20 de noviembre de 2023

Venus esteatopigias y su funcionalidad. Sexo, sociedad, religiosidad, identidad y estética






Imágenes, de arriba hacia abajo: Venus de Hohle Fels, hallada en una cueva al sur de Alemania. Es la más antigua de las venus conocidas, de 38.000 años de antigüedad. Museo de Prehistoria, Blauberen; diversas imágenes de la Venus de Renancourt descubierta en Amiens y con una antigüedad de 23.000 años Antes del Presente; la Venus Dama de Brassempouy o Dama de la Capucha, en marfil, fechada entre 26.000 y 24.000 años Antes del Presente, y encontrada en Landas, en Francia; sección delantera y posterior de la Venus de Lespugue, realizada en marfil y con un tamaño de unos quince centímetros. Fue descubierta en 1922 en la Cueva de Rideaux en el Alto Garona francés. Tiene una antigüedad entre 26.000 y 24.000 años y se encuadra dentro del periodo Gravetiense y; venus rusa, de hace 23.000 años de antigüedad, tallada en un colmillo de mamut. Representa a una mujer obesa, quizás embarazada, y con grandes vientre y busto.

Las venus esteatopigias o de grandes glúteos configuran el principal prototipo de la representación femenina en el Paleolítico Superior. Se trata de esculturas exentas de pequeño tamaño y, por tanto, de bulto redondo, que fueron elaboradas en marfil, piedra o arcilla. Cronológicamente se ubican en el período Gravetiense, hace entre 22.000 y 30.000 años, si bien algunas son más antiguas1. De forma genérica tiene una forma romboidal, con el abdomen remarcado y, mayoritariamente, se presentan sin rasgos faciales, salvo notables excepciones como la Venus de Dolní Vêstonice, o la Dama de la Capucha de Brassempouy. La acumulación de tejido adiposo se muestra en las nalgas aunque también en las piernas y los muslos. Obesidad, gestación, vulva abierta y pubis remarcado, además de grandes senos, son las características básicas de buena parte de estas venus.

Como una tipología de manifestación artística que se difundió por un amplio espacio geográfico, estas figurillas debieron desempeñar un papel social. Se las encuentra diseminadas desde los Pirineos hasta Siberia, aunque la gran mayoría se encuentra en la llamada Europa media. Las figuras de Europa central y occidental presentan el canon estético que ya se ha descrito, si bien hacia las regiones orientales van modificándose las proporciones, y las figuras de hacen más delgadas, presentando adornos corporales del tipo cinturones, tocados, collares y hasta ventimenta2.

Habitualmente se distinguen cinco grupos de estas venus: el pirenaico-aquitano; el renano-danubiano; el italiano; el ruso y el siberiano. La variabilidad de formas podría responder a ideales colectivos o personales, en ocasiones asociados a ideales eróticos, si bien también puede implicar un valor social, siendo vistas estas figuras como elementos de cohesión de los grupos humanos. Pudieron ser consideradas símbolos que facilitaban el vínculo de personas en el seno de un grupo.

Estas imágenes podrían ser reales; esto es, personas físicas que hayan sido retratadas de una manera más o menos realista. No obstante, también pueden representar antepasados, lo que supondría un carácter conmemorativo de las figuras, así como encarnaciones de personas en modo de divinidades. El matiz religioso que tradicionalmente se les ha atribuido conllevó su interpretación como chamanas o sacerdotisas. Resulta posible, asimismo, que sean fetiches, a la manera de curanderas y magas, o que incluso fuesen usadas, cotidianamente, como muñecas.

La inmensa mayoría de las venus están desnudas, mostrando con claridad el vientre, la región del pubis, los senos y las nalgas. Solamente en unos pocos casos presentan atuendos, que se reducen a collares, pulseras, cinturones y capuchas. Su desnudez pudo haber tenido una motivación erótica, pero también haber sido una manera de buscar la afirmación de la identidad humana, especialmente femenina, así como haber tenido motivaciones expresivas. Sea de una manera o de otra, los autores de las figuras desearon ejemplificar la fisonomía de la mujer, con marcados rasgos sexuales, en general, y no tanto la de una en específico.

Parece existir una correlación entre la adiposidad y la gravidez de estas mujeres3. Esto se vincula a abultados vientres, nalgas anchas, la vulva marcada y una zona pubiana triangular. La gravidez anuncia fecundidad, en tanto que la obesidad simboliza abundancia. A pesar de esta asociación, resulta factible que las venus representasen un ideal estético, tal vez para un sector de la sociedad. Hasta es posible que mujeres con estos rasgos anatómicos y con los caracteres sexuales destacados, fuesen consideradas prototipos de madres, en virtud de que sus abundancias exageradas serían una representación de la mayor probabilidad de perpetuar la especie humana.

Otras representaciones femeninas han aparecido en las paredes de los abrigos y de cuevas. Sojn piezas del arte mueble hechas en grabados, pintura y relieve. En la época del Gravetiense sobresalen los conjuntos de Laussel y Abri Pataud, en Francia. En el primero de ellos destaca la muy conocida Venus de Laussel o Dama del Cuerno. En Abri Pataud, por su parte. destacan algunas imágenes, si bien ya del Magdaleniense (hace entre 18.000-12.000 años), de mujeres con el vientre abultado mostrando su gravidez. Las imágenes que aparecen sobre huesos o en plaquetas son de este período Magdaleniense. En ellas ya ha desaparecido el carácter reiterativo de la fecundidad, en tanto que lo sexual y lo erótico se sugieren de una forma más explícita, un hecho que puede significar, a su vez, un cambio en el canon de belleza.

No es posible saber si los casi dos centenares de figurillas femeninas que se conocen como venus fueron hechas por mujeres o por hombres. Se ha dicho que si fuesen elaboradas por varones, tal vez, las habrían confeccionado como un reflejo de una suerte de pornografía plástica, algo que resulta muy complicado de establecer. Lo cierto, es que la creación de estas figuras es una respuesta a un determinado contexto espacial y temporal, que debió llevar implícito un concreto significado socio-cultural.

Bibliografía básica

Campillo, J.E., La cadera de Eva. El protagonismo de la mujer en la evolución de la especie humana, Ares y Mares, Barcelona, 2005.

Cohen, C., La femme des origines. Images de la femme dans la préhistoire occidentale, Belín-Herscher, Luçon, 2003.

Delporte, H., Réalisme de l’image féminine paléolithique, CNRS, París, 1993.

Ehrenberg, M., Women in Prehistory, British Museum Publ., Londres, 1989.

García-Díez, M. & Angulo, J., Sexo en piedra. Sexualidad, reproducción y erotismo en época paleolítica, Luzán, Madrid, 2005.

García-Díez, M. & Angulo, J., El sexo prehistórico. Tras los orígenes de la sexualidad humana, edit. Salvat, Barcelona, 2023.

1 La Venus de Galgenberg, hallada en Austria y coloquialmente conocida como Fanny, es una de las figuras femeninas de mayor antigüedad, en tanto que se data en la época del Auriñaciense, en torno a hace 32.000 años.

2 Las venus del conjunto siberiano, como las figurillas de Kostenki, muestran algunas trazas de vestimenta, aunque no se cubre con ella la desnudez ni de los genitales ni de los senos.

3 La hipertrofia de los depósitos de grasa, así como los grandes senos podrían ser contemplados, no obstante, como un modo de asegurar un propicio estado nutricional, necesario para una adecuada lactancia y un largo período de cuidado de la prole.

Prof. Dr. Julio López Saco

UM-AEEAO-UFM, noviembre, 2023.

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