1 de agosto de 2016

Cerámica decorada griega regional (III): Creta y Grecia septentrional






Imágenes (de arriba hacia abajo): jarra minoica con motivos marinos. Museo de Heraklion, Creta; cerámica creto-minoica con decoración marina. Período Neopalacial, 1650-1450 a.e.c.; jarra de Kamares con bandas y espirales interconectadas; crátera de Kamares de amplia base con lirios decorativos; y un pithos del palacio cretense de Malia.

La isla de Creta no presenta una producción cerámica unificada, pues sus diferentes centros no son igualmente bien conocidos. La mayoría del material más relevante ha sido excavado de contextos funerarios, mientras que una minoría de piezas ha sido encontrada en santuarios y asentamientos.
Si bien las escenas figurativas o, al menos figuras aisladas, aparecen antes que en ninguna otra localidad sobre cerámica en el mundo griego de la época posterior a la Edad del Bronce, nunca fueron numerosas en Creta. La pintura vascular cretense se caracteriza predominantemente por vasijas decoradas con motivos lineales, curvilíneos y florales.
A diferencia de otras regiones en Grecia, la producción de vasos pintados cretenses parece prácticamente desaparecer durante el siglo VI, motivado, se ha dicho, por la adopción de un ethos de austeridad material por parte de las elites cretenses. Este argumento supondría identificar esas elites como los principales patrocinadores y usuarios de las finas cerámicas pintadas localmente producidas.
Un pequeño número de vasos de Knosos del período Protogeométrico, sobre todo cráteras, muestran escenas con figuras silueteadas, que incluyen cazadores, un ser humano víctima de dos leones, y otros seres míticos. Las figuras se acompañan de motivos geométricos. A mediados del siglo IX a.e.c. los pintores knosios incorporan en sus repertorios motivos curvilíneos y florales que, probablemente, derivan del trabajo sobre metal próximo-oriental y también de Asia Menor. Se trata del estilo Protogeométrico B, que finaliza su andadura hacia 800, y que también es relativamente común en la Grecia central. En un muy pequeño número de ejemplos se incluyen representaciones figurativas, entre las que se encuentran deidades femeninas, pájaros en árboles, árboles solos y peces.
Las vasijas del Geométrico Antiguo bilingües knosias llevan composiciones geométricas rectilíneas semejantes a las de piezas del Ática, así como patrones curvilíneos análogos a los de las vasijas del estilo Protogeométrico B local. Los últimos estadios del estilo Geométrico local, evidenciados en la presencia de copas y urnas del tipo pithos, se observan algunos caballos y aves. La figura humana, por el contrario, es muy rara. En el Geométrico Medio se conoce, en cualquier caso, una escena de caza.
El inicio de convencional periodo orientalizante knosio se produce en torno a 710 y finaliza, aproximadamente en 600 a.e.c. Se observa una renovada adopción de prácticas del Próximo Oriente, en especial de Chipre. Las piezas más y mejor decoradas se encuentran, usualmente, en las tumbas, en tanto que las vasijas más finas en los depósitos de los asentamientos aparecen decoradas en un estilo de círculos concéntricos y esquemas lineales.
Los componentes principales de la fase orientalizante son las vasijas polícromas, en especial las urnas-pithos, halladas en contextos funerarios. Llevan densos patrones de formas textiles, a veces poblados de pájaros y, ocasionalmente, con la presencia de animales como esfinges, abejas o leones. Un pithos tardío muestra, sin embargo, una pareja formada por un guerrero y su señora. En las últimas fases del período los ceramistas knosios imitaron, de vez en cuando, el “Estilo del Macho Cabrío Salvaje” de la Grecia oriental, al igual que las miniaturas de las figuras negras Protocorintias.
Afrati fue el más notable y conocido lugar de producción al sur de Knosos durante los siglos VII y VI a.e.c. Existen ejemplos en jarras, pithoi, dinos y sítulas. Las representaciones, muchas de ellas interpretadas como funerarias, incluyen parejas, dolientes, la Potnia Theron y bestias fantásticas.
Las figuras negras cretenses se han encontrado en Prinias, en tanto que Gortina se  han producido piezas figuras orientalizantes en las que se hallan representados animales e híbridos, aunque algunas formas humanas (jinetes) también se encuentran[1]. También son relevantes algunas copas negras del siglo VII a.e.c. del sitio de Kommos, al sur de la isla, en las que se observan complicadas escenas figuradas incisas.
Hacia el centro de Creta se destacan, en contextos funerarios, las cerámicas de  Eleutherna, un sitio que también importó vasijas de Knosos, Chipre y el Ática ya desde el siglo IX a.e.c. La cerámica figurativa local del siglo VIII es rara, aunque un pithos de cuello del Geométrico Tardío contiene el sistema decorativo en metopas en las cuales se observan aves y mariposas estilizadas. En la primera mitad del siglo VII a.e.c. se incluyen en este sitio dos categorías de vasijas, Subgeométricas en carácter, y con fuerte presencia de elementos cicládicos. Pájaros, caballos, grifos de estilo fenicio y una escena de ataque de animales se muestran sobre ánforas y pithoi de cuello alto.
La cerámica algunas veces exuberantemente decorada de Creta oriental (eteocretense), es fundamentalmente no figurativa, si bien con alguna excepción. En ella han sido detectados elementos minoicos. La limitada figuración decorativa es una innovación de la fase orientalizante. Tal y como los hallazgos de la región de Kavousi muestran, los ejemplos consisten principalmente en varios tipos de pájaros ubicados dentro de un extenso patrón, sobre todo en vasijas como dinos y jarras. La más ambiciosa pieza figurada puede ser una hidria, hallada en contexto funerario, que representa un conductor de carro y tres mujeres en duelo. Otro ejemplo remarcable es un fragmento de una vasija de Praisos en la que se representa una sirena volando (una criatura sin asociaciones funerarias).Un plato fragmentario en técnica de figuras negras de la misma localidad muestra un hombre luchando con un monstruo marino y un jinete. 
Fueron muy pocas las cerámicas que salieron de Creta hacia otros destinos. Las que lo hicieron llegaron hasta la Cirenaica. Sin embargo, si existe más clara evidencia de cerámica fina que se desplazó entre centros dentro de la misma isla. Finalmente, los ejemplos de vasijas cretenses de figuras negras y rojas (dependientes de prototipos áticos) del siglo V a.e.c. son, realmente, muy escasos.
La cerámica figurada de Tasos se enraíza en las vasijas “Melias” de Paros. La cerámica figurada tasia fue receptiva a los rasgos de otros centros de producción. Así, las figures negras estuvieron expuestas a elementos de Quíos y del Norte de Jonia. Antes de 500 a.e.c. la cerámica figurada tasia fue exclusivamente de figures negras. Durante el siglo VI a.e.c. es dominante la influencia ática, de modo que las escenas figurativas pueden ser áticas en su apariencia. La forma tasia mayor es el lekane, que puede aparecer ricamente decorado con un número de frisos determinado. Ha sido desenterrado en santuarios y también en áreas domésticas. Las cráteras tasias deben su inspiración a la tradición cicládica, mientras que el píxide fue adoptado de Corinto. Otras formas cerámicas incluyen enocoes, esquifos y cráteras de columnas. 
En los estadios más antiguos de las figuras negras tasias son comunes los animales, en tanto que la figura humana es rara. En las etapas posteriores (tercer cuarto del siglo VI a.e.c.), aparecen divinidades, a menudo asociadas con los cultos locales, al igual que héroes como Heracles, de especial significación para los tasios. Las escenas de guerreros, de komastes, danzantes, escenas de matrimonio, de la palestra y de caza, son también bastante representadas. Las piezas fuertemente ornamentadas, en concreto aquellas en técnicas polícromas, parecen haber tenido una función votiva.
Un escaso número de restos de estilo idiosincrático de Karabournaki, en el Golfo Termaico, atestiguan algún interés en la cerámica figurada en silueteado por parte de ceramistas regionales en el siglo VII a.e.c. En Torone, en la península de la Calcídica, diversos motivos (Subgeométricos, esquemas en bandas, motivos florales y curvilíneos) se encuentran en vasijas del siglo V a.e.c. con silueteados de pájaros o híbridos. Un escaso número de vasijas halladas en Pyrgadikia, en el centro de la mencionada península, indican la presencia de un taller que usó prótomos humanos.
La producción mejor conocida en el noroeste del Egeo es la de figuras rojas de la Calcídica, la mayoría de la cual fue probablemente elaborada en Olinto desde 430-420 hasta la primera mitad del siglo IV a.e.c. El repertorio se restringió a formas conocidas en Ática, como el esquifo, el askos, la hidria y la crátera de campana. La mayoría de esas vasijas locales de figuras rojas presentan escenas simples compuestas de una o dos figuras, incluyendo un par de figuras en un altar y un atleta y su entrenador. Otro esquema característico se refiere a la superficie del vaso cubierta con la cabeza de una mujer, una oriental o un arimaspo. La dependencia inicial ática de las vasijas de figuras rojas de Calcídica es clara, aunque desarrolló sus propias características.
En Elimea, en la Macedonia superior, se documenta una producción sostenida. La base consistía en esquifos y jarras decoradas con modelos florales y escenas figurativas (jinetes, aves). Las excavaciones en Vergina y Pella han sugerido, aunque con cierta cautela, que un pequeño número de vasijas de figuras rojas del siglo IV a.e.c. encontrado en esos sitios pudo haber sido confeccionado en Macedonia, muy posiblemente por parte de un ateniense itinerante.

Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. FEIAP-UGR. Agosto, 2016.



[1] Es el caso de una hidria del Protogeométrico B que presenta una serie de herbívoros.

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