Imágenes (de arriba hacia abajo): ánfora
orientalizante de Eretria, datada entre 625-600 a.e.c. Museo Arqueológico
Nacional de Atenas; cántaro beocio de figuras negras. Mitad del siglo VI a.e.c.
Staatliche Antikensammlungen Glypothek, Munich; enocoe corintio con carrera
ritual o komos. Datado entre 450-400
a.e.c. Museo Arqueológico de Corinto y; píxide beocio, con decoración
geométrica y caballos, datado hacia 740 a.e.c.
Se trata de vasijas encontradas, principalmente en
tumbas y santuarios, pero también de otras halladas en un contexto doméstico,
cuyo empleo pudo ser meramente decorativo o como útiles para llevar a cabo
rituales cotidianos. Pertenecen tanto al período arcaico como clásico.
La cerámica geométrica corintia, que se fecha entre el
siglo IX y el 720 a.e.c., tuvo una demanda eminentemente local, aunque algunas
piezas pudieron llegar a Grecia central, a ciertas áreas del occidente del
golfo de Corinto e, incluso, a Creta. Hubo en ella un limitado empleo de
esquemas figurativos.
Las
vasijas de la clase Thapsos, de la segunda mitad del siglo VIII a.e.c. se
distribuyeron en al mar Jónico, en Sicilia y el sur de Italia. Quizá se
produjeron para ser exportados a mercados occidentales. La fase orientalizante
fue muy precoz en la cerámica corintia. Tal es así que la cerámica
Protocorintia Antigua (720-690 a.e.c.) se reconoce por la influencia
orientalizante, con rasgos derivados de la iconografía oriental, sobre todo motivos
faunísticos, jinetes y elementos decorativos con motivos curvilíneos. El estilo
orientalizante antiguo está representado
en jarras para ungüentos y en algunas copas, en tanto que las escenas figuradas
son ejecutadas en un estilo miniaturista.
En
el periodo Protocorintio medio, entre 690 y 650 a.e.c., se introdujo el uso
sistemático de la incisión para resaltar los detalles. Con el añadido de
colores, blanco y rojo, los ceramistas corintios, sobre todo en vasijas para
ungüentos, iniciaron la técnica de figuras negras. La inspiración pudo provenir
de las vasijas metálicas o de marfil con escenas figuradas incisas del Próximo
Oriente. No obstante todavía muchas vasijas se seguían decorando con
silueteado.
Hacia
la mitad del siglo VII a.e.c. pintores de pequeños vasos trabajaron en una
técnica miniaturista con efecto polícromo. Pudo ser esta una técnica
influenciada, tal vez, por la pintura monumental. La temática del
Protogeométrico medio presenta algunas escenas mitológicas, como el juicio de
Paris, tal y como aparece en el Vaso Chigi. Otras escenas, de batalla y de caza
no pueden, sin embargo, catalogarse de míticas. El empleo de figuración de
animales también estuvo extendido.
Las
subsiguientes fases de las figuras negras corintias, esto es, el Protocorintio
Tardío y el Transicional, hacia 650-610 a.e.c.), se caracterizan por el uso de
frisos de animales con ornamentación de fondo, sobre todo rosetas. Ahora los
vasos corintios exportados por el Mediterráneo se incrementan notablemente.
Las
formas más comúnmente decoradas fueron ahora, de nuevo, los pequeños
ungüentarios piriformes, aríbalos, kotylai y píxides. El Período Transicional
conoció la introducción de vasos para beber con escenas komos en las que figuras masculinas bebían y danzaban, probablemente
en un contexto ritual.
Durante
el período Corintio I Tardío, fechable entre 575 y 550 a.e.c., permaneció la
tradición de frisos animales y se produjeron algunas vasijas de fondo rojo,
cuyos restos fueron desenterrados, sobre todo, en Etruria. Cráteras, jarras y
ánforas sobre las que el principal campo decorativo estaba decorado con escenas
de figuras negras, representaba episodios mitológicos, batallas, banquetes y
procesiones.
No
obstante, después de la mitad del siglo VI a.e.c. se manufacturaron cantidades
enormes de cerámica en “Estilo Convencional”, decorado con patrones florales y
lineales. Si bien el fondo rojo era el
estilo figurado corintio arcaico mayor, un pequeño número de vasijas locales
que imitaron las figuras negras áticas son conocidas desde le segunda mitad del
siglo VI a.e.c. En ellas se representan, primariamente, animales.
Un
más pedestre uso del diseño aparece en el denominado grupo Sam Wide, de la
segunda mitad del siglo V a.e.c., que comprende formas pequeñas, especialmente kylikes, en el interior de los cuales el
campo decorativo era ejecutado en un modo ingenuo y burlesco.
Otra
técnica iniciada al final del siglo V a.e.c. fue la de figuras blancas. Las
figuras se dibujaban en blanco sobre un fondo oscuro. La mayoría de los ejemplos
corintios se decoraron con conjuntos florales polícromos.
Corinto
adoptó la técnica de figuras rojas hacia 440-420 a.e.c., una técnica
principalmente empleada en cráteras, pélices, lécitos y enocoes. Como la
cerámica de figuras rojas ática fue importada en Corinto durante el período en
que allí se producían, la variante corintia pudo servir como un suplemento
local. Muchas escenas se modelaron sobre prototipos atenienses, que incluyen
sátiros en compañía de ménades y escenas de la palestra. El repertorio iconográfico,
bastante restringido, incluye a Nike, Heracles, y escenas de batalla. Además,
también Diónisos es representado, sobre todo en escenas que parecen estar
basadas en representaciones cómicas. Las vasijas con temática dionisíaca
pudieron emplearse en contextos de banquete vinculados a cultos locales
asociados al teatro. Algunas piezas de figuras rojas corintias han aparecido en
centros del Peloponeso, en Beocia y hasta en Cirene, en el norte de África.
La
cerámica geométrica beocia recibió influencias del Ática, corintias y eubeas. Las
formas características de esta fase son los cántaros, las ánforas de cuello
alto y los enocoes decorados. Tel repertorio figurado del Geométrico tardío
incluye representaciones de la Potnia
Theron, escenas de caza y boxeo, y algunas escenas quizá asociadas a
festivales. También son comunes los
animales dispuestos en frisos.
El
“Estilo Pájaro” aparece aquí al final del siglo VII a.e.c. Sus piezas están
cubiertas con motivos geométricos y, sobre todo en el siglo VI a.e.c., aves en
vuelo y una serie de motivos florales. Las formas esenciales fueron los
cántaros, el askos, kalathos y el
enocoe. La mayoría de los ejemplos provienen de tumbas.
A
principios del siglo VI a.e.c. piezas de influencia corintia de figuras negras
fueron producidas. Tal hecho pudiese significar la presencia de
pintores-ceramistas asentados en Beocia. Se trata de vasos que imitan las
formas corintias, en especial, el alabastron, aríbalo, olpe, el esquifo de tipo corintio y el kothon, además de sus motivos decorativos. Este impacto corintio
fue seguido por un período, notablemente más largo, de influencia ática que
comenzó hacia 580 a.e.c. y dejó una impronta duradera. Algunos pintores beocios
de figuras negras fueron atenienses, y otros aprendieron en Atenas. A pesar de
esta influencia, los pintores adoptaron también rasgos corintios.
Las
formas decoradas en la técnica de figuras negras durante los siglos VI y V
a.e.c. en Beocia incluyen el lekane,
el esquifos de bandas y el esquifo del Grupo Haimon, formas todas ellas
adoptadas de Atenas. Se continuaron variantes de kothon y jarras de cuello alto locales. No obstante, la forma
principal fue el cántaro. Héroes como Teseo o Heracles están presentes en los
repertorios, si bien no mucho. Sus hazañas se representan siguiendo los
prototipos áticos. Fueron populares los animales de tipo ático, las escenas
domésticas y pastorales, así como de caza, las procesiones, komoi, sacrificios y representaciones
sexuales.
Hacia
mediado el siglo VI a.e.c. aparecen vasos decorados en una técnica de
silueteado llamada técnica geometrizante. Se usó, esencialmente, sobre lekanai, cántaros, enocoes, hidrias y lécitos.
Komos fue un tema particularmente
popular. Aparece en los repertorios con representaciones de festivales
(procesiones sacrificiales, banquetes, juegos atléticos), aunque también se
incluyen frisos animales y cacerías. A mediados del siglo V a.e.c. se
representaron ménades y sátiros en copas siguiendo esta técnica de silueteado.
Una
sostenida producción de cerámica de figuras rojas parece haber comenzado hacia
450 a.e.c. Los últimos ejemplos se datan al final del siglo siguiente. Las
formas decoradas incluyen esquifos, cráteras de cáliz, cántaros, lécitos y
píxides. Además de escenas de matrimonio se incluyen composiciones de symposia y komastes. Hay algunas escenas mitológicas en las que las deidades
son mostradas en escenas genéricas. En algunos cántaros y esquifos de tipo cabirio
se representan escenas que simbolizan ritos efébicos de paso, en ocasiones con
tonos dionisíacos. Los “vasos cabirios”, necesarios para los adoradores de los
Cabirios, fueron ejecutados en la técnica de figuras negras, sobre todo en los
siglos V y IV a.e.c., si bien algunas vasijas relacionadas, con motivos
geométricos y florales, se produjeron hasta mediados del siglo III a.e.c. La
mayoría de estas vasijas se encontraron asociadas a contextos de banquete, si
bien probablemente sirvieron para ser usadas en un específico uso cultual en
santuarios dedicados a los cabirios. Unas pocas piezas fueron excavadas en
contextos funerarios, específicamente en el polyandreion thespio. Las
figuras en las escenas cabirias incluyen seres retratados de forma
caricaturesca y otros representados como figuras idealizadas, quizá deidades.
Las figuras caricaturizadas[1]
se muestran en procesiones, en escenas de caza, atléticas y campestres, así
como en algunas escenas mitológicas.
Tras
una larga fase Subgeométrica, hacia 800 a.e.c. los ceramistas eubeos adoptaron
muchos rasgos del Geométrico Medio Ático, y crearon un estilo Geométrico tardío
propio, al que incorporaron elementos corintios. La producción post Geométrica,
bien evidenciada en Eretria, aparece ilustrada por ánforas similares a las de
Beocia, Ática y las islas Cícladas. En Eretria esas ánforas fueron usadas en
contextos funerarios. Las escenas figurativas de los ejemplos más antiguos,
Subgeométricas en estilo, cuentan con híbridos y animales.
Hacia
finales del siglo VII a.e.c. se adoptó un estilo fuertemente orientalizante. De
nuevo animales e híbridos aparecen como motivos decorativos principales, pero
también se pueden ver figuras femeninas.
Bajo
influencia ática aparece la técnica de figuras negras poco antes de la mitad
del siglo VII a.e.c. En esas piezas, en particular las grandes ánforas, aunque
también kylikes e hidrias, se
representan escenas mitológicas, con la presencia, sobre todo, de Peleo, las
Gorgonas, Heracles y la hidra. Todo ello adornado con motivos florales en
blanco. En un grupo de jarras de cuello alto halladas en las excavaciones de un
santuario en Eretria, de comienzos del siglo VII a.e.c., se observan
procesiones de mujeres, o dos mujeres, una a cada lado, que quizá fuesen
posesión de la diosa.
En
las vasijas de Eubea del siglo VI a.e.c. la técnica de figuras negras es la
principal y más abundante. Aunque los ejemplos dependen del Ática no dejan de
configurar una tradición separada. Algunos ejemplares de esta cerámica se
conocen en Beocia, el norte del Egeo y en Olbia, en el Mar Negro. Las escenas
mitológicas no son infrecuentes, si bien acompañadas de una escenografía
cotidiana que cuenta con jóvenes, sátiros, jinetes, boxeadores y animales. Una
forma especial, que se vincula a sus contrapartidas beocias, fueron los lekanai.
En
el siglo V a.e.c. kylikes decorados
con siluetas representando nikai,
escenas de batalla y de persecución, se produjeron en talleres eubeos y
beocios. En ese siglo, y en el siguiente, la producción eubea se caracterizó
por la presencia de vasos decorados con flores que únicamente de modo ocasional
admitían figuración humana.
Hacia
440-430 a.e.c. se produjeron en Eretria vasijas de fondo blanco (sobre todo lécitos)
y también de figuras rojas. Es muy posible que artesanos atenienses, o locales
entrenados por áticos, fuesen los responsables de esta producción. El foco se
centró, durante el siglo V a.e.c. en las vasijas funerarias, especialmente el lécito
cilíndrico, la hidria, el lebes e,
incluso, diversas cráteras.
Las
escenas funerarias aparecen, a menudo, sobre los lécitos cilíndricos, mientras
que escenas de género, con mujeres ejerciendo diversas tareas, persecuciones, erotes y sátiros, están presentes en las
demás formas. La producción local cesó en la segunda mitad del siglo IV a.e.c.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. FEIAP-UGR. 16 de julio del 2016
[1] Se ha sugerido
que las figuras caricaturizadas deberían entenderse como mortales enmascarados
que actuarían en rituales celebrados en el santuario. No obstante, recientes
estudios apuntan que el repertorio conjunto refleja un ethos carnavalesco dionisíaco más que un ritual o un drama.
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