En la historia predomina la razón, así como los significados de los acontecimientos, influenciados por el hombre. El ser humano crea la historia al intentar comprender el mundo y actuar sobre él. La razón histórica conlleva una serie de reglas que configuran principios universalizantes, totales, aplicables al análisis y a la síntesis históricas. Tales principios son los siguientes:
-El espacio geográfico. Los hechos se agrupan espacialmente y se relacionan, muchas veces, de modo ideal y convencional.
-El tiempo histórico, que implica la duración de los procesos y la valoración de dicha duración.
-El Proceso, es decir, los hechos o acontecimientos interrelacionados en un espacio-tiempo determinado
-La causa y el agente, la explicación de por qué tienen lugar los acontecimientos y por quién son efectuados (antropomorfización de los mismos). Las causas se refieren a la explicación dinámica de los procesos, y los agentes a los grandes personajes en acción.
-El sentido de proceso, mediatizado por las creencias del historiador
La historia no es individual, sino supraindividual y supraprivada, pues es la de los grupos, las instituciones, los pueblos. La historia es la investigación del pasado del hombre en sociedad, por lo cual tenemos tendencia a generalizar, esto es, a destacar lo general en lo único.; la historia es también relativa, puesto que la subjetividad conceptual depende de cada historiador. Casi hablamos, entonces, de una idea erudita; es, o debe ser, del mismo modo, amoral, a pesar del latente peligro de adhesión o rechazo hacia los acontecimientos, fruto de la parcialidad o la subjetividad; la historia es, finalmente, narración, especialmente de los éxitos, de lo que el hombre ha hecho, no de sus frustraciones. En este sentido, de la historia se puede, y se debe, aprender.
La metodología básica de la historia supone: determinar si un objeto es o no un documento histórico; expresar las claves para la lectura e interpretación del documento; usar la información extraída, en una selección autónoma e interesada de conocimientos, para hacer un texto historiográfico. Así pues, la crítica documental va seguida de la lectura interpretativa, el análisis de la información y, finalmente, de la síntesis de los resultados obtenidos.
La realidad histórica tendría, en definitiva, estas características:
-Es multiforme, inaprensible, en especial si se la reduce a los hechos, pues estos son absolutamente indefinidos.
-Su plasmación en fuentes se da a través de un proceso intencional: “alguien” escribe, graba una inscripción, erige un monumento. El historiador trabaja con versiones fragmentarias y, a veces, contradictorias, de la realidad, ya interpretada.
-Se construye desde las fuentes usando criterios de verosimilitud que confieran sentido a la conducta humana del pasado a través del relato o la narración.
-Deben tenerse en cuenta las ideas de la historia: no hay historia de un hecho histórico desnudo, teórico, sino la narración interpretativa, la visión de los hechos.
-El espacio geográfico. Los hechos se agrupan espacialmente y se relacionan, muchas veces, de modo ideal y convencional.
-El tiempo histórico, que implica la duración de los procesos y la valoración de dicha duración.
-El Proceso, es decir, los hechos o acontecimientos interrelacionados en un espacio-tiempo determinado
-La causa y el agente, la explicación de por qué tienen lugar los acontecimientos y por quién son efectuados (antropomorfización de los mismos). Las causas se refieren a la explicación dinámica de los procesos, y los agentes a los grandes personajes en acción.
-El sentido de proceso, mediatizado por las creencias del historiador
La historia no es individual, sino supraindividual y supraprivada, pues es la de los grupos, las instituciones, los pueblos. La historia es la investigación del pasado del hombre en sociedad, por lo cual tenemos tendencia a generalizar, esto es, a destacar lo general en lo único.; la historia es también relativa, puesto que la subjetividad conceptual depende de cada historiador. Casi hablamos, entonces, de una idea erudita; es, o debe ser, del mismo modo, amoral, a pesar del latente peligro de adhesión o rechazo hacia los acontecimientos, fruto de la parcialidad o la subjetividad; la historia es, finalmente, narración, especialmente de los éxitos, de lo que el hombre ha hecho, no de sus frustraciones. En este sentido, de la historia se puede, y se debe, aprender.
La metodología básica de la historia supone: determinar si un objeto es o no un documento histórico; expresar las claves para la lectura e interpretación del documento; usar la información extraída, en una selección autónoma e interesada de conocimientos, para hacer un texto historiográfico. Así pues, la crítica documental va seguida de la lectura interpretativa, el análisis de la información y, finalmente, de la síntesis de los resultados obtenidos.
La realidad histórica tendría, en definitiva, estas características:
-Es multiforme, inaprensible, en especial si se la reduce a los hechos, pues estos son absolutamente indefinidos.
-Su plasmación en fuentes se da a través de un proceso intencional: “alguien” escribe, graba una inscripción, erige un monumento. El historiador trabaja con versiones fragmentarias y, a veces, contradictorias, de la realidad, ya interpretada.
-Se construye desde las fuentes usando criterios de verosimilitud que confieran sentido a la conducta humana del pasado a través del relato o la narración.
-Deben tenerse en cuenta las ideas de la historia: no hay historia de un hecho histórico desnudo, teórico, sino la narración interpretativa, la visión de los hechos.
Referencias bibliográficas básicas (genéricas y en español)
-Bermejo Barrera, J.C., Psicoanálisis del conocimiento histórico, edit. Akal, Madrid, 1983
-__________________, El final de la historia. Ensayos de historia teórica, edit. Akal, Madrid, 1987
-__________________, Replanteamiento de la historia. Ensayos de historia teórica II, edit. Akal, Madrid, 1989
-__________________, Fundamentación lógica de la historia, edit. Akal, Madrid, 1991
-Bloch, M., Introducción a la historia, edit. F.C.E., Bogotá, 1997
-Carr, E.H., ¿Qué es la historia?, edit. Ariel, Barcelona, 1993
-Châtelet, F., El nacimiento de la historia, edit. Siglo XXI, México D.F., 1979
-Collingwood, R.G., Idea de la Historia, edit. F.C.E., México, D.F., 1996
-Fontana, J., Historia: análisis del pasado y proyecto social, edit. Crítica, Barcelona, 1999
-Hobsbawn, E., Sobre la historia, edit. Crítica, Barcelona, 1998
-Huizinga, J., El concepto de la historia, edit. F.C.E., México D.F., 1980
-Jaspers, K., Origen y meta de la historia, Revista de Occidente, Madrid, 1965
-Kahler, E., ¿Qué es la historia?, edit. F.C.E., Santiago de Chile, 1993
-Mitre, E., Historia y pensamiento histórico, edit. Cátedra, Madrid, 1997
-Schaff, A., Historia y Verdad, edit. Grijalbo, México D.F., 1974
-Veyne, P., Cómo se escribe la historia, Alianza edit., Madrid, 1984
-Whitrow, G.J., El tiempo en la historia, edit. Crítica, Barcelona, 1990
Prof. Dr. Julio López Saco
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