BHADRAKALI, DESTRUCTORA DEL UNIVERSO. SERIE DE LA DEVI TÁNTRICA, PUNJAB HILLS, BASOHLI, SIGLO XVII.
Entre las formas de la Gran Diosa
se destacan varias. Una de ellas es Durga, representada como la diosa que mata
el demonio búfalo (Mahisha). De tal guisa suele aparecer con diversas armas y
montando un león. Con esta acción, restaura el equilibrio cósmico, demostrando
su superioridad sobre las restantes divinidades. Para muchos de sus devotos,
Durga es la forma fiera de la benigna Parvati. Otra de las formas de Devi es
Annapurna, diosa de la plenitud, cuya personalidad es pacífica y fértil, y por
ese motivo sus símbolos son una vasija de arroz y un vaso de leche. Es la
deidad que prepara y dispensa los alimentos. Una de las formas más conocidas de
la diosa es Kali, quien personifica la ira de Durga cuando mata al
demonio-búfalo. Su nombre, la “Mujer Negra” sugiere su origen como deidad
tribal. Mientras Durga es la deidad del campo de batalla, Kali lo es de la pira
de cremación, situada al margen de los asentamientos humanos, un lugar de
habitación, por tanto, de las poblaciones sin casta (intocables), y de diversos
grupos tribales. Sin relaciones sociales, es el verdadero equivalente femenino
de Shiva. El foco de su actividad religiosa está formado por adeptos
individuales que buscan poder dominando peligrosas técnicas. Suele
representársele mostrando la lengua, enrojecida y ensangrentada por la sangre
de las víctimas sacrificiales, y con un collar de calaveras alrededor de su
cuello. Aparece conectada, en consecuencia, con los dos elementos que más
polución causan, la muerte y la sangre, un hecho que puede simbolizar el
vínculo esencial entre vida y muerte, así como la irrealidad de toda la
existencia fenoménica. Especialmente reverenciada en Bengala, su imagen más
popular la muestra encima de Shiva (y a veces danzando sobre su cuerpo). Esta
representación implica que el poder trascendente del dios solo se puede hacer
inmanente interactuando con la diosa dominante. Sarasvati, por su parte, es
otra forma benigna de Devi, reconocida por todos los grupos sectarios en India,
sobre todo los jaina, entre los que es muy popular. En los Vedas se la adoraba
como un río del mismo nombre, pero desde el período védico final fue asociada
con la palabra hablada (de ahí su epíteto Vagdevi o diosa del discurso), y con
la cultura, especialmente la música (suele ser representada con un instrumento
de cuerda llamado vina), la poesía y los deseos intelectuales. Es por este
motivo que Sarasvati es tan reverenciada por los estudiantes. Se considera a
Brahma su consorte, y ambos conducen un mismo vahana, un ganso o cisne.
Como Shri Lakshmi, Devi encarna la
abundancia agrícola y la auspiciosa autoridad regia. Sus iconografía más
antigua la muestra sentada sobre una flor de loto y siendo lustrada por
elefantes. La flor simboliza la pureza y la fertilidad, mientras que los
elefantes se asocian con la realeza y simbolizan la lluvia. Así
representada se refleja el ritual de la
coronación real (abhisheka), en el que el monarca recibe agua en su cabeza. Es
una forma divina que garantiza la recompensa financiera, un aspecto que es
especialmente celebrado en el festival de Diwali, realizado en otoño. En su
aspecto de Manasa (o Bishahari, Jagadgauri, en Bihar y Bengala), Devi opera
controlando las serpientes y protegiendo a la gente de las mismas. Cuando se
acerca el tiempo de los monzones las sierpes representan un problema para los
campesinos, de ahí su popularidad. Es una deidad adorada por hindúes, budistas
y musulmanes. Desde los primeros siglos de nuestra era se evidencia la
adoración de deidades-serpiente masculinas (nagarajas), aunque el culto de
Manasa está bien establecido únicamente desde el siglo VIII. En el norte de
India se la representa en forma totalmente humana; su conexión con las
serpientes es indicada por una cobra de múltiples cabezas que surge sobre la
suya. En algunos casos, las mujeres le suplican que favorezca los niños, sobre
todo, varones. De hecho, la forma fálica de las sierpes debe ser un obvio
vínculo entre el culto de Manasa y el de Shiva.
Devi también adquiere formas
particulares en las áreas rurales, especialmente de deidades guardianas de la
aldea, conocidas como gramadevata, y asociadas a la actividad agrícola así como
a la fertilidad. Se consideran una personificación de la fertilidad,
presentando una cara pacífica y otra más ruda, pues también pueden provocar
catástrofes de diverso tenor, sobre todo epidemias. Finalmente, Devi conoce
nuevos y modernos cultos, como el de Santoshi Ma (Madre que satisface) o el de
Bharat Mata, referido a India misma.
Bibliografía
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Prof. Dr. Julio López Saco
Escuela de Historia, UCV
Escuela de Letras, UCAB
26/06/2012
26/06/2012