8 de julio de 2019

El período Uruk en el sur de Mesopotamia




Imágenes: arriba, planta del Templo de la Ceniza, con el vestíbulo de las columnas, de Warka; abajo, vaso pétreo de Warka o de Uruk, con diseños organizados en bandas que muestran diversas actividades humanas.

Los periodos principales que señalan las secuencias cronológicas y las fases de ocupación en la Mesopotamia antigua son tres. El primero, y más arcaico, es El Ubaid (5300-3600 a.e.c.), subdividido en Ubaid del 1 al 4, y que corresponde al Badariense y Amratiense en el valle del Nilo, así como al Yarmukiense y parte del período Bersheba-Ghasuliense en el Levante; el segundo es Uruk (3600-3100 a.e.c.) subdividido en antiguo y reciente, y coincidente con las fases Susa B y C en el Juzistán, el Geerzense y el Predinásico reciente en el valle del Nilo, así como el resto de la etapa Bersheba-Ghasuliense levantina; el tercero y último es el período Jemdet Nasr (3100-2900 a.e.c.), que coincide con el Bronce Antiguo levantina y las dos primeras dinastías egipcias. El período que aquí destacaremos será el de Uruk (Warka, Erech en la Biblia).
Los útiles que caracterizan al período, así como el sistema cultural que Uruk representaba, estaban muy extendidos por todo el sur de Mesopotamia e, incluso, más allá de la región.  La cerámica pintada se sustituye por otra, fabricada a torno rápido, con decoración de motivos incisos. Los tipos cerámicos producidos en serie serán indicadores claros del inicio de Uruk reciente, siendo su final asociado a las primeras improntas de escritura. Las subdivisiones cronológicas posteriores se harán en función de la arquitectura, la glíptica y las dinastías históricas.
En la fase de Uruk antiguo la arquitectura sigue los precedentes de Ubaid 4, en tanto que las cerámicas son grises y desciende notablemente la decoración pintada. En el período reciente, entre 3400 y 3100 a.e.c., se constatan innovaciones técnicas notables y cambios en las temáticas ornamentales. Abundan ahora los cuencos con un borde biselado. La presencia de impresiones digitales y de apliques e incisiones en la cerámica, aunado a asas en forma de soga, son características destacables. Por otro lado, aparecen innumerables sellos, tanto del tipo cilindro como del de estampilla, en los que destacan motivos geométricos y temáticas zoomorfas, antropomorfas y naturalistas.
Lo más reseñable del período son los edificios monumentales de Warka, comunidad que se había establecido en el período Ubaid, cerca de Ur. Sus cerca de diez mil habitantes le habrían conferido un claro estatus urbano. Los templos han proporcionado mucha información sobre la religión y el ritual. Muy poco se sabe, por el contrario, de la actividad cotidiana de la sociedad, al no haber sido excavados talleres artesanales, edificios cívicos y construcciones domésticas. La arquitectura más antigua corresponde al denominado zigurat de Anu. La construcción más conservada del recinto se conoce con el nombre de Templo Blanco, de planta tripartita. En su sala central dos elementos han destacado por su relevancia. El primero, un pedestal de forma rectangular, tal vez destinado a las ofrendas; el segundo, una plataforma con escaleras, quizá base de una escultura. En el interior hay varios nichos y en el exterior contrafuertes. Sus dimensiones y algunos de sus elementos principales son cónsonos con los templos sumerios históricos ulteriores.
Este complejo de Anu evidencia la existencia de una elite que controlaba una gran fuerza de trabajo bien organizada. Se implica, por lo tanto, una jerarquía institucionalizada que tenía acceso privilegiado a los recursos económicos y a un gran número de trabajadores y artesanos especializados.
El complejo más monumental es el de los templos estratificados del recinto de Eanna, sitio ubicado en el centro de la ciudad. En la época histórica estuvo dedicado al culto de Inanna, patrona de Warka (en su advocación semítica Ishtar). En este recinto el templo más arcaico es el denominado Templo de Caliza, con una gran sala en forma de T. Otra edificación sobresaliente es el Templo de las Columnas, que presenta columnas exentas y una decoración con mosaicos de conos arcillosos, que estuvieron pintados de colores (negro, rojo y blanco). Estos conos proporcionaban unos motivos ornamentales geométricos, en forma de zigzag, bandas diagonales y triángulos. Esta arquitectura religiosa conforma una clara evidencia, en consecuencia, de la presencia de una poderosa elite. En los templos del zigurat de Anu los indicios de pedestales y altares para cremación de ofrendas, así como la sofisticada planificación de los nichos internos del recinto de Eanna, cuyas funciones pudieron ser tanto decorativas como rituales, ejemplifican el poder de tal grupo elitesco presumiblemente religioso.
Otro de los elementos de la cultura material de Uruk son los vasos de piedra. Destaca el vaso de Warka, decorado con tres registros que presentan escenas de la vida cotidiana y también religiosa. En el registro inferior se observan plantas y animales, en tanto que en el intermedio se representa una procesión de hombres que van desnudos y con sus cabezas rapadas, llevando consigo lo que parecen ofrendas de vino y alimentos. En el registro superior pudiera representarse una escena ritual en la cual se le presentan a una diosa varias ofrendas de comida. Otro notable ejemplo es la naturalista cabeza de mármol de Warka, tal vez la parte superior de una estatua femenina de madera. Esta estatuaria monumental de bulto redondo precede la tradición artística sumeria.
La interpretación de las tablillas de la etapa de Uruk reciente parece confirmar la introducción del arado en este momento. Del mismo modo, las más antiguas noticias acerca de la invención de la rueda también se registran entre los restos culturales principales del cuarto milenio que corresponden al período Uruk, época en la que, asimismo, empezó a emplearse el torno para la fabricación cerámica. No se debe olvidar que los carros fueron fundamentales para el transporte, facilitando la intensificación de una economía eminentemente redistributiva.

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