El mapa más antiguo que
se conoce es el denominado mapa de Nuzi (en la imagen), una pequeña tablilla de
arcilla que fue hallada en las ruinas de una ciudad de nombre Ga-Sur, al norte
de Babilonia. Ha sido fechada hacia 2500 a.e.c., si bien algunos autores creen
que posiblemente pueda ser un milenio más antigua. El documento aquí
representado tiene una finalidad administrativa pero también un evidente valor
cartográfico, pues incluye una serie de anotaciones en escritura cuneiforme en
las que se aprecia la atribución de parcelas de una particular superficie a
varios propietarios específicos. El elemento central del mapa es un río, casi
con total seguridad el Éufrates, cuyo sinuoso curso aparece flanqueado por un
conjunto de montañas, representadas en forma de semicírculos apiñados. El curso
fluvial es dibujado con líneas rectas, que se ensanchan en una especie de
delta, y acaban desembocando en una gran masa de agua. Este documento
cartográfico es el primero en el que hay constancia de la orientación. En el
mapa se señalan los orientes principales por medio de referencias a los vientos
característicos de la región, un recurso clásico en mapas posteriores.
Prof. Dr. Julio López Saco
UM-FEIAP, octubre, 2019.
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