IMÁGENES, DE ARRIBA HACIA ABAJO. ADMONICIONES DE LA INSTITUTRIZ DE LA CORTE. TINTA Y COLOR SOBRE SEDA. COPIA DE LA DINASTÍA TANG, A PARTIR DE UN ORIGINAL DE JIN ORIENTAL. MUSEO BRITÁNICO; ESCRITURA CORRIDA O RÁPIDA, XING SHU; Y NINFA DEL RÍO LUO, QUE ILUSTRABA UN POEMA DE CAO ZHI (SIGLO III). COPIA DE ÉPOCA SONG. MUSEO DEL PALACIO DE BEIJING.
La caligrafía era considerada,
tradicionalmente, la principal arte visual china, fundamentada en el atractivo
estético y en los aspectos místicos de los caracteres. Desde época Han, el
empleo de la escritura cursiva convirtió a la caligrafía en un arte personal,
un medio de desahogo creativo, ideal para personas de gran cultura y habilidad
con el pincel, y en un mecanismo de auto expresión. El valor de la caligrafía
residía en su consideración como un medio para expresar la personalidad más
profunda del escritor. La consecución de una abstracta belleza, basada en el
ritmo del pincel y en la fluidez natural de la línea, importaba más que la
legibilidad. De tal manera, placer y emocionalidad se combinaban con la
abstracción estética y la grafología.
La caligrafía pintada tenía varias
formas: la administrativa y oficial (Li);
la convencional, también llamada regular (Zheng
o Kai); la rápida, corrida (Xing) y la forma cursiva, breve (Cao). El calígrafo más renombrado de la
época de desunión fue Wang Xizhi, quien vivió durante el siglo IV. Su
inspiración fue la naturaleza y el daoísmo. Desarrolló el llamado trazo
continuo musical, delicado y fluido.
Uno de los más relevantes y
reconocidos poetas chinos de este período fue Tao Yuanming (Tao Qian), que
vivió entre los siglos IV y V. En su poesía se alude a la tranquila y sencilla
vida campestre, al vino, a la naturaleza y su armonía, así como a los libros.
En esta época aparece una nueva actitud hacia la literatura, que cuestiona que
el arte poético sea un medio fundamental para la educación moral, porque
también la expresión personal y el sentido meramente lúdico eran básicos en la
expresión poética. Uno de los autores que valoraban la poesía como un fin en sí
mismo fue el reconocido Lu Ji (261-303) en sus rapsodias (fu). Se insistía mucho en el empleo de diversos recursos
estilísticos y en el uso de un lenguaje lleno de exotismos.
Es en este momento cuando comienza
la tradición paisajística en China, aunque siga siendo fundamental la presencia
de la figura humana. Uno de los pintores más relevantes fue Gu Kaizhi, que
vivió a caballo entre los siglos IV y V, cuya fama radicaba en su capacidad de
captar la esencialidad de sus personajes. Su obra más reconocida fue
Admoniciones de las institutrices a las damas de la corte. También es ahora
cuando se desarrolla la crítica de arte y se formulan los famosos seis
principios clásicos de Xie He, renombrado retratista del siglo VI. El primero
de estos principios señalaba que el artista debía insuflar a la pintura sentido
y fuerza vital (qi), de lo que el
Universo, y los seres humanos, están hechos. El segundo, exigía fuera y
estructura en la pincelada (de ahí el vínculo de pintura y caligrafía[1]).
La fidelidad en la representación, la conformidad de los representado con la
naturaleza, sobre todo en el uso de los colores, la planificación para ubicar
los diferentes elementos; esto es, la composición, y la necesidad de copiar a
los viejos maestros, son los otros principios básicos[2].
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB, Caracas. Doctorado en Historia.
[1] Esta asociación implicaba la
consideración de la escritura como trazos pintados. Poesía, caligrafía y
pintura serían contempladas con posterioridad como las tres artes de las
personas letradas, que escribían poemas en las pinturas. Esta sería, entonces,
un poema sin palabras.
[2] Hay aquí una referencia al
tradicional respeto y veneración al pasado, a la manera de preservar obras
antiguas y a la disciplina de los maestros de antaño, de los que los nuevos
aprenden.
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