Egipto en su período expansivo durante la Dinastía XVIII
Desde el Reino Medio, y, sobre
todo, en el Nuevo, Egipto alcanzó cierto control comercial sobre las regiones
de Nubia, al sur y Siria-Palestina, al noreste. Este hecho no significa, en
cualquier caso, que hubiera habido una colonización socio-política y una
conquista militar. Es más probable que la realidad consistiera en incursiones esporádicas con la intención
de salvaguardar las rutas de comercio y propiciar la consecución de botín de
guerra y ciertos suministros. Parece difícil pensar que los motivos para este
“imperialismo” hayan sido de carácter ideológico o socio-político.
Durante el Reino Medio, los
faraones de la Dinastía XII usaron fuerzas militares en Nubia como medio de
control de la región. Tal hecho se verifica gracias a la cadena de fortalezas
allí existentes, cuya finalidad, en cualquier caso, habría de ser dominar el
comercio del Nilo. En las fortalezas se han encontrado, en tal sentido, grandes
almacenes. Su presencia aseguraría una continuada actividad militar en la zona
y la posibilidad de enviar nuevas campañas a la Baja Nubia cuando hubiera
necesidad de sofocar alguna amenaza. La presencia de grandes graneros en la
fortaleza de Askut y en los palacios de campaña de Uronarti y Kor, parece
sugerir que las fortalezas de la Baja Nubia en este período dinástico serían
una forma de avanzada hacia el corazón de África, y no una frontera defendida
con solvencia. La gran capacidad de almacenamiento pudiera implicar un acopio
de materiales y productos importados por los egipcios cuyo final destino podría
ser Tebas.
En el reino Medio, por el
contrario, hay escasa presencia permanente egipcia en Palestina. No obstante,
durante las Dinastías XII y XIII hubo contactos con el Egeo y el Levante, aunque
no se puede saber el grado de control económico y político egipcio sobre estas
regiones. Según algunos restos de los Anales de Amenemhat II, acontecieron dos
incursiones en el Levante durante su reinado; la estela de Khusobek, por otra
parte, menciona una expedición contra la ciudad palestina de Schechem en época
del reinado de Senusret III. Un indicio de intervención militar en esta zona
pudiera encontrarse en los títulos de la elite (un resabio inicialmente de
magnificencia más que de realidad histórica), así como en la descripción de
algunos productos adquiridos en Asia occidental (aunque no se pueda saber en
qué condiciones se consiguieron). Desde la óptica arqueológica no se duda de la
presencia económica egipcia, continua y relativamente significativa, en Biblos
y Palestina, acompañada, quizá, de cierta presión militar de cuando en vez. Sin
embargo, muchos eran los asiáticos que vivían en Egipto durante el Reino Medio,
y algunos de ellos muy probablemente llegaron como prisioneros de guerra.
Las fuentes arqueológicas y
textuales hablan de actividades egipcias en Levante durante el Reino Medio. Las
estelas de victoria, los relieves templarios (que muestran elogiosos relatos
acerca de los bienes conseguidos por el soberano para las divinidades) y las tablillas
cuneiformes (Kamid el Luz, Taanach), documentan los pormenores de los lazos
diplomáticos, económicos y hasta administrativos existentes entre los estados
del Próximo Oriente[1].
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB, Caracas
[1] El principal archivo egipcio al
respecto es el que conforman las casi cuatrocientas tablillas encontradas en
Amarna, en el Egipto Medio, en las que se hallan cartas intercambiadas entre el
faraón y varios mandatarios foráneos hacia finales de la Dinastía XVIII, en el
siglo XIV a.C. Las Cartas de Tell el Amarna informan sobre las relaciones entre
Egipto y las potencias orientales, caso de Mitanni y Babilonia, así como de las
peculiaridades políticas de las pequeñas ciudades-estado imperantes en
Siria-Palestina, en unas ocasiones en conflicto entre sí, en otras, aliadas de
las potencias del momento: los Hititas, Mitanni y, por supuesto, Egipto.
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