IMÁGENES. DE ARRIBA HACIA ABAJO: DIOSA HATHOR EN TERRACOTA. 100-50 A.C. LÁPIDA SEPULCRAL DE PEEBOS. SIGLO II; ESPECIE DE CENTAURO. AYIA IRINI, CHIPRE. ENTRE 700 Y 500 A.C.; Y GUERRERO EN CARRUAJE DE CUATRO CABALLOS. AYIA IRINI.
Trataremos
en estas dos entradas algunas piezas arqueológicas del Museo de Antigüedades
del Mediterráneo y el Cercano Oriente de Estocolmo, que tuvimos la ocasión de
estudiar recientemente. Han sido escogidas en función de su relevancia mítica y
religiosa (ritual, funeraria).
En
la primera entrega veremos escultura y relieve; en la segunda, un par de
ejemplos cerámicos griegos atenienses y
algunas monedas chipriotas. Se puede apreciar, en primer término, una figura
(MME 1977:13) de una mujer desnuda, coronada con flores y hecha en terracota,
todavía con restos de pintura decorativa. Se ha datado en el siglo I a.C.
Aunque su pose frontal, con sus brazos pegados a los muslos, es tradicionalmente
egipcia, el estilo es patentemente helenístico. Se ha pensado que la dama
representa a la diosa Hathor, equivalente de la Afrodita griega. Es bastante
probable, creemos, que la figura simbolizara una deidad usada en algún altar
privado o que hubiese sido realizada con la intención de acompañar a una
notable mujer fallecida a modo de un presente funerario.
En
segundo término se presenta una estela funeraria, datada en el siglo II (época
en la que Egipto era una provincia del imperio romano), que fue hallada en un
cementerio en el delta del Nilo, cerca de Alejandría (MM 11421). En ella se
representa a un niño, de nombre Peebos, que aparece vestido con ropajes
tradicionalmente griegos (chiton e himation), entre dos chacales. En la
parte inferior, la inscripción, en griego, dice que el infante murió a la edad
de seis años. Pudiera tratarse de un niño de familia egipcia, a pesar de la
escritura empleada, pues el griego era el lenguaje de la administración. Los
elementos egipcios patentes estarían representados en los dos chacales,
símbolos del dios Anubis, protector de las necrópolis y deidad del arte del
embalsamamiento.
En
tercer lugar, se muestran algunos ejemplos de las estatuas votivas del
santuario de Ayia Irini, en el noroeste de Chipre. Las excavaciones, llevadas a
cabo en 1929, sacaron a la luz casi dos mil estatuas (la mayoría en terracota,
algunas en bronce) de diversos tamaños, que representan, en su mayoría, a
varones vestidos como guerreros, con cascos, armaduras y armas arrojadizas,
aunque hay varios ejemplos que muestran personas bailando o llevando consigo
animales sacrificiales. Unas pocas son extraños seres híbridos, probablemente
mitológicos, mitad toro y mitad ser humano, que recuerdan los conocidos
centauros de la mitología griega posterior. Las figuras estaban agrupadas en
semi círculo alrededor de un altar pétreo, sobre el cual estaba colocada una
gran piedra redondeada que posiblemente formaba parte del culto. No hay
indicios acerca de los dioses que pudieron ser adorados en este santuario, qué
personas lo usarían y cuál sería el significado de los probables rituales.
Quizá se tratase de un santuario rural que indicaba el área bajo dominio de
alguno de los reinos chipriotas del período arcaico en la isla (700-480 a.C.),
época en la que la mayoría de las figuras fueron realizadas.
Prof. Dr. Julio López Saco
Doctorado en Historia, UCV-Caracas
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