Tal
vez uno de los compendios mitológicos más reconocidos e influyentes haya sido la
Biblioteca de Apolodoro, cuya
datación, probablemente, hay que situar en el siglo I. Focio, un conocedor de
la obra y de la Diégesis de Conón, comenta el rango cronológico de esta obra
así como su particular temática. La Biblioteca,
dice Conón, útil para quien desea entender un pasado distante, abarca eso que
podrían denominarse “las antigüedades de los griegos”, que incluyen sus
creencias acerca de héroes y deidades.
Apolodoro
nombra los orígenes de ríos, pueblos y ciudades así como las historias que los
rodean. Enfocándose mayormente en la guerra de Troya, finaliza con el viaje
final de Odiseo y su posterior muerte. Ofrece, además, ciertas explicaciones, frecuentemente
fundamentadas en una especie de etimología popular, en los nombres de regiones
o ríos e, incluso, en algún evento de la vida de un héroe de renombre. La obra
no ha sobrevivido en toda su extensión. El texto completo corresponde a los
primeros tres libros, que finalizan con la historia de Teseo. Después,
únicamente se cuenta con epítomes de los otros siete.
El
autor organiza su texto en generaciones familiares, un elemento cronográfico
cuyo antecedente puede encontrarse en las Genealogías
de Hecateo o de Acusilao, así como en la Teogonía
o el Catálogo de las Mujeres de
Hesíodo. La estructura cronológica de un pasado ordenado se convierte, así, en
una premisa innegociable. En consecuencia directa, en la Biblioteca abundan las listas de nombres, como las de héroes en las
expediciones, de ríos, o de los hijos e hijas de algún personaje relevante.
A
diferencia de otros mitógrafos, dedica cierto espacio a citar sus fuentes,
aunque sus referencias sean bastante poco específicas y ciertamente muy breves.
Así, por ejemplo, en II, 1, 3-4, acerca de la familia de Io apunta las
discrepancias existentes mencionando a varios autores, entre ellos Acusilao, Hesíodo,
Asclepíades y Ferécides. Apolodoro cita un número de fuentes aceptable, que
incluye poetas líricos como Simónides o Píndaro; trágicos, caso de Eurípides; poetas
en versos hexámetros, como Paniasis, Apolonio de Rodas, Eumelo, Homero y
Hesíodo; o autores que escribieron en prosa, especialmente Ferécides y Acusilao
de Argos, además de escritores como Asclepíades (FGrH12), quien había reunido
diversas historias mitológicas de los trágicos.
En
numerosas ocasiones, el uso de tales referencias provee versiones en conflicto
de alguna historia o adiciones a la misma, en particular en lo tocante a la
identificación de algún pariente. Se esfuerza el autor, por consiguiente, en
incluir las distintas fuentes pero sin tomar partido o argumentar por alguna en
concreto.
UM-FEIAP, noviembre, 2019
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