20 de abril de 2007

Los Clásicos Confucianos I

VISIÓN Y PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LOS CLÁSICOS CONFUCIANOS CHINOS DE LA ANTIGÜEDAD I: YIJING, LIJING Y SHIJING*


Prof. Julio López Saco
Escuela de Historia, UCV
yogonbus@hotmail.com


Si tenemos que ofrecer algunas consideraciones referentes a las características particulares de la literatura china clásica confuciana, debemos empezar señalando que las fuentes chinas antiguas presentan ciertas peculiaridades genéricas que es necesario puntualizar para, así, establecer la serie de pautas intrínsecas a la literatura arcaica. Una de ellas es la habitual y numerosa presencia de comentarios y sub-comentarios sobre la relativamente pobre masa de literatura antigua, lo que trae consigo la existencia de variadas y, en ocasiones, diferentes interpretaciones ya desde antiguo, factor esencial a tener en cuenta al valorar el conjunto del corpus textual. A esta singularidad debe añadirse la presencia de diversos autores en algunas obras o de textos de épocas diversas y distintas entre sí recopiladas en grandes compendios, lo que hace bastante complicada cualquier sistematización de fuentes. Por si esto no fuese suficiente, también la elaboración de las mismas suele dilatarse en el tiempo, dificultando, por consiguiente, la contextualización cronológica precisa. Entre las voluminosas y muy abundantes fuentes existen, desde antaño, jerarquías en función de su mayor o menor rango de autoridad para los chinos. Aquellas de mayor prestigio, como regla de sabiduría y de la vida socio-personal, son las denominadas jing, es decir, clásicos o libros canónicos de tinte confuciano, entendidos como la urdimbre fundamental a partir de la cual la cultura arcaica era tejida, y como las artes fundamentales de la civilización. Estos clásicos son cinco, Liujing, aunque en ocasiones se contemplan seis, denominados por ello Liuyi o Seis Artes. Se trata, sin ninguna duda, del punto de partida de la formación de las líneas maestras del pensamiento chino a lo largo de la historia, aunque reglamentados por la ortodoxia oficial confuciana y subyugados por la valoración de los componentes ético-morales individuales y colectivos o sociales. Cada uno, por separado, se refiere a algún aspecto vital, individual o social; el Shijing a los sentimientos y emociones, el Shujing a los acontecimientos históricos, el Lijing al comportamiento y la actitud ritual debida en diferentes oportunidades, el Yijing al comportamiento de la naturaleza a partir de yin y yang y de sus interrelaciones generadoras, y el Chunqiu a las categorías y los títulos[1]. Los clásicos son, por lo tanto, los auténticos custodios de la autoridad que procede de los héroes-sabios arcaicos míticos. No obstante, con el tiempo, también adquirieron una función política al vincularse directamente con las imágenes de los sabios reyes como ejemplos supremos, pues ofrecían a los gobernantes de la época una impresión indeleble para llevar a cabo un gobierno sabio y benevolente. Por este motivo, en época Han, el estado, además de oficializar el confucianismo como ideología propia, estableció los clásicos como ortodoxia y como un mecanismo para entrenar y reclutar la burocracia necesaria para cubrir los diferentes rangos de la administración centralizada imperial. Aunque los clásicos comprenden un grupo heterogéneo de libros con diversos géneros y de diferentes fuentes, muchos acabaron incluyendo diversos comentarios antiguos, que terminaron adquiriendo el estatus también de clásicos, aunque siempre menores, como los Anales de Zuo o el glosario Erya, entre otros.
En el año 175, a partir de un decreto oficial de Ling Di, comenzarán a inmortalizarse en piedra estos clásicos confucianos para procurar su permanencia eterna y resaltar su valor ético-moral. Este proyecto, que dio lugar a los Clásicos en piedra Xiping ( Xiping shi jing ), culminó en 183, cuando se ubicaron los bloques pétreos en frente del salón de lectura de la academia imperial en Luoyang. Unos años después, perdidas estas losas, se proyectó esculpir de nuevo los clásicos en piedra, en concreto, durante la era Zheng shi ( 240-249 ), de la dinastía Wei, lo que dio lugar a los Clásicos pétreos en Tres Estilos, o San ti shi jing . Habrá que esperar al siglo IX, en particular al año 837, para ver grabados una vez más, y gracias, de nuevo, a un decreto imperial, estos famosos clásicos confucianos, en lo que se ha llamado los Clásicos en piedra Kai Cheng ( Kai Cheng shi jing ).
Yijing, conocido como Libro de los Cambios, es considerado el primer trabajo “pre-filosófico” en China, una obra que reemplazaría los textos de los huesos, de finalidad adivinatoria y oracular, y las ramas de aquilea, que también se usaban en la adivinación. En sus más remotos orígenes pudo haber sido ( siglo VIII a.C. ), una colección de textos de signo pronóstico referidos a un ambiente agrícola que, con el paso del tiempo, se combinaron con prácticas adivinatorias llevadas a cabo con ramas. Aunque tradicionalmente ha sido considerada una obra inspirada por parte de los Cuatro sabios, es decir, Fuxi, Zhougong, el rey Wen y Confucio, Yijing es una fuente de sabiduría pergeñada por los escribas de la corte de los Zhou occidentales, conformándose, por consiguiente, como la fuente sobre la que un gran número de comentaristas han establecido contextos de carácter metafisico, moralista y soteriológicos[2]. Sus secciones más antiguas, denominadas Cambios de Zhou, Zhouyi, son pequeños dichos y fórmulas que explican el significado que debe ponerse sobre un hexagrama. Estas partes, conocidas como duan, juicio, y yao, líneas, pueden, en efecto, datar de ( circa ) 800 a.C. El término Yijing se refiere, en un sentido estricto, a los textos de las Mutaciones de Zhou y a las Diez Alas. Es un libro[3] que indaga el curso de los acontecimientos a partir de un método deductivo que parte de la idea de retorno cíclico de las cosas. Su sabiduría radica en saber que existe una ley natural de las mutaciones y cómo actúa para conocer el curso de los hechos. El Yijing reproduce en sus sesenta y cuatro hexagramas, conformados por las combinaciones de líneas quebradas yin y continuas yang, las transformaciones del Universo en su escala macrocósmica y microcósmica o humana[4]. En su seno están, por consiguiente, los principios de la metafísica, la cosmología y la teoría política china, que serán posteriormente desarrollados, y empleados, durante siglos. A través de esta obra se deseaba predecir las diferentes situaciones del Cosmos y regular las acciones personales, particulares o públicas, en relación a las fuerzas primigenias de la naturaleza y sus mecanismos de acción. Los hexagramas se empleaban para explicar los problemas intelectuales de la creación y para mostrar cómo el balance armonioso y equilibrado de los estados cielo-tierra-hombre podía, y debía, mantenerse. El Yijing es considerado, en definitiva, como un extenso “poema circular”, cuya estructuración y temática representan la transformación de las cosas que conforman el Universo, así como la descripción del cambio, presentado como la verdadera imagen de lo real.
El libro Mutaciones de Zhuo, se compone, estructuralmente, de tres partes: el libro I, donde se describen los hexagramas; el Libro II, “El Material”, dividido en dos partes, una sapiencial, con los Fundamentos y las Argumentaciones, y otra formal ( La Estructura de los signos y Acerca de la obtención del oráculo ) y, finalmente, el Libro III, donde se comentan, brevemente, los hexagramas[5]. Estamos, por lo tanto, ante una obra que destaca la idea dinámica del Universo, no concebido causalmente sino de modo sincrónico, con una estructura de tres fuerzas básicas: dao, en términos filosóficos, y el Cielo, desde un ángulo cosmológico abstracto e idealizado, además del hombre, la vida y su despliegue en el mundo, en términos antropológicos. Desde esta perspectiva, el Cosmos es una sucesión natural e ininterrumpida de espontaneidades y disoluciones en armonía con dao, con un sentido prístino de unidad que, en otras obras posteriores, de corte taoísta ( Daodejing, en particular, pero también Zhuangzi ), acabará connotando ideales de tendencia cosmogónica [6].
Las traducciones modernas del Yijing, vertidas en lenguas occidentales, son muy abundantes, muchas de gran calidad. Podemos destacar, en lengua inglesa, la clásica de J. Legge, The I Ching, en Sacred Books of the East, vol. 16., 1885, ( Dover Publications, Nueva York, 1966 ); la de Blofeld, J., The Book of Change, George Allen & Unwin, Londres, 1965, y aquella de Wilhelm, R., The I Ching or Book of Changes, 2 vols., Bollingen Series, 19, Nueva York, 1950 ( Routledge & Kegan, P., Londres, 1951 ). En español, una traducción útil, aunque sin un extenso aparato crítico, es la de M. Laver, I Ching, edit. Akal, Madrid, 1990.
Lijing[7], Libro de Ritos o de las Ceremonias, uno de los Cinco Clásicos de la antigüedad china, es un tratado anónimo del período Zhou tardío y de la primera etapa de la dinastía Han. En él se compendian diversos textos recopilados por los confucianos[8] entre los siglos III y II a.C., aunque, en su origen, pertenezcan a épocas muy anteriores. Dividido en cuarenta y seis secciones, formaba parte de uno de los cuatro libros que comprendía Zhouli o Instituciones de Zhou, serie de codificaciones hechas al respecto de li, es decir, de las reglas convencionales o de las líneas maestras del comportamiento, cuyo necesario cumplimiento era imprescindible para el mantenimiento de la estabilidad socio-política. Se trata, por consiguiente, de un auténtico código de conducta que intenta mostrar cuál es el comportamiento adecuado a cada hecho o circunstancia de la existencia humana, señalando la preeminencia del ritual como principio regulador, potestad del rey-sabio, y utilizado para pergeñar el orden cósmico y social[9]. Los ritos, li, divididos en cinco grupos, de fiesta, de duelo, militares, de hospitalidad y de alimentación, son expresión de la justicia celestial, una manifestación o testimonio directo de las fuerzas de lo alto. La obra se estructura en cinco grandes apartados: uno, de discursos genéricos sobre el ritual; otro, sobre las interpretaciones de los ritos más antiguos, en concreto en la sección denominada Ritos de Etiqueta y el Ceremonial; un tercero, en base a testimonios de dichos y hechos de Confucio y sus discípulos; un cuarto, conformado por diversas reseñas de antiguas ceremonias y, finalmente, un apartado que contiene antiguos aforismos, máximas y proverbios. La obra, entendida como un antología ritualística de antiguos usos, anécdotas y prescripciones, también fue dividida por Liu Xiang ( 79-8 a.C. ), en once categorías de acuerdo a su temática, destacándose los Discursos Comprensivos, Pesos y Medidas, Sacrificios, Vestimentas del Luto y Actividades Auspiciosas[10]. En el Lijing se encuentra la Gran Enseñanza, breve tratado con algunos comentarios canónicos atribuidos a un seguidor de Confucio llamado Zengzi, y se integran el Yili[11], Libro de las Observancias y el Ceremonial, y el mencionado Zhouli o Ritos de Zhou[12], cuya temática aborda los rituales cortesanos y las características de la administración de gobierno. El capítulo denominado Las Ordenanzas de cada mes, Yueling, es el más destacado en lo que respecta a la plasmación de informaciones de carácter mitológico. Del Lijing fueron retirados definitivamente un par de capítulos que acabaron convirtiéndose en libros independientes, el Da Xue o Gran Estudio y el Zhong Yong, el Justo Medio. Ambos, acompañando al Lun yu ( Analectas ) de Confucio, y al Mengzi, constituyen la literatura confuciana denominada sishu. Estos cuatro escritos, sumados a los cinco clásicos mencionados, forman los nueve clásicos.
Lijing ha sido traducido, en ciertas ocasiones, a varias de las lenguas occidentales más importantes, en concreto, al francés, italiano y a la lengua inglesa. De todas ellas, se destacan, primordialmente, las versiones clásicas de Séraphin Couvreur, Li Ki ou Mémoires sur les bienséances et les cérémonies, ( Li chi ), 2 vols., Misión Catholique, Ho Kien Fou, 1913 ( reimpreso en 1928 y después en Leiden, 1950 ), y la de James Legge, Li Ki ( The Book of Rites ), Sacred Books of the East, vols. 27-28 ( Sacred Books of China, vols. 4-5 ), Londres, 1885, ( reimpresión en 1926, luego en Motilal Banarsidass, Nueva Delhi, 1966-1968, y 1976, edición a cargo de F. Max Müller, y Kessinger Publishing, Nueva York, 2004, la más reciente, ) versión, esta última, que es, hasta el momento, la más empleada en los estudios sinológicos occidentales, sin contar, naturalmente, aquellas ediciones en su lengua original, el chino clásico.
Shijing, por su parte, traducible como Libro de las Canciones, Poesías o de las Odas, está conformado por una colección de poesías escritas en época Zhou, en concreto en el período de Primaveras y Otoños ( 771-484 a.C. ), divididas en varios capítulos, Daya, Xiaoya, Guofeng, Zhuosong, Lusong y Shangson, que abarca unos 305 poemas. En esta obra, escondidas bajo el reflejo de un florido lenguaje poético, se identifican algunos esquemas y motivos mitológicos presentes en una arcaica experiencia mítica. Guofeng agrupa composiciones populares de origen presumiblemente campesino, procedentes de quince antiguos principados de época Zhou; Daya y Xiaoya, son poemas cortesanos cuyos contenidos se acompañaban de música y danza, mientras que los elogios o song, Lusong, Shangson y Zhuosong, son un grupo de cuarenta panegíricos y cantos de sacrificio dedicados a difuntos egregios[13]. Esta primigenia antología de poesía china fue conocida, en principio, como Poemas y Trescientos poemas. Más tarde, Xunzi rebautizó el texto con el nombre con el que hoy se le conoce. Finalmente publicado hacia el siglo VI a.C., aunque de una antigüedad que puede remontarse al siglo IX a.C., Shijing fue el resultado del minucioso trabajo de funcionarios enviados por los reyes a recopilar canciones populares, que serían interpretadas posteriormente en palacio y conformarían, así, el núcleo de la composición de la música de corte. Si bien los poemas no son anotaciones históricas en sí mismas, reflejan hechos sociales característicos de los campesinos y soldados. Aunque los orígenes míticos chinos aparecen aquí escondidos o inhibidos, la obra es un reflejo de los ambientes sociales, profundamente religiosos, de la dinastía Zhou, y de varias características propias de la vida cotidiana. A pesar de su carácter cortesano y su tono religioso, en Shijing late el fundamento de la historiografía y la filosofía de corte confuciano, pues Confucio, sus acólitos y seguidores, trataron el texto como una obra válida para la enseñanza, en sus escuelas, de la política y la diplomacia, además de como un escrito ético, fundamental para la preparación de una persona culta y un letrado, si bien es inocultable en él la vida espiritual del pueblo chino arcaico plasmada de forma amable y profundamente emocionante.A pesar de su no muy amplio colorido mítico ni religioso, Shijing contiene ciertos poemas narrativos respecto a las proezas de los antepasados de la dinastía real y de los héroes que se hacen renombrables en su rechazo de las agresiones externas. Las temáticas principales de las canciones populares se centran en el matrimonio, el amor, el trabajo en el campo y las injusticias sociales, mientras que los poemas de los nobles ( es decir, los Ya ), se refieren, principalmente, a banquetes, guerras y cacerías. De un modo genérico, por lo tanto, la obra retrata las costumbres y las realidades sociales de la época de predominio de las sociedades feudales.
Existe una traducción española, muy competente, de los poemas del Shijing, concretamente, la de Carmelo Elorduy, titulada Romancero chino, edit. Nacional, Madrid, 1984, así como dos buenas, clásicas, traducciones inglesas, aunque ya un tanto antiguas: la de B. Karlgren, The Book of Odes, The Museum of Far Eastern Antiquities, Estocolmo, 1950, y la de A. Waley, The Book of Songs ( Che-king ), John Murray edit., Londres, 1937.



Prof. Julio López Saco
Escuela de Historia, UCV


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


- CHEN, G. ( 2002 ) Poesía clásica china. Madrid: edit. Cátedra.
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- XINZHONG, Y. ( 2001 ) El confucianismo. Madrid: Cambridge University Press.
- YINGLIN, W. ( 2000 ) Sanzijing. El Clásico de Tres Caracteres ( Ibáñez Gómez, D., trad. ). Madrid: Trotta, Pliegos de Oriente.
NOTAS

[1] Sobre todas estas relaciones puede verse Elorduy, C., ( trad. ), Chuang-tzu, edit. Monte Ávila, Caracas, 1991, p. 243 y ss.; Yinglin, W., Sanzijing. El Clásico de Tres Caracteres ( Ibáñez Gómez, D., trad. ), edit. Trotta, Pliegos de Oriente, Madrid, 2000, p. 83-90.
[2] Acerca de los comentarios y tradiciones exegéticas del texto es imprescindible Linfeng, Yen ( comp. ), Wujiu beizhai Yijing jicheng, Chengwen, Taipei, 1975. E. L. Shaughnessy cree que debe emplearse el término Zhouyi para referirse a las partes originales del texto, los hexagramas y las relaciones de líneas, y el vocablo Yijing para aludir al texto canónico completo, que incluye, naturalmente, las Diez Alas. Véase al respecto, Loewe, M., Early Chinese Texts. A Bibliographical Guide, The Institute of East Asian Studies, University of California, Berkeley, 1993, concretamente, el capítulo “I Ching”, pp. 216-228.
[3] Yijing es, por consiguiente, un conglomerado de escritos en función de un núcleo primitivo llamado Zhouyi, de época Zhou, que recoge las versiones Lianshan de la dinastía Xia, y Guizang, de la Shang, y que sirvieron como guía adivinatoria a la corte Zhou, en concreto en los aspectos de gobierno, sacrificio y poder militar. A este núcleo arcaico se acabó añadiendo tardíamente ( siglos III-II a.C. ), las Diez Alas, comentarios al texto primitivo, que conformaban una rudimentaria cosmología. Sus primeras citas aparecieron en el Comentario de Zuo, Zuozhuan, del siglo IV a.C., donde se le percibe como un “manual adivinatorio” que los estadistas consultan a un nivel personal o político. Véase al respecto Prevosti i Monclús, A., ( coord. ), Pensamiento y religión en Asia oriental, edit. UOC, Barcelona, 2005, pp. 78-79; López Saco, J., “La mitología tradicional en la literatura china antigua”, Quincunce, nº 8, 2004, pp. 31-36, en específico, p. 35.
[4] La obra se basa, primordialmente, en las representaciones de dos fuerzas polares que, por su dinamismo, dan origen a todo. Su interacción engendradora de los cambios se interpreta como el movimiento incesante de dao. Acerca de los clásicos y la influencia confuciana, véase Román, M.T., Sabidurías orientales de la antigüedad, edit. Alianza, Madrid, 2004, p. 360 y ss.
[5] La tradición mítica hizo al héroe-dios Fuxi, paredro, en algunas tradiciones mitológicas, de Nüwa, el inventor de los trigramas a partir de la minuciosa observación de los comportamientos celestes y terrenales naturales, así como de la impronta dejada por las huellas tridigitales de las aves. Véase, acerca de los comentarios insertos en el Yijing, Cheng, A., Historia del pensamiento chino, edit. Bellaterra, Barcelona, 2002, en específico, p. 237.
[6] Sobre la estructura de este clásico y su orientación semántica es interesante el artículo de Tiemblo, A., “Aproximaciones a la escatología de la antigüedad oriental I: la China antigua”, Revista de Arqueología, nº 285, 2005, pp. 36-45, especialmente, pp. 42 y 44. Al respecto del rol “cosmogónico” de dao puede verse López Saco, J., “Dao: unidad, vacío, totalidad: ¿ una visión generadora y orgánica del cosmos?”, Lógoi, nº 7, 2004, UCAB, pp. 215-228.
[7] El término li se suele traducir por rito, ceremonia, aquello que es conveniente. Indica, por lo tanto, padrones de conducta en cuanto al uso adecuado de los vehículos materiales por medio de los cuales se objetivan los valores morales. El gobierno mediante los ritos o Li Zhi, será la forma de gobierno propugnada por los rujia, Escuela de los Letrados, durante las épocas de Primaveras y Otoños y los Reinos Combatientes. Este sistema se relaciona con las jerarquías, infeudación y privilegios hereditarios de la nobleza esclavista que se instaura con Zhou Gong en la dinastía Zhou del Oeste.
[8] Se cree que fue compilado por Tai Sheng ( llamado, además, Tai el Menor, y conocido, también, como Xiao Dai, personaje que vivió en el siglo I a.C. ) Diversos comentarios han surgido sobre este texto: los de Zheng Xuan, en el siglo II, aquellos de Gong Yingda, entre los siglos VI y VII, y las glosas vertidas por Lu Yuanlang a comienzos del siglo VII. La principal edición es la de Yue Ge ( 1173-1240 ), denominada Liji chusu, reimpresa en la edición Sibu beiyao del primer tercio del siglo XX ( Shanghai, 1927-1936, Zhonghua shuju ).
[9] Las instituciones chinas de la antigüedad adquirían su prestigio en virtud de su vinculación a la normativa emanada de la naturaleza que señala el Lijing. Sobre este particular aspecto véase Levi, J., Los funcionarios divinos. Política, despotismo y mística en la China antigua, edit. Alianza, Madrid, 1991, pp. 133-134. Sobre la estructura interna de este clásico es interesante Xinzhong, Y., El confucianismo, Cambridge University Press, Madrid, 2001, pp. 90-91 y ss., y García Font, J., Dioses, ideas y símbolos de la China, edic. Fausí, Barcelona, 1988, en específico, pp. 140-143.
[10] Es bastante probable que ciertas partes constitutivas del tratado se hubiesen originado en el Xunzi y en el Lüshi chunqiu. Acerca de las fechas de composición, contenido y ediciones del Lijing, es imprescindible, Loewe, M. ( edit. ), Early Chinese Texts… Op.cit., en especial, pp. 293-297.
[11] En diecisiete capítulos se describe el debido comportamiento en los funerales, las bodas, las audiencias en la corte y en el seno de la familia. Algunas secciones del Yili han sido encontradas en una tumba que data del último cuarto del siglo I a.C. Hay una clásica edición en inglés realizada por Steele, J., The I-li or Book of Etiquette and Ceremonial, 2 vols., Probsthain, Londres, 1917.
[12] También “Instituciones de Zhou “, serie de codificaciones hechas al respecto de li, es decir, de las reglas convencionales o de las líneas maestras del comportamiento, cuyo necesario cumplimiento era imprescindible para el mantenimiento de la estabilidad socio-política. En doce capítulos se hace una descripción bastante idealista de las instituciones de gobierno que se cree fueron adoptadas a comienzos de la dinastía Zhou. Una magnífica traducción en francés, aunque bastante antigua, es la de Biot, E., Le Tcheou-li ou Rites des Tcheou, 2 vols., París, 1851. En la sección llamada Liyun o Evolución de los Ritos, se habla del más remoto pasado, cuando el mundo pertenecía a todo, a la Gran Unidad original ( datong ), así como de una época algo posterior dominada por reyes míticos arcaicos y sabios llamada xiaokang o Prosperidad Menor.
[13] Al respecto de la estructura y temática de esta arcaica antología poética china puede revisarse Chen, G., Poesía clásica china, edit. Cátedra, Madrid, 2002, en especial, pp. 17-19. Las tres partes de la obra, Feng, Ya y Song, significan, respectivamente, canciones populares locales, canciones de la capital y cercanías e himnos y cantos de elogio.
*Texto publicado en la Revista Ensayos Históricos del Instituto de Estudios Hispanoamericanos.

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