17 de mayo de 2020

Mitos acadios II: mito de los nombres de Nabu y el mito de Girra y Elamatum



Imagen: escultura de Nabu (el Calah bíblico), dios patrón de Borsippa, en el templo de Nimrud hecha durante el reinado de Tiglatpileser III. Museo Británico, Londres.

El mito de los nombres de Nabu es un himno acadio de bastante breve extensión que fue escrito por un personaje tildado de exorcista, que portaba el nombre de Nabu-ushebshi (teónimo en honor del propio dios). Se data en el siglo VII a.e.c. En el himno se canta y elogia la grandeza y poderío del dios, hijo de Marduk y de su consorte Zarpanitu.
Nabu fue un dios titular de la escritura, el escriba divino del destino de las deidades. En tal sentido, su contacto con el dios Ea en el Apsu lo convertiría también en una divinidad de la sabiduría (estrechamente ligada a la escritura). Se configuró como el dios titular de la ciudad de Borsippa, localidad desde donde se desplazaba anualmente hasta Babilonia con motivo de la celebración de las fiestas Akitu (Fiestas del Año Nuevo). Ya en la época del reino asirio medio le fueron dedicados varios himnos, en los cuales aparecía nombrado de diferentes maneras, con distintos nombres, alusivos a su poder, valentía guerrera o a su equitativa manera de entender la justicia.
El mito de Girra y Elamatum aparece contenido en una tabilla que fue hallada en Sippar, y que es de época del rey babilonio Ammisaduqa, quien reinó en la segunda mitad del siglo XVII a.e.c. este mito, en lengua acadia, está focalizado en el dios del fuego, Girra, y una divinidad desconocida de nombre Elamatum, tal vez la denominación de la diosa Ishtar en Elam o una estrella separada de la constelación a la que pertenece. La tablilla apenas era una de un conjunto formado por siete (que hoy están perdidas), que fue redactada por un escriba babilonio del cual se conoce su nombre: Ilshu-Iqisha.
Resulta interesante constatar en este mito la presencia de una resurrección milagrosa llevada a cabo por Girra (quien previamente había sido el autor de su muerte, pues esta Mujer de Elam había propagado una terrible hambruna que enfadó a los dioses, sobre todo a Ea), a instancias de Enlil. Finalmente, entonces, Elamatum es alzada a los cielos, debe ser honrada en las festividades y debe ser, asimismo, una divinidad beneficiosa para su pueblo.

Prof. Dr. Julio López Saco
UM-FEIAP, mayo, 2020. 

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