1 de junio de 2014

Los Horacios en las leyendas históricas de la antigua Roma


Tras las guerras contra los sabinos, Roma entra en pugna con los latinos de Alba Longa. El conflicto entre esta ciudad latina Alba Longa (fundada por el hijo de Eneas, Ascanio, conocido por los romanos como Iulo, patronímico de la familia patricia imperial posterior) y Roma, ambas ciudades del Lacio asociadas por vínculos de sangre, se resolvió mediante el enfrentamiento de tres hermanos Horacios, romanos, y tres Curiáceos, albanos, que vivieron en tiempos del mítico rey etrusco en Roma Tulo Hostilio en el siglo VII a.n.E.[1] Los primeros combatían individualmente, mientras que los Curiáceos en grupo. En el combate a muerte, tras el fallecimiento de dos de los Horacios, el que quedaba vivo, usando el plan divide y vencerás, logró vencer a sus heridos oponentes. Sin embargo, su victoria quedó ensombrecida por las lamentaciones de su hermana Camila, prometida con uno de los Curiáceos. El Horacio vencedor dio muerte también a su hermana. Cuando los lictores lo apresaron, el padre de los Horacios salió en defensa de su hijo aludiendo su entrega a la causa cívica. Finalmente, el joven Horacio vencedor volvió a ser aclamado como un héroe, puesto que primero estaba Roma, es decir, la Patria, por encima de sus intereses personales. Tras la destrucción de Alba Longa, los habitantes de la ciudad fueron trasladados a la colina Celio en Roma.
Uno de los relatos que conforman las leyendas históricas de Roma es la que protagoniza, según Tito Livio, Publio Horacio Cocles, un tuerto héroe romano que a fines del siglo VI a.n.E. se enfrentó a las ciudades etruscas cuyos ejércitos dirigía Lars Posenna, evitando, inicialmente con dos compañeros, Espurio Larcio y Tito Herminio, y luego solo, su entrada en Roma mientras se destruía el puente Sublicio sobre el Tíber. Es uno de los egregios representantes de los jóvenes guerreros individuales indoeuropeos armados que atemoriza al enemigo con su aspecto y sus proclamas.

Prof. Dr. Julio López Saco 
Doctorado en Historia, UCV-Escuela de Historia


[1] Se trata de un combate singular que enfrentaba a tres contra otros tres, delante de los dos ejércitos que iban a pugnar. Sobre estas leyendas históricas se debe revisar Tito Livio y Dionisio de Halicarnaso.

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