Arriba, tumba tracia de Sveshtari, Bulgaria; abajo, tumba nº 43 en la necrópolis eneolítica de Varna. V milenio a.e.c.
Las fuentes escritas,
particularmente los poemas homéricos, mencionan a los tracios como una
población sedentaria a fines del II milenio a.e.c., noticia que haría probable
su presencia en la Edad del Bronce del III milenio. La arqueología ha sacado a
la luz vestigios en el actual territorio búlgaro de culturas neolíticas y
eneolíticas (entre los milenios VII y IV a.e.c.), con presencia de túmulos,
necrópolis (como la de la ciudad de Varna) y poblados, además de cerámica y
pequeñas figurillas. Las excavaciones de Ovcharovo, Gradeshnitsa o Stara Zagora
proclaman la existencia de una arcaica civilización en la Península de los
Balcanes entre el V y el IV milenio a.e.c., que fue destruida por la llegada de
tribus nómadas desde el norte y noroeste, en donde puede hallarse la
etnogénesis de las tribus tracias de la Edad del Bronce. Los portadores de la
cultura de la Edad del Bronce en Tracia son, sin dudas, indoeuropeos.
Las interpretaciones lingüísticas
de los topónimos, las diferentes excavaciones arqueológicas y ciertos datos
antropológicos, indican que los tracios fueron una población indoeuropea del
Bronce que se estableció en la región actualmente búlgara, en regiones de
cultura eneolítica, a partir de diversas migraciones.
Los procesos etnogenéticos de la
Edad del Bronce dieron origen a los tracios (cuyo nombre fue mencionado,
hipotéticamente, en algunos textos micénicos) que se conformaron como población
principal en el centro y este de los Balcanes. Según la Ilíada, con el nombre
de la tribu, que vivía en la Tracia del Egeo, se denominó a varias tribus con
lengua semejante. En el Catálogo de las Naves se menciona, entre los pueblos
balcánicos, a ciconios, peonios y tracios. A partir del II milenio a.e.c. el
nombre tracio se generalizó para designar a la población que habitaba entre los
Cárpatos y el Egeo, hasta el Mar Negro. Quizá los tracios vivieran también,
inicialmente, en la Hélade y en Asia menor, hasta su final asimilación. El
conjunto mayoritario de las tribus tracias habitó al sur del Danubio en el I
milenio a.e.c., mientras que al norte del río se habían asentado los dacios o
tracios nórdicos, en donde se acabaría conformando el más grande y destacado de
los estados de los tracios, el reino de los Odrisios, que terminó siendo
destruido por Filipo II a fines del siglo IV a.e.c.
En la épica homérica, los tracios
vivían al norte de la Hélade micénica, en el Ródope y la Tracia egea. Sus
tierras eran, se dice, muy fértiles. Además, criaban caballos y ovejas,
producían vino, vivían en poblados fortificados (como Poltimvria o Melsavria,
la posterior Mesembria en el Mar Negro) y eran destacados mineros. La Ilíada
manifiesta también que los tracios fueron una población emparentada con los
troyanos, de ahí el apoyo tracio a los troyanos. A fines del II milenio a.e.c.,
centro y norte de la Península balcánica estaban habitadas por tracios
(actuales Bulgaria, Rumanía, Grecia y parte de Turquía), mientras que en el
occidente vivían las tribus ilirias. Según Heródoto los más numerosos de los
tracios fueron los odrisios. Sus vecinos eran los besios (en la zona de
Filipópolis-Pulpudeva, Plovdiv hoy). En el norte de la Bulgaria actual vivirían
mesios, tribalios y getas, en el oeste, los denteletios; en el sudeste, tinios
y astios.
Entre los siglos X y VI a.e.c.,
época precedente a la formación del estado tracio, la cultura tracia se
desplegó en los valles fértiles de las regiones centrales de los Balcanes, el
sur de Bulgaria. Esta zona, conocida en el mundo helénico como Hebros, estaba
surcada por varios ríos navegables, que fueron las principales vías acuáticas
de comunicación entre los griegos y las tribus tracias. En los valles de estos
cursos de agua se establecieron las más relevantes de las poblaciones tracias, algunas
posteriormente convertidas en ciudades, como el caso de Kabile, Filipópolis,
Masteira, Uskudama y Sevtópolis, entre otras. Además, florecieron fortalezas,
poblados de las poblaciones montañesas, en torno a las cuales se erigieron
algunos santuarios rupestres asociados al culto del sol.
La clase gobernante tracia la
conformaba la aristocracia tribal, que se agrupaba alrededor de un soberano
local. El propio Homero describe las riquezas de esta aristocracia en forma de
tierras y ganado, además de reconocer sus privilegios sacerdotales, militares y
judiciales. Buena prueba de la fastuosidad que rodeaba a la aristocracia es la
presencia de numerosos hallazgos en los grandes túmulos, como el sepulcro
abovedado de Kazanlak[1],
así como los monumentos megalíticos, sobre todo dólmenes. Esta aristocracia
poseedora de la tierra tenía derechos sobre la población campesina sometida.
Además, se constata la presencia de la esclavitud, muy probablemente ya desde
el siglo VII a.e.c. Tales esclavos era, fundamentalmente, pastores en las
haciendas de los gobernantes y también sirvientes domésticos. Un tema
recurrente en las fuentes antiguas es la exportación de esclavos desde Tracia
hacia las diferentes polis helénicas entre los siglos V y IV a.e.c.
En el primer tercio del siglo V
a.e.c. los odrisios unificaron otras tribus tracias y crearon un reino tracio,
que desempeñó un significativo rol en las relaciones políticas de los Balcanes,
participando, incluso, en la Guerra del Peloponeso del lado ateniense[2].
Hacia mediado el siglo IV a.e.c. el estado tracio padeció muchos reveses debido
a la acción de los gobernantes macedónicos más renombrados, Filipo II y su hijo
Alejandro Magno. Al final, Tracia quedó incluida en el sistema de estados
helenísticos, primero sometida al poder de los estrategos macedónicos y luego
plenamente integrada en el reino de los antigónidas.
En diferentes regiones, no
obstante, se fueron formando estados menores verdaderamente independientes,
como el de los medas, el de los astios, el de los mesios y el de los
denteletios. En estas condiciones de nuclearización los tracios entraron en
contacto con la expansiva república romana. A fines del siglo I a.e.c. se creó
la dinastía de los sapeos en torno a la ciudad de Viza. Aunque intentó
mantenerse, el reino tracio así formado fue avasallado por Augusto. En el 45
a.e.c., finalmente, Tracia pasó a ser una provincia romana.
Prof. Dr. Julio López Saco
Doctorado en Historia, UCV
[1] La tumba de Kazanlak, del siglo
IV a.e.c., descubierta en 1944, está relacionada íntimamente con Seutópolis,
localidad fundada por el rey tracio Seutes III a finales del siglo IV a.e.c.,
de fuerte influencia helenística griega. Es posible que la tumba, de hecho,
decorada con escenas militares en el corredor y la bóveda, y con un banquete
funerario en la cúpula, pueda ser la del propio monarca, quien luchó contra el
diadoco Lisímaco.
[2] De hecho, en Atenas se hablaba
mucho de los tracios, y se representaban algunos de sus mitos, en las tragedias
y en las comedias. Incluso se conoció en la polis ateniense un culto tracio, el
de la diosa Bendida. Las carreras de caballos nocturnas con antorchas eran
habituales como un medio de honrar a la diosa.
1 comentario:
Cual es el origen geografico de los tracios? Antes de habitar donde dicen los historiadores , donde habitaban?
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