14 de marzo de 2012

Culturas de Paleolítico: el Magdaleniense

El magdaleniense (nombre derivado de La Madeleine, en la Dordoña), es una cultura paleolítica, sucesora del solutrense, que se desarrolla en el actual territorio del suroeste de Francia, en el norte y cornisa mediterránea de España y en Alemania. Su ámbito cronológico se estima entre 15000 y 9000 a.n.E. Presenta tres estadios distintos, denominados I, II y III, tanto en el Magdaleniense Inferior como en el Superior. Es la fase cultural en la que proliferan los instrumentos fabricados en hueso (azagayas, por ejemplo), la pintura parietal, el arte mueble y los adornos personales. Es una cultura que ya inhuma a sus muertos bajo el hogar, acompañados de sus adornos personales, en fosas de escasa profundidad. En el Magdaleniense aparecen nuevos tipos de arma, como el propulsor y el arpón, y se constata una abundante presencia de buriles y raspadores. Esta es la época del auge del arte rupestre, focalizado en núcleos como el pirenaico, en donde encontramos yacimientos como Mas d'Azil, Isturitz, St. Michel d'Arudy, Canecaude o Labastide. La riqueza artística de estos yacimientos presenta fuertes evidencias de homogeneidad, en tanto que ciertos detalles se han convertido en marcadores culturales. Durante el Magdaleniense Superior abundaron las estatuillas de bulto redondo, hechas con asta de reno, hueso y marfil, así como los denominados bastones de mando (bastones perforados de asta de reno), cuya función se desconoce. En la actualidad se les consideran herramientas relacionadas con la fabricación o el enderezamiento de las azagayas, así como con elaboración de cordajes. Aparecen las primeras figuras conocidas de peces y de cabezas de caballo. Se desarrolla el grabado, en hueso o asta de reno, sobre todo representando animales. En las últimas etapas magdalenienses se muestran evidencias de estructuras, sobre todo en las llanuras del norte de Francia y Alemania, como el conjunto de la Ile de France, con yacimientos como Pincevent, Verberie o Etiolles. Este conjunto ha permitido identificar un modelo de hábitat centrado en cabañas de madera, de formas circulares, con una estructura, según A. Leroi-Gourhan, focalizada en torno a un hogar, rodeado de un espacio de actividades domésticas y un espacio reservado (quizá lechos). Otros ejemplos son los yacimientos de Gönnesdorf y Andernarch en Renania-Palatinado, en Alemania. En ambos casos se trata de estructuras de habitación circulares, con un enlosado de lajas rodeado por agujeros de poste y en cuyo centro una fosa indica el lugar de un pilar central. Un elemento relevante es la presencia en Andernach de restos de conchas de moluscos mediterráneos que pueden evidenciar la presencia de relaciones a larga distancia. El tipo humano magdaleniense, eminentemente cazador, es el famoso Cromagnon.


Prof. Dr. Julio López Saco

UCV-UCAB

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