes. Muchas veces, Devi aparece representada, por tanto, con armas, como la espada o el tridente, aunque suele vérsele con múltiples armas para luchar contra los demonios que amenazan la estabilidad cósmica. Filosóficamente, la diosa se relaciona con la acción encarnada en este mundo, pues la tierra, su cuerpo,  es una fuerza de acción regenerativa y energía. En los textos tántricos la diosa, usualmente terrorífica y con formas muy energéticas, es el centro de todo poder (shakti).

Prof. Dr. Julio López Saco
Doctorado en Historia, UCV
Escuela de Letras, UCAB

8 de junio de 2012

Grandes dioses hindúes II: Visnú

ESTATUA DE VISNÚ, CON ALGUNOS DE SUS AVATARAS EN LA PARTE SUPERIOR. SIGLO IX-X, MADHYA PRADESH.


El dios Visnú es el preservador del orden establecido, manteniendo su control sobre el paso del tiempo. Es una deidad que, al evitar los extremos, supervisa la estabilidad y la continuidad de los estándares socialmente establecidos. Representa, en consecuencia., las cualidades más valiosas en la ortodoxia hindú, en especial la unidad familiar y de casta. Es el dios del comportamiento aceptable y del hogar. A través de sus avatares Rama y Krishna, ejemplifica el predominio masculino en la vida, la paciencia, la generosidad, el amor, el poder inefable y el control de las fuerzas naturales. En tal sentido, Visnú es la divinidad del amor y la emoción, pero de un amor, al menos en la superficie, asexual, altruista, y por eso se conforma como el corazón de los cultos bhakti. Su carácter de dios salvífico pudo haber surgido del culto a los bodhisattvas del budismo del mahayana. Esta cualidad salvadora y sabia se manifiesta en sus apariciones terrenales como encarnado (avataras). En épocas de declive político y espiritual, Visnú aparece sobre la tierra como un sabio-guía frente a una humanidad errada, a la que beneficia con el esparcimiento de su amor. El canon más aceptado, aunque no el único, menciona diez encarnaciones o dashavataras, algunas en animales (pez, tortuga, jabalí, león), y las demás en seres humanos o semi divinos: Matsya, Kurma, Varaha, Narasimha, Vamana, Parashurama, Rama, Krishna, Buda y Kalki. Estas encarnaciones pueden ser el resultado de la asimilación de diversos cultos independientes en el de Visnú. Las primeras cuatro son animales o híbridos zoomorfos, las cuatro siguientes son encarnaciones épicas y heroicas, y las dos últimas buscan simbolizar las cualidades del sabio[1]. La incorporación de otros cultos se puede asociar con localidades específicas o con determinadas características, hecho que explicaría el extenso rango de personalidades que han llegado a ser asimilados en la personalidad del dios.
Aunque el nombre de Visnú aparece en los vedas, no será hasta los primeros siglos de nuestra era cuando su carácter se haya desarrollado por completo y se le represente en la escultura. Las formas realistas de la estatuaria que lo representa tienen claros influjos helenísticos y de la escultura romana provincial. Será en Mathura donde la iconografía del dios se desarrolle plenamente. Sus iconos de Mathura lo imaginan como una figura regia y joven, portando un gorro real (kiritamukuta). En sus imágenes con múltiples caras y cuerpos (Visnú Vishvarupa), el dios encarna el Universo. En tal sentido, su esfera de actividad es la creación y el comienzo del tiempo. No obstante, la representación más habitual de Visnú lo contempla con cuatro brazos y de pie. En cada mano lleva un caparazón de concha, una flor de loto y dos armas, una maza y un disco, respectivamente. En ocasiones ambas armas se muestran personificadas, en forma humana. El animal que es montura de la deidad (vahana), es el pájaro Garuda, quizá una representación solar en su origen.
La principal consorte de Visnú es Lakshmi, quien encarna la prosperidad, la buena fortuna y la abundancia. También representa la autoridad real. En tal sentido, suele ser representada sentada y siendo bañada con agua por dos elefantes. No obstante, aparece muchas veces sentada en el regazo de Visnú, combinándose ambos como una única figura, con una parte masculina y otra femenina (Lakshmi-Narayan). Es particularmente adorada e invocada en las festividades de Año Nuevo. Otras consortes de Visnú son Shri y Bhu; esta última, es una diosa de la tierra que es rescatada por él de las profundidades del océano en su encarnación como Varaha.
En definitiva, Visnú mantiene las antiguas tradiciones basadas en la familia y la cotidianidad, sin vincularse con la fertilidad, el misticismo o el ascetismo.
 

[1] El énfasis sobre las deidades animales puede responder a una sociedad todavía dependiente de la caza y la recolección, pues son inhabituales en la tradición hindú urbana.

Prof. Dr. Julio López Saco
UCAB-UCV, Caracas

3 de junio de 2012

Nuevo Libro de Julio López Saco


Colegas, estudiantes, lectores en general, amigos todos: deseo compartir con ustedes la publicación de mi nuevo libro, titulado Ensayos sobre Historia Antigua. Una mirada a Oriente y Occidente (ISBN-13:978-3-8465-6386-1 e ISBN-10:3846563862). Este ensayo (EAE-Lambert A.P., 389 pp.) que ahora ve la luz tras más de un lustro de investigación, se centra en la antigüedad, vista en seis áreas geográficas, y empleando diferentes fuentes históricas, especialmente arqueológicas, epigráficas, e iconográficas. Son tratados aspectos de la cultura (escritura, religión, mitos, arte, filosofía) y momentos relevantes del desarrollo histórico grecorromano, egipcio, mesopotámico, americano y asiático oriental. El libro sale en físico y en su versión electrónica (Ebook). Se puede adquirir en www.morebooks.com y en las librerías de amazon en EE.UU., Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido. Muchas gracias. Saludos.

Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB, Caracas

1 de junio de 2012

Grandes dioses hindúes I: Shiva

RELIEVE DE SHIVA Y PARVATI (O UMA),CON SUS RESPECTIVAS VAHANAS O MONTURAS, EL TORO Y EL TIGRE. RAJASTÁN, SIGLO XI.

 
Esta serie analiza las funciones, características y aspectos de las principales divinidades hindúes. Esencialmente, tratamos tres: Shiva, Vishnú y Devi.
This series examines the functions, features and aspects of the main Hindu deities. Essentially, we tried three: Shiva, Vishnu and Devi.
इस श्रृंखला में काम करता है, सुविधाओं और मुख्य हिंदू देवी देवताओं के पहलुओं की जाँच.मूलतः हम तीन की कोशिश की: शिव, विष्णु और देवी.
શ્રેણી કાર્યો, લક્ષણો અને મુખ્ય હિન્દૂ દેવતાઓ પાસાં તપાસે. ખરી રીતે, અમે ત્રણ પ્રયત્ન કર્યો છે: શિવ વિષ્ણુ અને દેવી.
اس سیریز میں کام کرتا ہے، خصوصیات اور اہم ہندو دیوتاوں کے پہلوؤں کا جائزہ. بنیادی طور پر، ہم تین کی کوشش کی: شو وشنو، اور دیوی.
సిరీస్ విధులు, లక్షణాలను మరియు ప్రధాన హిందూ మతం దైవాలను అంశాలను విశ్లేషిస్తుంది. ముఖ్యంగా, మేము మూడు ప్రయత్నించాడు: శివ, విష్ణు మరియు దేవి.
இந்த தொடர் செயல்பாடுகள், அம்சங்கள் மற்றும் முக்கிய இந்து மதம் தெய்வங்களின் அம்சங்களை ஆராய்கிறது. முக்கியமாக, நாம் மூன்று முயற்சி: சிவன், விஷ்ணு மற்றும் தேவி.


 
Shiva es una deidad con ciertos elementos de su carácter posiblemente asociados al agreste dios Rudra de los Vedas. Se dice que habita, muy a menudo, los límites de la actividad aceptada, y por eso su morada se imagina en el monte Kailasa, en el Himalaya. Su complejo carácter se ejemplifica en los diversos nombres por los que es conocido: Mahadeva (el Gran Dios), Mahakala (el Gran Negro), Nataraja (Señor de la Danza) y Sundareshvara (Señor Magnífico). Es, del mismo modo, un genio de la fertilidad. Uno de sus epítetos, Señor de los Animales, lo identifica con el aspecto salvaje de la naturaleza. El método de representar a Shiva más común en India es aquel en forma de un pilar fálico erecto, linga, un símbolo tradicional de la energía y potencialidad del dios. Es posible que el uso del linga surgiendo de yoni se corresponda con un desarrollo tardío basado en las enseñanzas tántricas, en donde la imaginería sexual es usada simbólicamente para representar la unión de los opuestos. Algunos de los tipos de Shiva, desde una óptica iconográfica, lo muestran con cinco rostros, cada uno de los cuales cubre una característica particular de la deidad, como la riqueza, la belleza o el poder ascético. Todo ello enfatiza, en cualquier caso, la naturaleza inclusiva de la personalidad y carácter del dios. Cada cabeza apunta a cada punto cardinal, mientras que la quinta se ubica en la cima del linga.
Entre las formas humanas de Shiva se destaca su imagen como lingodbhava, en el interior de un linga, como Señor de la Danza, mostrado con cuatro brazos en el interior de un anillo de llamas, y como Dakshinamurti, joven asceta. En este último caso, el dios es un generoso y sabio maestro. Una de las formas más fieras e impredecibles de Shiva es como Virabhadra.
La consorte principal de Shiva es Parvati, considerada hija del Himalaya, la montaña deificada. Bajo diferentes nombres y personalidades es Devi, la Gran Diosa; en su forma benigna es Lalita y Gauri. Bajo esta personificación es una diosa de la abundancia de alimentos y de la vida misma. Al lado de Shiva, como su consorte, son deidades de la cremación pero también representan el amor físico humano. Otra de las consortes de Shiva es Ganga, el río Ganges deificado. En ciertos ciclos legendarios Ganga y Parvati, en su condición de consortes del dios, son hermanas.
Con Parvati, Shiva tiene dos hijos, Skanda (Karttikeya, mostrado a veces con seis cabezas, Kumara, Murugan, o Mahasena, nombre este último adoptado por la familia real Gupta), y Ganesha, el dios con cabeza de elefante. Mientras Skanda es el dios de las acciones sin consideración previa, Ganesha representa el accionar tras el pensamiento. Sin embargo, Ganesha tiene también, en sí mismo, la polaridad: es propiciado como removedor de obstáculos, pero cuando se le ofende o ignora, se convierte en el generador de los mismos. Es un custodio de las puertas de las casas, y por eso lleva el epíteto de Señor de los Comienzos. Las bodas y las celebraciones de Año Nuevo suelen ser acciones en las que se solicitan sus bendiciones.
Los dos animales asociados directamente con Shiva son la serpiente (la cobra), y el tono. La cobra (naga) actúa como una guardiana del linga. El propio dios suele llevar sierpes como joyería. Las imágenes de serpientes entrelazadas en parejas es un rasgo común en la India rural. Por otra parte, la fuerza y fertilidad de los toros (particularmente el toro Nandi), son las cualidades de estos animales que se conectan con Shiva. Es por ese motivo por el que acaba convirtiéndolo en su montura o vahana.
En definitiva, Shiva es un dios paradójico: puede ser auspicioso o no, estático o pleno de movimiento, encontrarse en este mundo o más allá de él, icónico o anicónico, femenino o masculino, pero en su figura los opuestos se reconcilian. Es por ello que sus adoradores ven en todo esto un símbolo de las verdades que se encuentran más allá de las descripciones.

Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. Doctorado en Historia.