Los estados de desarrollo de cada persona que están más allá de ella, y que son de carácter luminoso, se representan como deidades, mientras que aquellos estados ya superados, que están por debajo y son oscuros y sin vida, se simbolizan como demonios. Esto significa que la diferencia entre dioses (devas, suras) y antidivinidades (asuras), entre espíritus bondadosos y los malévolos, no corresponden a diferencias de naturaleza sino de grado, dependiendo del camino emprendido por cada persona. Los asuras son, en consecuencia, inclinaciones de los sentidos que pertenecen a las tendencias disgregadoras. Son lo que aparta al hombre del camino de la realización de lo divino, los instintos, apegos, las virtudes que mantiene al ser humano dominado por la naturaleza, lo que impide su progreso interno. Asuras y dioses se consideran dos linajes que descienden del progenitor (Prajâpati), siendo los dioses los hijos menores y los asuras los mayores. Ambos combaten por el dominio del mundo. En ocasiones, asura fue empleado como un término para representar los dioses de la India prevédica. Los nobles arios adorarían dioses y organizarían sacrificios, mientras que los dasyus (bárbaros, salvajes, serviles), serían expertos en artes mágicas. Estos antidioses o asuras debían destruirse, no por su falta de virtudes, sino por su poder y saber, que podía amenazar las deidades arias. Paulatinamente, entonces, se fue confundiendo a los asuras con demonios, genios y fantasmas que eran venerados por los habitantes aborígenes de India, y con otras deidades propias de poblaciones no védicas. Las alusiones a los conflictos entre asuras y suras, como las que aparecen en los Purânas y en la épica hindú, reflejan conflictos entre grupos arios y antiguos habitantes de India. No obstante, algunos asuras se agruparon en diversas tribus hindúes, como los Kalingas, los Nâgas y los Magadha.
Los antidioses son telúricos, ctónicos, hijos de la tierra. Habitan cuevas en las montañas y en regiones infernales, aunque también pueden aparecer morando en el mar y el cielo. Su carácter agreste les convierte en expertos y poderosos guerreros. Son vari0s los tipos de asuras: genios, gigantes, bárbaros (dasyus), espíritus estelares, demonios, serpientes (nâgas), ogros y errantes nocturnos (râksasas). Todos ellos suelen aparecer descritos como adoradores de Siva. Los dioses, por el contrario, se mueven en las altas esferas espaciales, habitando el cielo. Cuando se aparecen a los mortales se les reconoce por ciertas peculiaridades (no proyectan sombra, no parpadean), y representan la perfección y la plenitud.
Los antidioses son telúricos, ctónicos, hijos de la tierra. Habitan cuevas en las montañas y en regiones infernales, aunque también pueden aparecer morando en el mar y el cielo. Su carácter agreste les convierte en expertos y poderosos guerreros. Son vari0s los tipos de asuras: genios, gigantes, bárbaros (dasyus), espíritus estelares, demonios, serpientes (nâgas), ogros y errantes nocturnos (râksasas). Todos ellos suelen aparecer descritos como adoradores de Siva. Los dioses, por el contrario, se mueven en las altas esferas espaciales, habitando el cielo. Cuando se aparecen a los mortales se les reconoce por ciertas peculiaridades (no proyectan sombra, no parpadean), y representan la perfección y la plenitud.
Prof. Dr. Julio López Saco
No hay comentarios:
Publicar un comentario