ABSTRACT
The Maurya Empire was first established in the subcontinent, in territories that now belong to India, Pakistan and Afghanistan. Asoka, after the bloody conquest of Kalinga (Orissa, east coast of India), converts to Buddhism, and uses the Buddhist ethics and morality as social control mechanism within an empire made up of ethnically and linguistically diverse populations differ. The state Maurya, the first unified empire in northern and southern India, grew out of the fight against Macedonian military bases. Chandragupta, the first King once made the throne of the kingdom of Maghada and established the capital in Pataliputra (now Patna), is associated with Seleucus I to deal with his rival Antigonus.
RÉSUMÉ
L'Empire Maurya a d'abord été établi dans le sous-continent, dans des territoires qui appartiennent maintenant à l'Inde, le Pakistan et l'Afghanistan. Asoka, après la conquête sanglante de Kalinga (Orissa, sur la côte est de l'Inde), les convertis au bouddhisme, et utilise l'éthique bouddhiste et la morale comme mécanisme de contrôle social au sein d'un empire composé de ethniquement et linguistiquement diverse populations diffèrent. L'état Maurya, l'empire unifié d'abord en Inde du nord et du sud, est née de la lutte contre les bases militaires macédoniens. Chandragupta, le premier roi une fois fait le trône du royaume de Magha et établit la capitale à Pataliputra (aujourd'hui Patna), est associée à Séleucos Ier pour faire face à son rival Antigone.
Reino Maurya y Asoka
El imperio maurya (320-185 a.C.), fue el primero establecido en el subcontinente, en territorios que hoy pertenecen a India, Pakistán y Afganistán. Las referencias principales de este soberano, difusor del budismo, al que utilizó como religión oficial del estado, se encuentran en el Divyavadana, el Asokavadana y el Mahavamsa, entre otros. Asoka (268-233 a.C.), tras la sangrienta conquista de Kalinga (en Orissa, costa oriental de India), se convierte al budismo, y emplea la ética y moral budistas como mecanismo de control social en el seno de un imperio compuesto por diversas poblaciones étnica y lingüísticamente diferentes. Este rey levantó una serie de pilares (stambas) con inscripciones alusivas a la moral budista y a la ahimsa o no violencia como mecanismo de relación afectuosa entre los pueblos, en los límites de su territorio imperial y en aquellos lugares de peregrinación budista o considerados sacros para esa religiosidad.
El estado Maurya, primer imperio unificado en India septentrional y meridional, surgió a partir de la lucha contra las bases militares macedonias. Chandragupta, su primer rey, una vez que se hace del trono del reino de Maghada y establece la capital en Pataliputra (hoy Patna), se asocia a Seleuco I para hacer frente a su rival Antígono. La imagen de este estado centralizado fue bien reflejada por el embajador Megástenes y en el tratado Arthashastra. Asoka, nieto de Chandragupta, heredó un reino que se extendía territorialmente hasta Karnataka. Desde la capital presidía cuatro regiones nucleares distanciadas por territorios habitados por poblaciones autónomas. Sin embargo, enlazadas entre sí estas zonas nucleares por las rutas comerciales, cada una estaba comandada por un gobernador que, usualmente, era un pariente del rey. Declarado defensor del budismo, concretamente de su ética y moral, afianzó al budismo al considerarlo como religión oficial del estado. El uso del budismo fue contemplado como necesario para consolidar una fuerza de control social y como un elemento propagandístico que ayudaba a cimentar y legitimar una autoridad estatal. No obstante, también los grupos Ajivika y los brahmanes fueron beneficiados por la política gubernamental de Asoka.
La usurpación del poder, manu militari, por parte del brahmán Pushyamitra en 185 a.C., puso fin a la dinastía. Tras la caída Maurya se produce un período de casi cinco siglos de duración en los que el predominio y actuación histórica se adjudican a la presencia y acción, esencialmente comercial, de varios reyes indogriegos, que controlaron zonas del noroeste de India, Pakistán y Afganistán, hasta el siglo I a.C. Estos monarcas fueron sucedidos por los Sakas y los Kushan, poblaciones nómadas de estirpe escita. Ambos pueblos no conformaron imperios en forma de estados centralizados, sino una suerte de agregaciones de gobiernos locales nominalmente controlados por ellos. En cualquier caso, los Kushan lograron unificar un territorio bajo el mando de un monarca llamado Kaniska I que, rápidamente, se identificó con los bodhisattvas budistas y algunos dioses hindúes, lo que serviría para legitimar su poder.
El estado Maurya, primer imperio unificado en India septentrional y meridional, surgió a partir de la lucha contra las bases militares macedonias. Chandragupta, su primer rey, una vez que se hace del trono del reino de Maghada y establece la capital en Pataliputra (hoy Patna), se asocia a Seleuco I para hacer frente a su rival Antígono. La imagen de este estado centralizado fue bien reflejada por el embajador Megástenes y en el tratado Arthashastra. Asoka, nieto de Chandragupta, heredó un reino que se extendía territorialmente hasta Karnataka. Desde la capital presidía cuatro regiones nucleares distanciadas por territorios habitados por poblaciones autónomas. Sin embargo, enlazadas entre sí estas zonas nucleares por las rutas comerciales, cada una estaba comandada por un gobernador que, usualmente, era un pariente del rey. Declarado defensor del budismo, concretamente de su ética y moral, afianzó al budismo al considerarlo como religión oficial del estado. El uso del budismo fue contemplado como necesario para consolidar una fuerza de control social y como un elemento propagandístico que ayudaba a cimentar y legitimar una autoridad estatal. No obstante, también los grupos Ajivika y los brahmanes fueron beneficiados por la política gubernamental de Asoka.
La usurpación del poder, manu militari, por parte del brahmán Pushyamitra en 185 a.C., puso fin a la dinastía. Tras la caída Maurya se produce un período de casi cinco siglos de duración en los que el predominio y actuación histórica se adjudican a la presencia y acción, esencialmente comercial, de varios reyes indogriegos, que controlaron zonas del noroeste de India, Pakistán y Afganistán, hasta el siglo I a.C. Estos monarcas fueron sucedidos por los Sakas y los Kushan, poblaciones nómadas de estirpe escita. Ambos pueblos no conformaron imperios en forma de estados centralizados, sino una suerte de agregaciones de gobiernos locales nominalmente controlados por ellos. En cualquier caso, los Kushan lograron unificar un territorio bajo el mando de un monarca llamado Kaniska I que, rápidamente, se identificó con los bodhisattvas budistas y algunos dioses hindúes, lo que serviría para legitimar su poder.
*Este trabajo completa el publicado el 4 de marzo del 2008.
Prof. Dr. Julio López Saco
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