Imagen: Sello de oro con la diosa micénica de la adormidera. Atenas (MN 992).
Se puede señalar que
los dos elementos constituyentes de la religión micénica, y que confluyen fundiendo
dos mundos de diferente carácter (el indoeuropeo del continente y el
mediterráneo cretense), son el naturalismo y la sensibilidad minoica y el sesgo
antropomorfista celeste heládico continental. En los famosos archivos en Lineal
B encontramos, además del nombre de los más destacados dioses griegos
posteriores, ciertas referencias auténticamente locales. Es el caso del Zeus en
el monte Dicte o del Posidón en Pilos. Zeus aparece documentado bajo la forma Di-we y Di-wo; además, se menciona su correlato femenino, la diosa Di-u-ja, Diwia, probable antecedente del posterior teónimo Día. El dios
Posidón se presenta bajo la forma Po-se-da-o,
y también tiene su correspondiente femenino, denominado Po-se-dae-ja (tablilla Tn 316 del archivo de Pilos). En Cnosos
solamente aparece documentado una vez, al lado de otras divinidades, entre las
que deben mencionarse A-ta-na Po-ti-ni-ja
y E-nu-wa-ri-jo, entendidas como Athána Pótnia, la Señora Atenea o de
Atenas, y Enúwalios, Enialio, un sobrenombre
del posterior dios Ares.
A través de las
tablillas se conoce también la presencia de Dioniso, Artemis y, quizá, Hermes (Di-wo-nu-so,
E-ra, Ate-mi-to y A-te-mi-te). Apolo,
por su parte, pudiera estar amparado bajo el término, probablemente incompleto,
Pa-ja-wo (tablilla V 52 de Cnosos),
la palabra Pa-ja-wo (correspondiente
a Paiáwon, antecedente de Peán,
epíteto de ciertos dioses posteriores pero, esencialmente de Apolo) o bajo la
forma incompleta A-]pe-ro-ne. Eleuthía,
Ilitía (E-re-u-ti-ja), está testimoniada
en Cnosos en el topónimo A-mi-ni-so,
Amnisós, Creta. Otros nombres de dioses son también E-ri-nu, muy probablemente, Erinús,
el singular del nombre clásico de las Erinias o Furias; Qe-ra-si-ja, asociada con Therasia,
denominación probable de una diosa de las fieras, de presumible origen
cretense; y Da-pu2-ri-to-jo Po-ti-ni-ja,
una más que factible Señora del Laberinto.
En el primer elemento
de A-ne-mo i-je-reja (tablilla Fp
1+31) se puede ocultar la divinización de un fenómeno natural. Parece que hay
que entender aquí Anémon hieríai, sacerdotisa de los vientos. Otra
interpretación verosímil es la de pa-si
te-o-i, pánsi theoís, a todos los
dioses, y Ti-ri-se-ro-e
(tablillas de Pilos Tn 316 y Fr 1204), probable referencia a un culto a los tres héroes o quizá al tres veces héroe. Existía una abundante proliferación
de deidades femeninas, denominadas genéricamente Po-ti-ni-ja, Señora (Señora de
los Marjales, de los Caballos y la Señora
de Asia). Una propuesta interesante es aquella que refiere que es Deméter
quien se encuentra subyacente en los signos Da-ma-te
de la Lineal A en un vaso votivo de la época de los segundos palacios, reciente
mente hallado en Citera.
La arqueología ha
logrado identificar ciertas áreas y
edificaciones cultuales. Es el caso de una zona de santuarios posteriormente
dedicada a Apolo Maleatas, cerca de Epidauro; de las casas-templos de Berbati y
Asine; de los recintos sagrados de Pilos y Amyclas, así como de los santuarios
de Eleusis, Egina, Ceos y Délos, además de las casas denominadas de los ídolos y de los frescos, situadas intramuros en Micenas, que podrían ser
centros de culto con altares. En Creta, por su parte, hay evidencia de
santuarios activos en el Bronce Reciente III, entre ellos los conocidos de las
dobles hachas de Cnosos así como el área de santuarios de Archanes. A todo lo
mencionado habría que añadir la existencia, más que probable, de cavernas y lugares al aire libre de uso cultual. Artículos
como el trigo, la miel (hallada en ánforas) y el aceite se documentan como
productos usados en los sacrificios.
Existían, con
seguridad, colegios de sacerdotes. Este clero sería el encargado de los
sacrificios, fueran incruentos o no, incluidos los humanos, que pudieron
existir en virtud de ciertos indicios, como son los episodios míticos (el
sacrificio inmolatorio de Ifigenia) y en función de la posible interpretación,
como víctima humana propiciatoria destinada a la inmolación, de la palabra po-re-na (tablilla de Pilos Tn 316).
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV, Escuela de Historia-Doctorado en Historia
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