Es el que se presenta en
la imagen uno de los más notables ejemplos de pintura figurativa minoica mural
al fresco. Se trata del célebre sarcófago de Hagia Triada, datado en el Minoico
Reciente II o, tal vez, III. Se representan escenas de carácter religioso y
ritual en todos sus lados. En los lados largos se observa una representación de
tipo ceremonial, concretamente el sacrifico de un toro. Un grupo de mujeres
realizan libaciones al lado de varios hombres que entregan lo que parecen ser
objetos votivos dedicados a una figura claramente estática que pudiera
corresponder a la estatua de una divinidad o, quizá, a una representación de un
fallecido. Se pueden ver hachas dobles votivas y una serie de motivos de
espirales y rosetas que ornan el conjunto, lo cual se vincula con la iconografía de Cnoso de la
etapa Neopalacial. Las representaciones de personajes femeninos, así como de
imágenes masculinas (a veces con hombres semidesnudos, estilizados y atléticos)
muestran siempre una tipología juvenil. Se observan convencionalismos comunes
con las pinturas próximo-orientales y egipcias, como la concepción genérica del
cuerpo humano y su representación cromática (la piel de color rojiza para
varones y blanca para las mujeres). Sin embargo, se busca más la esencia que el
realismo, hecho que aleja a esta pintura mural de la canónica, calculada y
rígida pintura egipcia. La composición (en este caso particular pero también en
general), presenta figuras en colores planos, sin sombra ni volumen, sobre un
fondo monocromático. Los personajes humanos y los animales se muestran de
perfil completo (no como el perfil medio egipcio) y, sobre todo, se representan
con gran fluidez y con movimientos bastante naturales. Paisajes, fauna y seres
humanos están siempre presentes, de lo cual se puede deducir una aguda
observación del medio por parte de los antiguos minoicos.
Prof. Dr. Julio López Saco
UM-FEIAP, abril, 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario