6 de mayo de 2019

Figurillas-ídolos figurativos de Perdigões (Portugal)






Estos denominados “ídolos” de Perdigões (sur de Portugal), conforman cerca de veinte pequeñas estatuillas zoomorfas y antropomorfas hechas en marfil, cuya datación se establece entre los estadios culturales del Neolítico y la Edad del Bronce. El contexto de su hallazgo parece implicar que pudieron tener una función funeraria, pues fueron hallados en un contexto de deposición de restos de cremaciones humanas. El relevante hecho de que hayan sido elaboradas en un material como el marfil parece demostrar que a mediados del III Milenio a.e.c. ya existían rutas comerciales de productos exóticos que se conectaban con la Península Ibérica. Entre las diferentes piezas destaca un báculo, interpretado como una suerte de bastón ultramundano, un diminuto elefante, un ave y un significativo conjunto de ídolos antropomorfos muy estilizados. La figurilla del elefante muestra que tales piezas probablemente fueron, al igual que la materia prima, de importación.
Los ídolos antropomórficos podrían suponer una representación simbólica relacionada con la aparición de elites, lo cual es un indicio de jerarquización. También es posible que estos ídolos o rostros prehistóricos se relacionasen con la representación de ancestros colectivos. En algunos de los ejemplos presentan líneas en zigzag, que pueden interpretase como tatuajes. En otros casos, mantienen un objeto, de difícil interpretación. Unos pocos indican el sexo. Como en el caso de las figuras en hueso o cerámica de contextos neolíticos y calcolíticos del sur de España, en general se trata de representaciones naturalistas del cuerpo humano, en el que destacan unos grandes ojos.
Un aspecto que pudiera tener especial valor es el de su pose. La postura de las figuras es formal, con los brazos cerca del torso o sobre el abdomen, y con las piernas bastante juntas. No se sugiere movimiento ni posiciones relajadas. Su postura parece que sigue un patrón canónico. Estos cuerpos pueden haber sido medios para construir una ideológica realidad de similitud a la que las personas responderían restringiendo la diversidad. Podrían estar subrayando una nueva realidad; una versión de la realidad sugerida y aceptada como alternativa no real, como parece inferirse de las posturas, los gestos y la ausencia de movimiento. La pose estricta, rígida y normalizada pudo contribuir a una específica apropiación de prácticas sociales y expresiones de autoridad en un escenario concreto. Las proporciones corporales no siempre fueron respetadas.
Es el caso específico de las cabezas, muy alargadas, en cuerpos bien proporcionados. Su carácter no fragmentado puede ser una referencia a la necesidad de la integridad del cuerpo como requisito imprescindible para llevar a cabo una activa función social, siendo esto una metáfora de durabilidad y estabilidad, a diferencia de la figuración fragmentada de muchas otras figurillas del Neolítica europeo, cuya fracturación simbolizaría la materialidad transformable y efímera.
En el tránsito del Neolítico al Bronce, que supone la emergencia de un nuevo orden social e ideológico, la aparición de representaciones realistas del cuerpo humano en posturas canónicas, pudo ser debida a la necesidad de reproducir afirmaciones ideológicas de probable naturaleza socio-política (el tono realista incrementa la sensación de poderío). Combinando naturalismo con posturas emblemáticas se establecería, en consecuencia, un canal comunicativo de probables significados convencionales. Serían, pues, representaciones que materializarían un conjunto de prácticas normalizadas que crearían determinadas referencias de comportamiento.


Prof. Dr. Julio López Saco
UM-FEIAP, mayo, 2019.

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