Imágenes: arriba, anfisbena en la Iglesia de Santa María de Piasca, Cabezón de Liébana, Cantabria; abajo, basiliscos en un capitel del claustro de la iglesia de Santa María la Real de Nieva, Segovia.
El
basilisco, cuyo nombre procede del griego (diminutivo de rey, basileus), es un animal fabuloso que se
reconoce inicialmente por una mancha blanca ubicada en la cabeza como si fuese
una corona, de ahí su denominación. Con su presencia y silbido, pone en fuga a
cualquier animal. No se desplaza e impulsa en ondulaciones, sino que avanza
erguida sobre la parte central. Al exhalar su aliento mata las plantas y rompe
las piedras. Es muy probable que este animal mítico haya que identificarlo con
el ureus egipcio que, según Horapolo,
representaba la eternidad, y por eso se colocaba en la cabeza de los dioses
como símbolo de la única sierpe inmortal conocida. En el ámbito cristiano, y
particularmente en los bestiarios medievales, se convirtió en un símbolo del
mal, representando la lujuria, y siendo una de las bestias que, al lado del
león y el dragón, son combatidas por Cristo. Se llegó a identificar su veneno
con enfermedades como la sífilis. En el siglo XII se pensaba que el basilisco
nacía del huevo de una serpiente incubado por un sapo. En la iconografía
cristiana su apariencia se transformó, convirtiéndose en un híbrido entre un
gallo y una serpiente.
Según la mitología
griega, la anfisbena es uno de los seres que nace de la sangre que gotea de la
cabeza de Medusa cuando Perseo se trasladaba encima del desierto de Libia. Se
trata de una sierpe (o quizá lagarto) de dos cabezas, que puede andar hacia
delante o hacia atrás, devora cadáveres y se suele vincular al mundo
subterráneo. En la iconografía medieval se la podía representar con cuerpo de
gallo, o con patas de gallo, y con alas con escamas, dibujos o plumas saliendo
de su cuerpo. Esta serpiente fantástica procede de arcaicas concepciones que
ven en ambas cabezas del animal la pugna entre el bien y el mal. De hecho, el
neoplatonismo y el cristianismo la usaron como símbolo de dicha lucha.
UCV-UCAB, Escuela de Historia-Escuela de Letras, Caracas.
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