1 de junio de 2017

Los mitos orales coreanos. Génesis y características


  
En la imagen el dios coreano Chakdudaesin, una deidad adorada en el ritual chamánico que se lleva a cabo cuando alguien desea convertirse en aspirante a ser un aprendiz de chamán. Para demostrar que está preparada para ser un futuro chamán, la persona debe danzar sobre una serie de cuchillas mientras canta el Mukyong (Libro de Encantos) o juega con espadas sacras. Y claro, solamente los destinados a ser chamanes pueden hacer esto. En esta ocasión, se ve al dios como ejecutante, sobre cuchillas de cortar paja, colocadas encima de un vaporizador de pasteles de arroz, y vestido con uniforme de un general. Obsérvese que mantiene las espadas sagradas en sus manos, encima de su cabeza. La imagen se conserva en el Museo Kahoe.

El origen de todos los mitos coreanos se encuentra en el kut, un ritual chamánico, en el cual el chamán ofrece un sacrificio y ruega a los espíritus que intervengan para solventar problemas de la vida cotidiana de las personas. Los coreanos creían que todos los dioses poseían diferentes tipos de autoridad divina. Ahora bien, había que escoger bien en cada caso, pues únicamente la deidad correcta podría ser capaz de solventar un determinado, un particular inconveniente o problema.  Los mitos orales coreanos se focalizan en la explicación de las historias de fondo de  las divinidades.
En la península de Corea se percibían a todos los dioses como iguales, en virtud de que estaban destinados a resolver problemas propios de las vidas de las personas. Sin embargo, algunos mitos, en particular influenciados por el daoísmo y el budismo, establecieron algunas clasificaciones, más o menos jerarquizadas, entre divinidades, caso del Rey Daoísta del Cielo o el Señor Budista de los Infiernos. En términos generales, el número total de deidades era igual al número completo de diferentes tipos de problemas que podrían acontecer en las situaciones cotidianas.
Los mitos orales siempre describen, en consecuencia, problemas que los dioses encuentran al principio y que afectan al cuerpo, más tarde los soportan y solventan para, finalmente, ascender como dioses y desaparecer de escena. Estos dioses siempre mantienen  las distancias hasta que escuchan los ruegos y llantos humanos solicitando ayuda.
Esperan ser tratados adecuadamente siempre que sean llamados en ayuda de alguien. Si no fuesen tratados bien, se vengarán enviando una serie de desgracias o tomando las vidas de las personas. Se convertirán en buenos o malos espíritus dependiendo de cómo sean tratados. Requieren, en fin, recompensas en función de la misericordia que provean.
Los mitos coreanos tienden a focalizarse en el rol jugado por un dios en cuestión, que es el protagonista principal de la “historia”.
Los mitos que pueden ser vistos como de la creación son Ssaengut (Un ritual Chamánico del Dios Chamán), Ch’ogamje (El Primero de los Ritos Chamánicos), Ch’angsega (Canción de la Creación) y Ch’onjiwangbonp’uri (Mito del Origen del Rey Ch’o(nji)). Al respecto de los mitos de inundación, existen dos típicos. Uno de ellos, el más relevante, es el de la interrelación entre hermanos, que implica que la humanidad continúa su existencia gracias al matrimonio entre dos hermanos que sobreviven a  una gran inundación devastadora. Por otra parte, en el mito de Namu Toryong (Un Hijo del Dios Árbol), Namu juega un papel semejante en la continuación de la historia humana después de una gran inundación.  
La deidad de la creación certifica el orden fuera del caos en los fenómenos naturales y en los asuntos humanos. Su principio es crear dividiendo. En ocasiones, lo que es usado para lograr el orden de las cosas puede, eventualmente, causar un completo caos. Este es un principio inherente al mito de la creación. Un buen ejemplo es el de los múltiples soles destructores.
El mito de la interrelación hermano-hermana trata de la creación a través de la combinación, además de la creación por medio de la división. Por tanto, la creación es división y combinación, que es el principio mayor de la naturaleza circundante. De hecho, muchas plantas se reproducen por división, mientras que muchos animales lo hacen por combinación.
Entre los mitos referidos al inframundo destaca Ch’asabonp’uri (Mito del Origen del Mensajero del Inframundo), que cuenta la historia de Kangim, un mensajero de la muerte del Más Allá. Es el encargado de guiar las almas de la gente fallecida al Inframundo. Sin embargo, Kangim fue, en origen, un funcionario que sirvió al magistrado Kim Ch’i. Kwayangsaengi y su esposa habían asesinado a tres hijos del rey del reino de Tonggyong para robar su dinero.  Pero esos tres vástagos renacieron y aprobaron el examen para entrar a formar parte de los oficiales gubernamentales. Repentinamente murieron de Nuevo, de tal modo que Kwayangsaengi solicitó una aclaratoria al respecto de su sospechosa muerte. Kim Ch’i le preguntó a Kangim cómo se podría resolver el inconveniente[1]. Éste amenazó al Rey del Inframundo para que le ofreciese una respuesta satisfactoria. Mientras esto ocurría, se desveló que Kwayangsaengi había matado a los tres hijos del rey del Reino de Tonggyong. Como consecuencia, Kwayangsaengi fue castigado y Kangim invitado por el Rey del Inframundo como sirviente, como mensajero de la muerte del Inframundo.  
En el Samanibonp’uri (Mito del Origen de Samani), el Changjap’uri (Mito del Origen de Changja), y en el Whangch’onhonsi (Un Dios Calavera), la gente se encara con el manejo de la muerte para evitar sobornar a los mensajeros de la muerte.  
El estanque Haenggi ejerce de límite que separa los espacios entre el mundo y el inframundo. Aunque no es un simple pasaje, pues si se cae en el estanque (camino vertical), se estará en el camino a la entrada del sendero del inframundo (el camino horizontal).
Myongjinguksaengbulhalmangbonp’uri (El Mito de Origen de la Diosa del Nacimiento) es un mito representativo del que se puede aprender sobre la imaginación mítica relativa al nacimiento. La diosa Samsinhalmang llegará a ser quien dé nacimiento a la gente en este mundo, mientras que la Vieja Samsinhalmang será la deidad que tome los niños fallecidos (puede propiciar enfermedades a los infantes o tomar su vida).
Otros mitos vinculados con el nacimiento de los niños son Chesokbonp’uri (El Mito del Origen de los Tres Dioses Chesok), Tanggumaegi (Diosa Tanggumaegi) y Samt’aejap’uli (Mito del Origen de los Tres Hermanos). Este último es recitado en el  Songingut, un ritual chamánico del Dios Chamán de la región de  Kawnbuk. Songingut se formaliza para desear longevidad, éxito, riqueza y, sobre todo, el nacimiento de hijos.
Tanggumaegi dará nacimiento a trillizos. Tanggum significa diosa de la villa o del valle. De tal manera, además de diosa del nacimiento, Tanggumaegi es también una guardiana regional o una deidad de la tierra. Su rol de extiende de modo significativo para incluir el papel de diosa de la producción. Esto se evidencia, por ejemplo, en el Segyongbonp’uri (El Mito de Origen de los Dioses de la Agricultura).
La mayoría del folklore coreano se fundamenta en los chamanes que realizan la ceremonia chamánica denominada kut. En épocas antiguas, los chamanes pertenecían a una sagrada clase, muy respetada por la comunidad. Incluso llegarían a servir como reyes en la etapa conocida como teocracia. 
En una historia en el Karakkukki (Memorial del Reino Karak), que es una sección del Samgukyusa (Recuerdo de los Tres Reinos)  compilado por Ilyon, seis jefes se reunieron en la cumbre del Kuji y llevaron a cabo una ceremonia de danza en espera de la elección del rey por parte del Cielo. Esos seis jefes serían los patriarcas de su tribu. Al tiempo, harían las veces de los maestros de las ceremonias; es decir, los chamanes mismos. 
Hay mitos acerca de los antepasados de los chamanes. Ch’ogongbonp’uri (Mito de Origen de Ch’ogong, el Dios Ancestro de los Chamanes), de la isla de Cheju, es el mejor ejemplo al respecto. En el mismo se cuenta que tres hermanos, Chetpugi, nacieron de la unión de un monje y nogadanp’ungjajimyongagassi, llegando a ser las deidades ancestrales de los chamanes[2].
La Princesa Pari es también un gran mito de los orígenes de los chamanes en Corea. Nacida como una séptima princesa, fue abandonada por sus padres. Posteriormente, llegará a ser un chamán, tras salvar a sus padres de la enfermedad.
Los magos, quienes emplean poderes mágicos para resolver problemas, fueron héroes en la mitología coreana. En el Hyangga (Antiguas Canciones Populares Coreanas), podemos encontrar las peripecias de yungch’onsa (del siglo VII) y Wormyongsa (del VIII). Así, por ejemplo, cuando dos soles aparecen en el cielo, provocando grandes sequías, Wormyongsa entona el Tosolga (La Canción de Tosol) para eliminar a uno de ellos.
Los magos también participaban en las guerras en los tiempos antiguos. La gente confiaba en ellos para alcanzar la victoria en los conflictos armados. Este hecho está en la base de que, muy probablemente, héroes como el épico Janggar mongol o el Gesar tibetano, hayan sido también magos al mismo tiempo.
El héroe guerrero Koenegitto en el Koenegidangbonp’uri (Mito del Origen del Santuario Koenegi), de la isla de Cheju, es también, en la versión del Ch’ilildang (Santuario Ch’ilil), un médico que es capaz de curar mágicamente las enfermedades oculares. En la versión Songdang aparece como un héroe que contiene un alboroto en el país de Ch’onja. Se podría decir que un héroe guerrero es también uno cultural. En este caso, asegurar la comida para el grupo entero es tan importante como protegerlo de ataques externos. Además, también defienden a los indefensos ante la opresión y suelen tener muertes trágicas.
Un magnífico ejemplo al respecto es el Yangimoksabonp’uri (Mito de Origen del Magistrado Yang) o el KoTaejangbonp’uri (Mito del Origen de Ko Taejang) de la isla de Cheju. Aquí las personalidades principales son descritas como héroes resurgentes que encuentran un final trágico.

Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. FEIAP-UGR. Junio, 2017



[1] Kangim le preguntó a Kilnajang, un mensajero inframundano, por el camino al Inframundo, ofreciéndole un pastel como recompensa o premio. La anécdota muestra que se puede alcanzar la meta siendo bondadoso con los demás.    
[2] El monje debió ser, en origen, un dios celestial adorado en el chamanismo. Este mito es, de alguna manera, equivalente al del fundador en el mito del nacimiento de la nación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario