La primera imagen corresponde a Ayahuta, dios gemelo de la guerra. Es una representación Zuñi, de fines del siglo XIX. Este personaje fue creado por el padre Sol para proteger a los primeros zuñi de sus enemigos y ayudar a levantar sus poblados (Hepatina, el lugar medio). Su forma alargada le confiere el rol de axis mundi, cordón umbilical y centro del mundo. A los dioses gemelos se les recuerda en ceremonias en el solsticio de invierno (inicio de un tiempo de renovación, nuevo año de reestructuración de las fuerzas vitales), y sus efigies se colocan en un santuario en la cima de la Montaña del Trueno. Estas imágenes se emplean también en la iniciación de nuevos miembros en la sociedad de hechiceros zuñi. La segunda ilustración representa a Sisiutl, sierpe de dos cabezas, de los kwakiutl, en una cortina de danza. Es del primer tercio del siglo XX. La serpiente conforma una persona sobre una piedra. Sin embargo, esta sierpe cornuda, de dos cabezas y cuatro patas, es amiga del coraje, y ofrece al guerrero invulnerabilidad en la batalla. Este reptil es el asistente de Winalagilis, dios de la guerra: cualquier guerrero que se bañe en su sangre se hará invulnerable. Su imagen solía colocarse en las entradas de las casas como protección. Su cuerpo semeja una canoa, en la que el guerrero se puede movilizar. Puede implicar también iniciación guerrera.
Prof. Julio López Saco
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