En el área circuncaribe (Bahamas, Barbados, Trinidad y Tobago), y en tierra firme, el centro y el este de Venezuela y parte de las Guayanas, se destacó la cultura de los Taínos, que designa los grupos de lengua arawaka de las Antillas Mayores. Su periodo cronológico comienza con el período Meso-Indio (5000-1000 a.C.), momento de aparición de la población en las islas provenientes del continente. Son pueblos pescadores y recolectores de mariscos. Restos de estos grupos, de lengua ciboney, fueron empujados a Cuba y Haití por pueblos de economía agrícola más tardíos. Hacia el 1000 a.n.e., con el comienzo del período Neo-Indio, aparece la agricultura en el área, concretamente, de la mandioca, así como la cerámica, quizá proveniente de Venezuela. La cerámica de la cultura taína más temprana es la conocida como Chicoide, de 850.
Los asentamientos taínos variaban desde una sola casa multifamiliar hasta poblados de unas mil, con áreas ceremoniales en forma de espacios rectangulares. La residencia del cacique, en un lado de la plaza rectangular, se llamaba caney, estructura rectangular con techo a dos aguas, con marquesina frontal que hacía las veces de templo y donde se guardaban lo cemíes o ídolos relevantes del poblado. El bohío era la vivienda popular, de la gente común, de planta circular y tejado cónico, de carácter multifamiliar. La organización política era el cacicazgo o una confederación de jefaturas, en la que el cacique principal gobernaba una suerte de territorio provincial, dividido en distritos, gobernados por jefes, que, a su vez, regían poblados, cada uno con su líder, de carácter mágico-religioso.
La religión se centraba en el culto a las divinidades cemíes, destacándose Yúcahu Bágua Maórocoti, especie de principio inmortal, aunque había otros dedicados a la agricultura, los fenómenos metereológicos o los antepasados. La ceremonia principal era la inhalación de polvos alucinógenos por el cacique y los behiques o sacerdotes, para comunicarse con los cemíes. Vemos en las fotografías un par de ejemplos: un cemí tallado en madera, arrodillado, y otro sentado, también antropomorfo, y realizado en piedra. Son figuras en posición sedente o arrodillada sobre las que se proyecta una plataforma o bandeja, donde se colocaban los polvos para ser inhalados. Son seres esquematizados, con costillas y columna vertebral señaladas, lo que puede ponerse en relación con la espiritualidad de las prácticas chamánicas. Presentan rasgos del rostro marcados, con grandes cuencas oculares y, a veces, con miembros viriles erectos. Presentan también motivos grabados sobre brazos y piernas. Así mismo se destacan los dúhos, de madera o piedra, asientos o banquetas ceremoniales, relacionadas con la inhalación de sustancias alucinógenas. En ellas se sentaba el cacique o el behique para la inhalación ritual, lo que significa que son símbolos de rango. Tienen un vago carácter antropomorfo.
Los asentamientos taínos variaban desde una sola casa multifamiliar hasta poblados de unas mil, con áreas ceremoniales en forma de espacios rectangulares. La residencia del cacique, en un lado de la plaza rectangular, se llamaba caney, estructura rectangular con techo a dos aguas, con marquesina frontal que hacía las veces de templo y donde se guardaban lo cemíes o ídolos relevantes del poblado. El bohío era la vivienda popular, de la gente común, de planta circular y tejado cónico, de carácter multifamiliar. La organización política era el cacicazgo o una confederación de jefaturas, en la que el cacique principal gobernaba una suerte de territorio provincial, dividido en distritos, gobernados por jefes, que, a su vez, regían poblados, cada uno con su líder, de carácter mágico-religioso.
La religión se centraba en el culto a las divinidades cemíes, destacándose Yúcahu Bágua Maórocoti, especie de principio inmortal, aunque había otros dedicados a la agricultura, los fenómenos metereológicos o los antepasados. La ceremonia principal era la inhalación de polvos alucinógenos por el cacique y los behiques o sacerdotes, para comunicarse con los cemíes. Vemos en las fotografías un par de ejemplos: un cemí tallado en madera, arrodillado, y otro sentado, también antropomorfo, y realizado en piedra. Son figuras en posición sedente o arrodillada sobre las que se proyecta una plataforma o bandeja, donde se colocaban los polvos para ser inhalados. Son seres esquematizados, con costillas y columna vertebral señaladas, lo que puede ponerse en relación con la espiritualidad de las prácticas chamánicas. Presentan rasgos del rostro marcados, con grandes cuencas oculares y, a veces, con miembros viriles erectos. Presentan también motivos grabados sobre brazos y piernas. Así mismo se destacan los dúhos, de madera o piedra, asientos o banquetas ceremoniales, relacionadas con la inhalación de sustancias alucinógenas. En ellas se sentaba el cacique o el behique para la inhalación ritual, lo que significa que son símbolos de rango. Tienen un vago carácter antropomorfo.
Prof. Dr. Julio López Saco
No hay comentarios:
Publicar un comentario