12 de marzo de 2017

Aspectos fundamentales de la prehistoria de India: de los orígenes a los asentamientos proto urbanos del Neolítico






Imágenes (de arriba hacia abajo): un busto femenino en miniatura, hecho en terracota, de Mergahr; una vista del MR3 de Mehrgarh, con diferentes niveles de ocupación; y un sector ritual del yacimiento de Kalibangan, con drenajes en piedra.

El Homo erectus, muy probablemente, se movilizó desde África hacia el sur de Asia a través de Asia occidental, hace unos 500000 años. El Homo sapiens, por su parte, llegó mucho más tarde al subcontinente utilizando dos caminos principales y en dos épocas distintas. Una de ellas fue la ruta tradicional a través de Asia occidental, hace unos 30000 años; la otra, la que permitió la llegada de otro grupo un tiempo antes, en torno a unos cincuenta mil años, desde las costas del sur de India mientras los homininos seguían su viaje hacia las islas Andaman, Indonesia y Australia. En tal sentido, y en el contexto indio y del sur de Asia, podría decirse que la edad de piedra y, por tanto, el Paleolítico, comenzaría aquí hace quinientos mil años, dilatándose hasta el III Milenio a.e.c. cuando ya existe constancia arqueológica de objetos de cobre pertenecientes a la cultura harappense.  No obstante, los restos más antiguos del género homo encontrados en el subcontinente, que corresponden al Hombre de Narmada, tienen una cronología en torno a 250000 años, en tanto que los más antiguos homo sapiens, hallados en Sri Lanka, se datan en 34000 años.
Los dos útiles predominantes durante el desarrollo del Paleolítico Inferior fueron pequeñas herramientas y, sobre todo, las hachas de mano. Grandes depósitos de pequeños útiles y choppers fueron descubiertos en el valle del río Soan, en Pakistán. Las acumulaciones allí encontradas, así como otras en sitios cercanos, han originado la denominación de Cultura Soan. Las hachas de mano descubiertas en Chennai, ya en la segunda mitad del siglo XIX, se conocen como la Cultura Madrasiana. Desde el Paleolítico Medio existen evidencias de herramientas en forma de hojuelas, núcleos, raspadores y buriles; a pesar de las variaciones regionales, todas estas piezas constituyen una cultura conocida como Cultura Nevasan, cuyo nombre procede del sitio Nevasa en el valle del río Godavari en el Decán.
Una muy remota evidencia que puede ayudar a la reconstrucción de la arcaica vida social durante el Paleolítico Superior en el subcontinente lo constituye la presencia de pinturas en cuevas, concretamente en Bhimbetka, en las bancadas del río Narmada en la India central. En ellas se representan escenas de caza vinculadas con símbolos de fertilidad.  
La transición del Paleolítico al Mesolítico testifica la emergencia de un Nuevo tipo de útil de piedra, el microlito. El conjunto habitual de microlitos incluye triángulos, trapecios, crecientes y puntas de flecha, todas ellas herramientas o armas de gran efectividad. La producción de microlitos dependía de la disponibilidad de piedras que podían ser fácilmente trabajadas, como el cuarzo y diversos tipos de calcedonia. La más antigua evidencia de esos microlitos en el sur de Asia se encuentra en sitios de Sri Lanka, que se datan en torno a 26000 años. Los microlitos de los yacimientos en el territorio continental indio, Bagor, en Rajasthan, Langnaj en Gujarat, Sarai Nahar Rai, Mahadaha y Damdama en la llanura del Ganges, además de Adamgarh, Bhimbetka y Ghagharia en la India central central, se fechan en una época más reciente a esos veintiséis mil años.
Los microlitos fueron unas herramientas funcionalmente más útiles que las de mayor tamaño, porque podían ser enmangadas para formar muchas otras herramientas, como cuchillos. Gracias a su presencia se puede detectar un cambio de hábitat, de los sitios cercanos a los ríos a las colinas y zonas boscosas. Una movilidad estacional se ha registrado en relación al movimiento de personas entre las llanuras del Ganges y las escarpaduras Vindhya en la India central. Los animales se mueven, en general, durante el invierno desde las llanuras a las colinas, en tanto que la población les sigue y se refugia en cavernas. El movimiento inverso se produce durante la estación cálida, cuando la gente aumenta su capacidad de subsistencia gracias a la recolección de plantas en las llanuras.
El hallazgo de numerosos molinos de mano y anillos de piedra en diferentes yacimientos atestigua una primitiva forma de cultivo. Es muy probable que los anillos pétreos fueran usados como pesos. Además, también se han encontrado huesos de ovejas, cabras y vacas en las áreas de habitación, un claro indicador de la domesticación de animales. Huesos de otros animales, como ciervos, jabalíes y avestruces también son frecuentes entre los restos adyacentes a los sitios habitados. Los lugares de enterramiento contienen restos esqueléticos y bienes funerarios como los propios microlitos, caparazones o pendientes de marfil. Todo ello sugiere la posible creencia en el Más Allá, en la otra vida o en alguna forma particular de conciencia.  Algunos sitios de enterramiento estuvieron en basureros, como los ejemplificados en Sri Lanka. Del mismo modo, notables ejemplos de arte parietal en el que se representan cuerpos de animales y figuras humanas, han sido descubiertos en diferentes lugares del paisaje indio, en cavernas en zonas tan apartadas entre sí como Kerala y Cachemira.
En el contexto del sur de Asia e India, la evidencia arqueológica de neolitización data de 11000 a.e.c., si bien la evidencia de agricultura y domesticación de animales se fecha desde 7000 hasta 1000 a.e.c. dependiendo de los lugares. Hasta el día de hoy se cree que los primeros agricultores del sur de Asia se focalizaron en Beluchistán y que debieron haber procedido de Mesopotamia y de la región del, Creciente Fértil.
Se pueden establecer cuatro concentraciones de yacimientos neolíticos en India, que permiten identificar las similitudes y disimilitudes regionales. La primera de tales concentraciones se halla en Beluchistán, en las cercanías del río Bolan, cerca del paso que une las tierras altas con las llanuras del río Indo. La presencia de restos de estructuras elaboradas con adobe, de semillas de cebada y trigo y de huesos de cabras, vacas y ovejas, proveen la evidencia más clara del desarrollo de la agricultura y de las comunidades pastoriles en esta región del subcontinente. El lugar principal aquí fue, sin duda, el sitio de Mehrgarh, cuyos estratos más antiguos han sido datados en 7000 a.e.c. Otros sitios asociados a esta región son el de Kili Gul Mohammad y el de Rana Ghundai.
La segunda agrupación de yacimientos se encuentra en Cachemira y los valles del Swat, en Pakistán actual. Hay evidencia, en sitios como Gufkral y Burzahom de asentamientos neolíticos de agricultores. En ellos han aparecido objetos de distinto tipo, cerámica y restos de fauna doméstica. Además, también se han encontrado peculiares fosos en forma de campana. Se ha sugerido que estos pozos habrían servido como lugares subterráneos de morada para seres humanos o como sitios de acumulación de inhumaciones. En tal sentido, se ha pensado que las gentes que los usaron habrían estado vinculadas con las comunidades neolíticas de Asia central, que utilizaba pozos semejantes.  No obstante, también es probable que hayan sido una suerte se silos para el grano o grandes refugios.
Una tercera zona de concentración de yacimientos se localiza en una gran área que cubre la cuenca del Ganges y casi todo el oriente de India. En esta amplia zona algunos de los restos son yacimientos pre agrícolas, lo cual indica una continuidad con el Mesolítico. En otros lugares, sin embargo, caso de  Chopani Mando, Chirand, Mahagara y Koldihawa, existe evidencia de cultivo y de domesticación de animales ya desde el IV milenio a.e.c. Así mismo, aquí se han encontrado restos de granos de arroz. No está claro si esos granos se deben a cultivos indígenas o si el arroz entró en el subcontinente desde Asia oriental y del sudeste en algún momento durante el II milenio a.e.c.
La cuarta concentración regional de yacimientos neolíticos ocurre en el sur de India. En esta región se encontraron, en sitios como Utnur, grandes montículos de ceniza, muy probablemente restos de empalizadas dentro de las cuales se encontraba el ganado vacuno en cierta estación del año y era domesticado. Estos depósitos de cenizas pudieron ser el resultado de la cremación de diferentes empalizadas. En varios asentamientos al aire libre del sur de India la presencia de útiles como hachas de piedra pulimentada y hojas de piedra entre restos de legumbres, tubérculos y mijo provee una evidencia de una distinta cultura agro pastoral regional.
Tuvieron que pasar algunos milenios después del 7000 a.e.c. antes de que los cazadores-recolectores llegasen a ser figuras marginales en el territorio indio. Durante largo tiempo los agricultores y los cazadores-recolectores mantuvieron estrechos contactos, a causa de que aquellos necesitaban también los bosques y aprovisionarse de miel. Cuando la agricultura comenzó a incluir el cultivo de la tierra y la alimentación de animales domésticos, los cultivadores colaboraron estacionalmente con los pastores semi nómadas. Después de las cosechas, los pastores traían sus vacas, ovejas y cabras para alimentarse de los rastrojos, en tanto que los excrementos de los animales ayudaban a fertilizar la tierra. Además, ambos grupos, materialmente se beneficiaban del intercambio de cereales, leche, carne y pieles de animales. Con el tiempo, se intercambiaron también artefactos y productos fabricados no por campesinos ni pastores, sino por artesanos. Sería un intercambio facilitado ya por comerciantes.
Sin duda los agricultores disfrutaron de un mayor nivel de prosperidad. Los restos de vasijas, caparazones y piezas de orfebrería descubiertos en Beluchistán y en la cuenca del Indo, las primeras áreas agrícolas del sur de Asia, testifican una diversidad presente, al menos, desde el VI milenio a.e.c. Los conceptos de identidad, etnicidad y de pertenencia a los antepasados llegan a ser significativos en el contexto de las comunidades agrícolas. Asimismo, el desarrollo del liderazgo hereditario también empieza a acontecer en este estado de evolución cultural y técnico.  La complejidad social se hace marcada cuando comienza la búsqueda de estatus entre familias particulares dentro de la comunidad. Los restos de bienes funerarios son un indicador de esta particular tendencia.
La complejidad social asociada con las comunidades agrarias trajo consigo también el conflicto, la guerra, cuyo contencioso principal fue la tierra y su posesión. Los vestigios de cercados defensivos o de esqueletos pertenecientes a cuerpos empalados y con armas son claros indicadores de conflictos violentos.  
La transformación de las comunidades de agricultores neolíticas en asentamientos proto urbanos se produjo esencialmente en el noroeste, en la región del Indo. Conforma la primera y más arcaica fase de la civilización de Harappa, denominada Era de Regionalización[1]. Un número importante de sitios en el área progresaron desde un estado neolítico de existencia a otro con un estilo de vida cultural urbano  propio de la Edad del Bronce o el Calcolítico. Esta transición de lo rural a lo urbano se verifica en Beluchistán, en sitios como Mehrgarh, Kili Gul Mohammad, Rana Ghundai y Balakot, el Sind (en yacimientos como Amri y Kot Diji), las planicies del Punjab occidental (el propio sitio de Harappa), el valle del Gomal, con Rehman Dheri, y el valle de Ghaggar-Hakra, (con lugares clave como Kalibangan), hoy en los modernos estados indios de Rajasthan y Haryana.  
Este incipiente urbanismo se comprueba a tenor de los tamaños de los asentamientos, los restos de fundamentos de viviendas, de la longitud de las calles y de la variada tipología  de las manufacturas cerámicas, además de la presencia de herramientas y valiosos bienes funerarios. Los asentamientos a menudo se encuentran cerca de tierra fértil y a lo largo de importantes rutas comerciales.  
En Amri, un yacimiento ubicado al sur de Mohenjo Daro, se distinguen, según los arqueólogos, cuatro períodos. El Período I (3500-3000 a.e.c.), corresponde a la fase más antigua, conocida como Cultura Amri. En esta fase se encuentran viviendas rectangulares de piso hundido, así como vasijas de terracota roja, además de algunas herramientas de piedra. El segundo período se desarrolla entre 3000 y 2700 a.e.c., mientras que en el III es cuando Amri forma parte ya de la Civilización del Indo, presentando grandes casas de adobe.
Kot Diji, en el Sind, conoció el desarrolló, entre 3200 y 2600 a.e.c., de una industria cerámica mayor, un estilo cerámico que se encuentra en sitios como Rehman Dheri o Kalibangan. Se trata de una cerámica roja con motivos decorativos en forma de escamas de pez u hojas de ficus religiosa. Además, han aparecido figuras de vacas y diversos objetos de hueso o caparazón. En Kot Diji hubo un complejo fortificado con una ciudadela, además de una ciudad baja.
Kalibangan, en Rajasthan estuvo ubicada en las bancadas del hoy seco río  Ghaggar-Hakra. Durante su fase Antigua, entre 3000  y 2700 a.e.c., se constata la presencia de una fortificación de ladrillo además de casas con tres y cuatro habitaciones.  También se han hallado hojas de calcedonia, de cornalina y fayenza, cerámica con varios diseños y piezas de plata y oro.
El yacimiento de Mehrgarh, en  Beluchistán es el más perfecto ejemplo de un sitio que vincula la sociedad neolítica con la cultura de Harappa en su etapa de madurez.  El sitio se encontraba en el sistema de drenaje del Indo y, por tanto, se trataba de un yacimiento muy apto para el desarrollo agrícola. Por otra parte, Mehrgarh estuvo estratégicamente ubicado en la ruta histórica que unía el valle del Indo con la meseta iraní, vinculando de tal modo  el Asia central con la región occidental. De los seis montículos en los que consiste el yacimiento, los arqueólogos han denominado el más antiguo como MR3. Aquí descubrieron evidencias de una continuada ocupación humana desde 7000 hasta 4700 a.e.c. Con posterioridad al Período I, hubo otros seis, con un desarrollo cronológico que llega hasta 2300 a.e.c.
Finalmente, en este yacimiento se han recuperado semillas de algodón, lo que ha motivado a los especialistas a preguntarse si pudo existir aquí el primer centro de manufactura de este producto en la zona del Indo.  

Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. FEIAP-UGR. Marzo, 2017



[1] Entre 7000 y 4500 a.e.c. debería llamarse Fase Beluchistán, a causa de la relevancia del yacimiento de Mehrgarh; entre 4500 y 3500 podría considerarse una Fase de Transición, mientras que desde 3500 a 2600 a.e.c. podría entonces recibir el nombre de Fase Antigua de Harappa o, según el historiador J. Shaffer, Era de Regionalización.  

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