15 de junio de 2019

Fundación de la República Romana: ¿un proceso revolucionario?


¿Fue la fundación de la República romana un proceso “revolucionario” (en sentido amplio del término)?. Sí y no. Dionisio de Halicarnaso (en Antigüedades Romanas) y el omnipresente T. Livio son nuestras fuentes principales para reconstruir tal proceso. Cuentan algo parecido, pero no igual. Semejante semejanza no obsta, de hecho, para que las interpretaciones historiográficas difieran un tanto.
Se destrona a Tarquinio el Soberbio, rey de origen etrusco, aboliéndose el régimen monárquico a través de dos máximos magistrados con poderes ejecutivos, los cónsules. El proceso ¿revolucionario?, fue inspirado, según la tradición analística romana (en especial la Historia de Fabio Píctor, de fines del siglo III a.e.c.), por Lucio Junio Bruto, apoyado por el Senado. En este caso, la proposición de la destitución del rey y su familia va seguida de la institución de las magistraturas consulares. En Livio, Bruto actuaría en armas desde su puesto de tribuno de los celeres. Lo cierto es que, se podría decir, el carácter “revolucionario” de la nueva institución es relativo (o, al menos, dudoso), pues la elección de los primeros cónsules se produjo bajo la dirección de un cargo monárquico (praefectus urbis), y únicamente con “presuntos” deseos republicanos, a decir de Livio.
En otro aspecto, sin embargo, si existe un proceso revolucionario; el de la concepción de un poder nuevo (Res publica frente a Regnum), aunque la magistratura consular tuvo un proceso formativo previo. La analística romana afirma la presencia de dos magistrados anuales supremos (cónsules y pretores) así como un magistrado único, praetor maximus, encargado de fijar un clavo en el templo de Júpiter Capitolino para iniciar el cómputo anual. En este punto se otean variantes a la hora de concretar el relevante proceso.
Es posible que el anual y primigenio praetor maximus (en la monarquía al frente del colegio de praetores minores), fuese luego sustituido por dos praetores maiores, de nombre “cónsules” para recalcar su igualdad; esto es, los que se sientan juntos. Tal posibilidad fue defendida en su momento por todo un A. Momigliano. Pero también el rey pudo haber sido sustituido inicialmente por un magister populi, limitado de poderes en el siglo V a.e.c. por los movimientos de secesión de la plebe que llevarían a la creación de los tribunos de la plebe. Así, ese magister populi se convertiría en magistratura extraordinaria para emergencias. Esta posibilidad, muy a tener en cuenta, la sostuvo el reconocido estudioso De Martino.
Ahora bien, lo que resulta clarividente (más que propiamente revolucionario), es que la revuelta contra Tarquinio y la realeza se produjo de parte de la nobleza ecuestre, guardia de los reyes etruscos, con la intención de monopolizar el poder como un patriciado con total control del Senado (formado por ellos, que también controlaban el ejército).

Prof. Dr. Julio López Saco
UM-FEIAP, junio, 2019.

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