9 de noviembre de 2017

Urartu: un reino en las cumbres montañosas



A mediados del siglo XIII a.e.c. ya se menciona un país, Uruatri, al que combaten los asirios, que se encuentra ubicado en las remotas montañas de Armenia. A mediados del siglo IX, los asirios son conscientes de que se trata de una potencia con la que disputan las regiones montañosas iranias, Siria, el área luvioaramea, además de Mannai y los pasos de montaña. Estamos hablando de una zona geográfica que hoy se encuentra repartida entre Irán, Turquía y Azerbaiyán, que cubría tres ámbitos del mundo del Oriente antiguo, Mesopotamia, Anatolia e Irán.
En la segunda mitad del segundo milenio a.e.c., la zona montañosa de los lagos azerbaiyanos y armenios parece que estuvo habitada por distintas poblaciones, algunas de ellas, probablemente emparentadas con el Mitanni hurrita. En torno al lago Van, documentos asirios e hititas sitúan a las gentes de Isuwa, Papanhi y Alse. Algunos textos hallados en Hatussa sugieren que la población de la antigua Hanigalbat huyó hacia las montañas. En consecuencia, es posible que las distintas coaliciones de pueblos de la región, que los asirios nominaban como Nairi y Uruatri, contaran con bastante población hurrita. La lengua hurrita desapareció, pero la de Urartu pertenece al mismo tronco que aquella.
En principio Urartu era una pieza del mosaico de Nairi. A mediados del siglo IX a.e.c. un soberano logró unir bajo su mandato varios principados hasta configurar un gran reino, cuya zona nuclear estaba formada por el lago van y la región circundante. Los reyes de Urartu ocuparían, urbanizarían, protegerían y aprovecharían el terreno de tal modo que erigirían ciudadelas fortificadas, torres de protección de pasos y valles, construirían canales y llevarían a cabo una importante repoblación forestal. El centro político sería Tuspa (hoy Van Kalesi).
Asiria y Urartu estuvieron siempre enfrentados. Este enfrentamiento militar se debió a un doble motivo: el control de las rutas comerciales y el dominio sobre las regiones productoras de materias primas. La guerra entre ambas potencias tuvo dos fases. La primera, entre 827 y 740 a.e.c., fue una etapa de primacía urartia. Es el momento en que los reyes Ispuini, Minua, Argisti I y Sarduri II (gobiernan entre 830 y 730), extienden el imperio y los intereses urartios. La segunda, entre 740 y 709 a.e.c., estará signada por la recuperación asiria. Sargón II (721-705 a.e.c.) derrota a Urartu en su terreno. A esta derrota se sumaría el ataque de los cimerios. Poco después de esta época, Argisti II y Rusa II fortificarían las fronteras en el norte con ciudadelas, como fue la de Bastam. No obstante, en 614 los medos ocuparon Assur, y hacia 590 a.e.c., en compañía de los escitas, arrasarían el sistema de fortalezas urartias de los montes y los valles del norte. Ya en época aqueménida, se estableció sobre el antiguo país de Urartu una satrapía, concretamente la de Armenia.
La política y la cultura tuvieron que adaptarse, por tanto, al particular entorno físico. Es así como cada valle tendría su propia fortaleza. La mayoría de las fortificaciones urartias de las cimas de las montañas eran de tres tipos diferentes. Por un lado, grandes fortalezas con palacios; por otro, pequeños fuertes en las rutas comerciales, de comunicación y puertos de montaña y; finalmente, fortalezas sin palacios que hacían las veces de centros regionales. Algunos de los principales conjuntos fortificados mejor excavados y estudiados son Teisebani, cerca de Erevan, Cavustepe, al sureste del lago Van, y  la fortaleza de Bastam, en territorio de Irán.
No se conoce bien el ámbito de las creencias e ideas de Urartu. En Musasir hubo un templo dedicado al dios nacional, de nombre Haldi, deidad de la tempestad y el sol, al que los reyes honraban con estelas. Este dios, que aparece bien con barba o bien sin ella, se representaba, como dios guerrero, de pie sobre un león. En sus templos se dedicaban armas como exvotos y ofrendas. A su lado podía aparecer su esposa, Arubani y el dios de la tormenta Teiseba, de pie encima de un toro. Otros dioses importantes eran Sivini, también de carácter solar, y algunas divinidades aladas (quizá la esposa de Sivini), que suelen aparecer decorando las grandes piezas de bronce, calderos en concreto.

Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. FEIAP-UGR. Noviembre de 2017.

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