En los años noventa, un autor, de
nombre Su Bingqi, estableció un modelo de investigación de nombre quxi leixing, fundamentado en las
tipologías cerámicas. Dice que después del 10000 a.e.c. seis divisiones
regionales más o menos estables (quxi)
se formaron en el área que abarcó la China histórica: la región norte centrada
en las montañas Yan y en la zona de la Gran Muralla; la región oriental
focalizada en Shandong; las llanuras centrales (Shaanxi central, Henan
occidental y sur de Shanxi); la región suroriental en torno al lago Tai; la
zona suroccidental que incluye el área del lago Dongting y la cuenca de
Sichuan; y la zona meridional que abarca el lago Poyang y el delta del río
Perla. Tales culturas regionales se dividirían en fases locales (leixing). Cada región tendría su propio
origen cultural y su propio desarrollo, aunque interactuarían entre sí para
conformar el proceso de despliegue de la civilización china. Otro erudito, en
este caso Yan Wenming, sugirió que las llanuras centrales habrían sido algo así
como el centro de una flor, en tanto que las tradiciones culturales en las
áreas adyacentes los pétalos de dicha flor. De este modo, enfatizaba el papel
desempeñado por las llanuras centrales en el proceso que condujo a la
civilización china, aunque reconociendo la existencia de elementos
civilizatorios en la periferia en etapas prehistóricas. Con esta postura, sin
embargo, se compromete, en cierta medida, la diversidad cultural.
Los gobiernos nacionalista primero,
y comunista, después, intentaron configurar la población multiétnica de China
en una unidad política viable y coherente. El concepto de nación, a partir de
los años cincuenta del siglo XX, llegó a hacerse equivalente al de estado,
descrito por Fei Xiaotong, a fines de los años ochenta, como duoyuan yiti (una entidad simple con
múltiples componentes). En un proceso formativo amalgamativo, el núcleo
dominante sería Huaxia y las gentes Han, aunque la interacción cultural entre
Huaxia-Han y otros grupos étnicos no hubiese sido en una única dirección de
difusión, sino de influencias mutuas. De tal modo, el concepto quxi lexing en arqueología, y el
paradigma duoyuan yiti en una
perspectiva sociológica, se compensaron uno al otro en la dinámica de
construcción de la historia nacional.
En los años noventa del pasado
siglo Song Jian elaboró un proyecto para reconstruir una cronología segura de
las Tres Dinastías (Proyecto Cronológico Xia Shang Zhou), en el que empezaron a
participar diversos expertos en arqueología, historia y astronomía. La
finalidad, no alcanzada, era hacer la civilización china temporalmente
comparable a las más antiguas civilizaciones del mundo, sobre todo las de
Mesopotamia y Egipto. Una nueva organización investigativa surgió, entonces,
desde el seno del Departamento de Arqueología de la Universidad de Beijing, el
Centro para el Estudio de la Civilización, formalizado en 1999, que determinó
hallar el origen último de la civilización china en las culturas del neolítico.
En este sentido, la cultura Longshan se convertiría en el foco de interés
primordial.
Siempre ha habido en la arqueología
china una tendencia a identificar las culturas y fases arqueológicas, sitios e,
incluso, útiles, con específicos grupos antiguos de personas que son nombrados
en las leyendas, mitos y en la literatura histórica. Así, la cultura Longshan
de Henan se ha considerado el grupo Proto-Xia, que daría surgimiento a la
dinastía china más antigua registrada; o la expansión de los vasos cerámicos he
y jue, representarían el desarrollo históricamente documentado de la migración
de las poblaciones Xia y Shang. Términos tomados de las leyendas chinas han
favorecido las discusiones académicas sobre la cultura Longshan. Es el caso de Wudi shidai o el período míticos de los
Cinco Emperadores, que refiere héroes legendarios y sabios que habrían gobernado
antes de la dinastía Xia. Un período de tiempo caracterizado por la
coexistencia de muchos estados, cada uno de ellos posiblemente compuesto de una
ciudad amurallada y algunas aldeas, una configuración que los hallazgos
arqueológicos referidos a la cultura Longshan parecieran corroborar.
El pensamiento teorético
concerniente a la evolución cultural en la arqueología china fue dominado
durante mucho tiempo por la versión sinificada del marxismo. Se prefirió una
perspectiva unilineal de evolución social que, todavía a mediados de los años
ochenta y noventa, algunos autores suscribían (Tong Enzheng, Shi Xingbang).
Todas las sociedades primitivas progresarían desde una organización clánica
matrilineal-matrilocal-matriarcal, a una sociedad
patrilineal-patrilocal-patriarcal, lo que suponía la transición de una sociedad
“igualitaria” a otra estratificada, como resultado de la diferenciación en los
medios de producción económica (sobre todo los útiles de metal). La división
del trabajo habría formado la condición esencial para la acumulación de
beneficios y el intercambio de mercancías. Así, las ciudades, centros
artesanales y centros comerciales se habrían desarrollado, y una clase social
basada en la propiedad privada y en la explotación se habría consolidado.
Naturalmente, este armazón teórico ha sido puesto en duda porque la evidencia
de una sociedad neolítica en China matrilineal y matriarcal es muy vaga, y
porque son muy escasos los ejemplos de herramientas de metal usadas para la
producción de subsistencia durante el período Longshan, o incluso durante la
Edad del Bronce.
El modelo evolucionista se ha
amalgamado con los nuevos conceptos de nacionalismo (Li Xueqin), formando el
componente esencial, aplicado a través de la arqueología, en la reconstrucción
de la historia nacional[1].
En la construcción de un esquema
evolutivo cultural y social para China, un nuevo concepto gucheng guguo guwenhua shidai (período de ciudades arcaicas,
estados arcaicos y cultura arcaica), propuesto por Su Bingqi hace unas décadas,
ha ganado bastante popularidad recientemente. Gucheng, núcleo arcaico, se refiere al tipo de “ciudades” más
antiguo que se separaron de las villas ordinarias, pero que no se desarrollaron
plenamente como urbes; guguo, o
estado arcaico, significa entidad política estable e independiente que
trasciende la organización tribal basada en el clan. Los dos conceptos se
incorporaron posteriormente en la primera parte de una trilogía evolutiva
llamada guguo-fangguo-diguo (estado
arcaico, estado regional e imperio). El período guguo, descrito como equivalente a chengbang (ciudades-estado), habría comenzado en la cultura
Hongshan, hace más de cinco milenios en el noreste de China; el período fangguo, representaría un tipo madura de
sociedad estatal, y habría sido visible en algunas culturas prehistóricas, como
Liangzhu, en el valle del río Yanzi, y en el bajo Xiajiadian. Más tarde habría
caracterizado las famosas Tres Dinastías. El último período comenzaría en la
etapa de los Reinos Combatientes (siglo V a.e.c.), cuando algunos estados
regionales mayores entrarían en conflicto militar por la dominación política[2].
Otra estrategia investigadora, como
resultado del énfasis puesto sobre el desarrollo cultural regional (quxi leixing ya comentado), ha sido
trazar los orígenes de la civilización china en cada región en una época más
antigua de lo que se suponía. Se han intentado vincular ciertos logros
culturales (manufactura de objetos de jade, construcción de monumentos
ceremoniales), con el surgimiento de la civilización, o conectar desarrollos
culturales neolíticos regionales con las actividades de los reyes y sabios
legendarios. En consecuencia, sin embargo, los orígenes de la civilización
china no se han podido correlacionar, en antigüedad, con sus contrapartidas
mesopotámicas o egipcia, si bien el lugar de nacimiento de la dinastía Xia se
ha identificado en localidades del norte y también del sur de China. Ha habido
siempre una clara confusión entre civilización y estado, entendiendo la primera
como una gran tradición cultural que contiene rasgos definidos, como un estilo
artístico refinado, una arquitectura especializada, una escritura, un
calendario, y el segundo como una forma de organización política. Ni quxi leixing ni los relatos
mítico-legendarios proveen información suficiente para un análisis sistemático
del desarrollo de la complejidad social en la antigua China.
El primer estado pudo haberse
desarrollado en el norte de China, bien sea a partir de la cultura Yangshao,
donde se construyó el primer asentamiento amurallado conocido, por mediación de
la cultura Longshan, en donde diversos grupos de sitios amurallados y patrones
mortuorios jerárquicos han sido arqueológicamente evidenciados, o desde la
cultura Erlitou, momento en el que se desarrolló el primer urbanismo, asociado
con complejos palaciales bien definidos, así como una especialización
artesanal. Los estudiosos occidentales son más conservadores y cautelosos al
respecto, y creen que el estado no se desarrolló hasta la etapa dinástica
Shang, cuando se hacen observables las características de los estados
burocráticos en los registros arqueológicos. Aquí se apuntará que Erlitou pudo
haber sido ese primer estado, caracterizado por una nuclearización de la
población, un control político y ritual centralizado, el desarrollo de una
actividad artesanal especializada y por una más que presumible expansión
territorial.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB, Caracas. UGR (Granada). 11 de octubre del 2015
[1] El modelo neo evolucionista, que
implica la sucesión de banda a tribu, y de ahí a jefatura y estado, no ha sido,
en realidad, extensamente adoptado.
[2] En este orden de cosas, Yan
Wenming señala que el proceso de desarrollo de la civilización china puede ser
categorizado en tres etapas: guguo shidai,
período del estado arcaico, que incluye el período Longshan, equivalente a una
“jefatura” y, por tanto, al origen de la civilización china; wangguo shidai, período del estado
dinástico, que representarían las Tres Dinastías, período formativo de la
civilización; y diguo shidai, o etapa
imperial, que comienza en la dinastía Qin y finaliza en la Qing, cuerpo
principal civilizatorio.
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