9 de junio de 2017

La adivinación en el Japón antiguo: la escapulimancia


La escapulimancia fue un método de adivinación que había estado en auge en Anyang, la capital Shang. Antes de que el método fuese introducido en Japón en China se había adoptado otros mecanismos. Esta práctica se continuó en Corea, en donde muchas escápulas han sido desenterradas en diversos yacimientos en el norte y sur del país. Una buena parte de los arqueólogos cree que los ejemplos más antiguos preservados en Japón son de la época Yayoi Medio. El punto de partido habría sido el valle del río Amarillo, continuando su acción a través de Corea, desde donde llegaría a Japón. No obstante, ciertos estudiosos piensan que el método de adivinación pudo haber llegado también desde Siberia. 
La tendencia generalizada es vincular la práctica adivinatoria con el cultivo del arroz y sus rituales asociados[1]. La práctica difícilmente pudo haber alcanzado Japón desde el norte de Kyushu. Es más probable que lo hiciera desde las islas de Tsushima e Iki, cruzando desde la península de Corea. En los sitios Karakami y Harunotsuji en la isla de Iki, algunos omóplatos de ciervo y jabalí fueron reconocidos como huesos oraculares (bokkotsu). Se ha dicho que pertenecen al período Yayoi Tardío. Otros muchos yacimientos han mostrado huesos fracturados. Los ubicados más al norte, pertenecientes al período mencionado, se hallaron en el sitio Namani en la prefectura de Nagano. Mientras, aquellos ejemplares del período Kofun han sido desenterrados en ciertos sitios en las prefecturas de Osaka, Chiba, Kanagawa y Niigata (en la isla de Sado).
Esta práctica adivinatoria se continuó durante los períodos Nara (710-794) e Heian (794-1185), épocas en las que todavía se carecía de escritura, siendo la mayoría de los ejemplos recuperados huesos de ciervo. Los huesos oraculares de marmota (iruka) se han encontrado en cuatro yacimientos, todos en la prefectura de Kanagawa. Los caparazones de tortuga marina (akaumigame) pertenecen al comienzo del período Kofun. El texto conocido como Engishiki[2] señala que estos huesos eran los instrumentos que empleaba la Persona Augusta para adivinar. Además, especifica que eran enviados cincuenta de estos huesos a la corte cada año, a la par de citar la cuota que se requería en las provincias.
Los huesos oraculares consisten de omóplatos de ciervo, algunas costillas y, en ocasiones, metatarsos y vértebras. Los omóplatos y las costillas de jabalí, los huesos de la espalda de las marmotas y los plectros de las tortugas marinas son también habituales. En ciertos casos, los huesos se pintaban de rojo. Parece probable que los ciervos fuesen especialmente cazados, con debidas ceremonias apropiadas, con el propósito de que sus huesos sirvieran para adivinar. En tal sentido, pudo existir un negocio al respecto, el de suministrar omóplatos para los adivinadores. La caza del ciervo, representada sobre las campanas de bronce, podría ilustrar, precisamente, tales prácticas.
Se conocen unas cien piezas de más de una treintena de sitios. Aquellos huesos hallados  en Tsushima e Iki y en las prefecturas de Ehime, Okayama, Shimane, Osaka, Kanagawa y Miyagi así como en la isla de Sado, se datan, en un porcentaje elevado en el período Yayoi, porcentaje que decae progresivamente en los períodos Kofun (dieciséis por ciento) y Nara (un catorce). En los huesos más antiguos la técnica empleada incluía hacer un hueco con una barra de cobre y quemar la pieza, de manera que se conformaban diversas fracturas que posteriormente eran “leídas”. Más tarde el proceso se sistematizó y se realizaron pequeños huecos en las cuatro esquinas del hueso, formando un cuadrado, además de otro en el medio.  
Las osamentas de marmotas tienden a ser de la etapa Kofun o posteriores, en tanto que el empleo de caparazones de tortuga implica una práctica más sofisticada. Adivinar a través de los caparazones de quelonios se concibió como un arte de mayor especialización que el de la escapulimancia propiamente dicha. Sus practicantes obtuvieron un reconocimiento social mayor, puesto que trabajaban para el emperador. Tortugas aparecen en relieve en diversas campanas de bronce Yayoi. No se les reconoció como símbolos daoístas hasta la dinastía Han en China, cuando fueron introducidas en los espejos. De hecho, la serpiente enrollada y la tortuga (negras), fueron las divinidades tutelares del norte, como se puede apreciar en los espejos TLV chinos.
El proceso de adivinación en la corte estuvo rígidamente ritualizado, hasta el punto de que la madera con la que se calentaban los huesos usados para la adivinación tenía que proceder de determinados árboles, en especial de abedul o cerezo del Monte Kagu.

Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. FEIAP-UGR. Junio, 2017.



[1] Si hoy en día se advierte que el arroz surgió en Japón en época del Jòmon Tardío, es factible, entonces, que la adivinación con huesos preceda la fecha convencional de los inicios Yayoi.
[2] Los Procedimientos de la Era Engi, un libro de leyes y regulaciones gubernamentales en lo tocante a las ceremonias y la administración, fue editado en el primer cuarto del siglo X. Una de sus partes es el Jingi.kan (que contiene los primeros diez libros de un total de cincuenta) referida a los asuntos de los kami en relación a la prosperidad de la comunidad nacional. La otra sección es el Dajo-kan, mucho más extensa.

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