Imágenes (de arriba hacia abajo): jarra minoica con
motivos marinos. Museo de Heraklion, Creta; cerámica creto-minoica con
decoración marina. Período Neopalacial, 1650-1450 a.e.c.; jarra de Kamares con
bandas y espirales interconectadas; crátera de Kamares de amplia base con lirios
decorativos; y un pithos del palacio
cretense de Malia.
La
isla de Creta no presenta una producción cerámica unificada, pues sus
diferentes centros no son igualmente bien conocidos. La mayoría del material
más relevante ha sido excavado de contextos funerarios, mientras que una
minoría de piezas ha sido encontrada en santuarios y asentamientos.
Si
bien las escenas figurativas o, al menos figuras aisladas, aparecen antes que
en ninguna otra localidad sobre cerámica en el mundo griego de la época
posterior a la Edad del Bronce, nunca fueron numerosas en Creta. La pintura
vascular cretense se caracteriza predominantemente por vasijas decoradas con
motivos lineales, curvilíneos y florales.
A
diferencia de otras regiones en Grecia, la producción de vasos pintados
cretenses parece prácticamente desaparecer durante el siglo VI, motivado, se ha
dicho, por la adopción de un ethos de
austeridad material por parte de las elites cretenses. Este argumento supondría
identificar esas elites como los principales patrocinadores y usuarios de las
finas cerámicas pintadas localmente producidas.
Un
pequeño número de vasos de Knosos del período Protogeométrico, sobre todo
cráteras, muestran escenas con figuras silueteadas, que incluyen cazadores, un
ser humano víctima de dos leones, y otros seres míticos. Las figuras se
acompañan de motivos geométricos. A mediados del siglo IX a.e.c. los pintores
knosios incorporan en sus repertorios motivos curvilíneos y florales que,
probablemente, derivan del trabajo sobre metal próximo-oriental y también de
Asia Menor. Se trata del estilo Protogeométrico B, que finaliza su andadura
hacia 800, y que también es relativamente común en la Grecia central. En un muy
pequeño número de ejemplos se incluyen representaciones figurativas, entre las
que se encuentran deidades femeninas, pájaros en árboles, árboles solos y
peces.
Las
vasijas del Geométrico Antiguo bilingües knosias llevan composiciones
geométricas rectilíneas semejantes a las de piezas del Ática, así como patrones
curvilíneos análogos a los de las vasijas del estilo Protogeométrico B local.
Los últimos estadios del estilo Geométrico local, evidenciados en la presencia
de copas y urnas del tipo pithos, se
observan algunos caballos y aves. La figura humana, por el contrario, es muy
rara. En el Geométrico Medio se conoce, en cualquier caso, una escena de caza.
El
inicio de convencional periodo orientalizante knosio se produce en torno a 710
y finaliza, aproximadamente en 600 a.e.c. Se observa una renovada adopción de
prácticas del Próximo Oriente, en especial de Chipre. Las piezas más y mejor
decoradas se encuentran, usualmente, en las tumbas, en tanto que las vasijas
más finas en los depósitos de los asentamientos aparecen decoradas en un estilo
de círculos concéntricos y esquemas lineales.
Los
componentes principales de la fase orientalizante son las vasijas polícromas,
en especial las urnas-pithos,
halladas en contextos funerarios. Llevan densos patrones de formas textiles, a
veces poblados de pájaros y, ocasionalmente, con la presencia de animales como
esfinges, abejas o leones. Un pithos
tardío muestra, sin embargo, una pareja formada por un guerrero y su señora. En
las últimas fases del período los ceramistas knosios imitaron, de vez en
cuando, el “Estilo del Macho Cabrío Salvaje” de la Grecia oriental, al igual
que las miniaturas de las figuras negras Protocorintias.
Afrati
fue el más notable y conocido lugar de producción al sur de Knosos durante los
siglos VII y VI a.e.c. Existen ejemplos en jarras, pithoi, dinos y sítulas. Las representaciones, muchas de ellas
interpretadas como funerarias, incluyen parejas, dolientes, la Potnia Theron y bestias fantásticas.
Las
figuras negras cretenses se han encontrado en Prinias, en tanto que Gortina
se han producido piezas figuras
orientalizantes en las que se hallan representados animales e híbridos, aunque
algunas formas humanas (jinetes) también se encuentran[1].
También son relevantes algunas copas negras del siglo VII a.e.c. del sitio de
Kommos, al sur de la isla, en las que se observan complicadas escenas figuradas
incisas.
Hacia
el centro de Creta se destacan, en contextos funerarios, las cerámicas de Eleutherna, un sitio que también importó
vasijas de Knosos, Chipre y el Ática ya desde el siglo IX a.e.c. La cerámica
figurativa local del siglo VIII es rara, aunque un pithos de cuello del Geométrico Tardío contiene el sistema
decorativo en metopas en las cuales se observan aves y mariposas estilizadas.
En la primera mitad del siglo VII a.e.c. se incluyen en este sitio dos categorías
de vasijas, Subgeométricas en carácter, y con fuerte presencia de elementos
cicládicos. Pájaros, caballos, grifos de estilo fenicio y una escena de ataque
de animales se muestran sobre ánforas y pithoi
de cuello alto.
La
cerámica algunas veces exuberantemente decorada de Creta oriental
(eteocretense), es fundamentalmente no figurativa, si bien con alguna
excepción. En ella han sido detectados elementos minoicos. La limitada
figuración decorativa es una innovación de la fase orientalizante. Tal y como
los hallazgos de la región de Kavousi muestran, los ejemplos consisten
principalmente en varios tipos de pájaros ubicados dentro de un extenso patrón,
sobre todo en vasijas como dinos y jarras. La más ambiciosa pieza figurada
puede ser una hidria, hallada en contexto funerario, que representa un
conductor de carro y tres mujeres en duelo. Otro ejemplo remarcable es un
fragmento de una vasija de Praisos en la que se representa una sirena volando
(una criatura sin asociaciones funerarias).Un plato fragmentario en técnica de
figuras negras de la misma localidad muestra un hombre luchando con un monstruo
marino y un jinete.
Fueron
muy pocas las cerámicas que salieron de Creta hacia otros destinos. Las que lo
hicieron llegaron hasta la Cirenaica. Sin embargo, si existe más clara
evidencia de cerámica fina que se desplazó entre centros dentro de la misma
isla. Finalmente, los ejemplos de vasijas cretenses de figuras negras y rojas
(dependientes de prototipos áticos) del siglo V a.e.c. son, realmente, muy escasos.
La
cerámica figurada de Tasos se enraíza en las vasijas “Melias” de Paros. La
cerámica figurada tasia fue receptiva a los rasgos de otros centros de
producción. Así, las figures negras estuvieron expuestas a elementos de Quíos y
del Norte de Jonia. Antes de 500 a.e.c. la cerámica figurada tasia fue
exclusivamente de figures negras. Durante el siglo VI a.e.c. es dominante la
influencia ática, de modo que las escenas figurativas pueden ser áticas en su
apariencia. La forma tasia mayor es el lekane, que puede aparecer ricamente
decorado con un número de frisos determinado. Ha sido desenterrado en
santuarios y también en áreas domésticas. Las cráteras tasias deben su
inspiración a la tradición cicládica, mientras que el píxide fue adoptado de
Corinto. Otras formas cerámicas incluyen enocoes, esquifos y cráteras de
columnas.
En
los estadios más antiguos de las figuras negras tasias son comunes los
animales, en tanto que la figura humana es rara. En las etapas posteriores
(tercer cuarto del siglo VI a.e.c.), aparecen divinidades, a menudo asociadas
con los cultos locales, al igual que héroes como Heracles, de especial
significación para los tasios. Las escenas de guerreros, de komastes, danzantes, escenas de
matrimonio, de la palestra y de caza, son también bastante representadas. Las
piezas fuertemente ornamentadas, en concreto aquellas en técnicas polícromas,
parecen haber tenido una función votiva.
Un
escaso número de restos de estilo idiosincrático de Karabournaki, en el Golfo
Termaico, atestiguan algún interés en la cerámica figurada en silueteado por
parte de ceramistas regionales en el siglo VII a.e.c. En Torone, en la
península de la Calcídica, diversos motivos (Subgeométricos, esquemas en
bandas, motivos florales y curvilíneos) se encuentran en vasijas del siglo V
a.e.c. con silueteados de pájaros o híbridos. Un escaso número de vasijas
halladas en Pyrgadikia, en el centro de la mencionada península, indican la
presencia de un taller que usó prótomos humanos.
La
producción mejor conocida en el noroeste del Egeo es la de figuras rojas de la
Calcídica, la mayoría de la cual fue probablemente elaborada en Olinto desde
430-420 hasta la primera mitad del siglo IV a.e.c. El repertorio se restringió
a formas conocidas en Ática, como el esquifo, el askos, la hidria y la crátera de campana. La mayoría de esas
vasijas locales de figuras rojas presentan escenas simples compuestas de una o
dos figuras, incluyendo un par de figuras en un altar y un atleta y su
entrenador. Otro esquema característico se refiere a la superficie del vaso
cubierta con la cabeza de una mujer, una oriental o un arimaspo. La dependencia
inicial ática de las vasijas de figuras rojas de Calcídica es clara, aunque
desarrolló sus propias características.
En
Elimea, en la Macedonia superior, se documenta una producción sostenida. La
base consistía en esquifos y jarras decoradas con modelos florales y escenas
figurativas (jinetes, aves). Las excavaciones en Vergina y Pella han sugerido,
aunque con cierta cautela, que un pequeño número de vasijas de figuras rojas
del siglo IV a.e.c. encontrado en esos sitios pudo haber sido confeccionado en
Macedonia, muy posiblemente por parte de un ateniense itinerante.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. FEIAP-UGR. Agosto, 2016.
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