Imágenes (de arriba hacia abajo): un busto femenino en
miniatura, hecho en terracota, de Mergahr; una vista del MR3 de Mehrgarh, con
diferentes niveles de ocupación; y un sector ritual del yacimiento de
Kalibangan, con drenajes en piedra.
El
Homo erectus, muy probablemente, se movilizó desde África hacia el sur de Asia
a través de Asia occidental, hace unos 500000 años. El Homo sapiens, por su
parte, llegó mucho más tarde al subcontinente utilizando dos caminos
principales y en dos épocas distintas. Una de ellas fue la ruta tradicional a
través de Asia occidental, hace unos 30000 años; la otra, la que permitió la
llegada de otro grupo un tiempo antes, en torno a unos cincuenta mil años,
desde las costas del sur de India mientras los homininos seguían su viaje hacia las islas Andaman, Indonesia y
Australia. En tal sentido, y en el contexto indio y del sur de Asia, podría
decirse que la edad de piedra y, por tanto, el Paleolítico, comenzaría aquí
hace quinientos mil años, dilatándose hasta el III Milenio a.e.c. cuando ya existe
constancia arqueológica de objetos de cobre pertenecientes a la cultura
harappense. No obstante, los restos más
antiguos del género homo encontrados
en el subcontinente, que corresponden al Hombre de Narmada, tienen una
cronología en torno a 250000 años, en tanto que los más antiguos homo sapiens,
hallados en Sri Lanka, se datan en 34000 años.
Los
dos útiles predominantes durante el desarrollo del Paleolítico Inferior fueron
pequeñas herramientas y, sobre todo, las hachas de mano. Grandes depósitos de
pequeños útiles y choppers fueron
descubiertos en el valle del río Soan, en Pakistán. Las acumulaciones allí
encontradas, así como otras en sitios cercanos, han originado la denominación
de Cultura Soan. Las hachas de mano descubiertas en Chennai, ya en la segunda
mitad del siglo XIX, se conocen como la Cultura Madrasiana. Desde el
Paleolítico Medio existen evidencias de herramientas en forma de hojuelas,
núcleos, raspadores y buriles; a pesar de las variaciones regionales, todas
estas piezas constituyen una cultura conocida como Cultura Nevasan, cuyo nombre
procede del sitio Nevasa en el valle del río Godavari en el Decán.
Una
muy remota evidencia que puede ayudar a la reconstrucción de la arcaica vida
social durante el Paleolítico Superior en el subcontinente lo constituye la
presencia de pinturas en cuevas, concretamente en Bhimbetka, en las bancadas
del río Narmada en la India central. En ellas se representan escenas de caza
vinculadas con símbolos de fertilidad.
La
transición del Paleolítico al Mesolítico testifica la emergencia de un Nuevo
tipo de útil de piedra, el microlito. El conjunto habitual de microlitos
incluye triángulos, trapecios, crecientes y puntas de flecha, todas ellas
herramientas o armas de gran efectividad. La producción de microlitos dependía
de la disponibilidad de piedras que podían ser fácilmente trabajadas, como el
cuarzo y diversos tipos de calcedonia. La más antigua evidencia de esos
microlitos en el sur de Asia se encuentra en sitios de Sri Lanka, que se datan
en torno a 26000 años. Los microlitos de los yacimientos en el territorio
continental indio, Bagor, en Rajasthan, Langnaj en Gujarat, Sarai Nahar Rai,
Mahadaha y Damdama en la llanura del Ganges, además de Adamgarh, Bhimbetka y Ghagharia
en la India central central, se fechan en una época más reciente a esos
veintiséis mil años.
Los
microlitos fueron unas herramientas funcionalmente más útiles que las de mayor
tamaño, porque podían ser enmangadas para formar muchas otras herramientas,
como cuchillos. Gracias a su presencia se puede detectar un cambio de hábitat,
de los sitios cercanos a los ríos a las colinas y zonas boscosas. Una movilidad
estacional se ha registrado en relación al movimiento de personas entre las
llanuras del Ganges y las escarpaduras Vindhya en la India central. Los
animales se mueven, en general, durante el invierno desde las llanuras a las
colinas, en tanto que la población les sigue y se refugia en cavernas. El
movimiento inverso se produce durante la estación cálida, cuando la gente
aumenta su capacidad de subsistencia gracias a la recolección de plantas en las
llanuras.
El
hallazgo de numerosos molinos de mano y anillos de piedra en diferentes
yacimientos atestigua una primitiva forma de cultivo. Es muy probable que los
anillos pétreos fueran usados como pesos. Además, también se han encontrado
huesos de ovejas, cabras y vacas en las áreas de habitación, un claro indicador
de la domesticación de animales. Huesos de otros animales, como ciervos,
jabalíes y avestruces también son frecuentes entre los restos adyacentes a los
sitios habitados. Los lugares de enterramiento contienen restos esqueléticos y
bienes funerarios como los propios microlitos, caparazones o pendientes de
marfil. Todo ello sugiere la posible creencia en el Más Allá, en la otra vida o
en alguna forma particular de conciencia. Algunos sitios de enterramiento estuvieron en
basureros, como los ejemplificados en Sri Lanka. Del mismo modo, notables
ejemplos de arte parietal en el que se representan cuerpos de animales y
figuras humanas, han sido descubiertos en diferentes lugares del paisaje indio,
en cavernas en zonas tan apartadas entre sí como Kerala y Cachemira.
En el contexto del sur de Asia e India, la evidencia
arqueológica de neolitización data de 11000 a.e.c., si bien la evidencia de
agricultura y domesticación de animales se fecha desde 7000 hasta 1000 a.e.c.
dependiendo de los lugares. Hasta el día de hoy se cree que los primeros
agricultores del sur de Asia se focalizaron en Beluchistán y que debieron haber
procedido de Mesopotamia y de la región del, Creciente Fértil.
Se pueden establecer cuatro concentraciones de
yacimientos neolíticos en India, que permiten identificar las similitudes y
disimilitudes regionales. La primera de tales concentraciones se halla en
Beluchistán, en las cercanías del río Bolan, cerca del paso que une las tierras
altas con las llanuras del río Indo. La presencia de restos de estructuras
elaboradas con adobe, de semillas de cebada y trigo y de huesos de cabras,
vacas y ovejas, proveen la evidencia más clara del desarrollo de la agricultura
y de las comunidades pastoriles en esta región del subcontinente. El lugar
principal aquí fue, sin duda, el sitio de Mehrgarh, cuyos estratos más antiguos
han sido datados en 7000 a.e.c. Otros sitios asociados a esta región son el de Kili
Gul Mohammad y el de Rana Ghundai.
La segunda agrupación de yacimientos se encuentra en
Cachemira y los valles del Swat, en Pakistán actual. Hay evidencia, en sitios
como Gufkral y Burzahom de asentamientos neolíticos de agricultores. En ellos
han aparecido objetos de distinto tipo, cerámica y restos de fauna doméstica.
Además, también se han encontrado peculiares fosos en forma de campana. Se ha
sugerido que estos pozos habrían servido como lugares subterráneos de morada
para seres humanos o como sitios de acumulación de inhumaciones. En tal
sentido, se ha pensado que las gentes que los usaron habrían estado vinculadas
con las comunidades neolíticas de Asia central, que utilizaba pozos
semejantes. No obstante, también es
probable que hayan sido una suerte se silos para el grano o grandes refugios.
Una tercera zona de concentración de yacimientos se
localiza en una gran área que cubre la cuenca del Ganges y casi todo el oriente
de India. En esta amplia zona algunos de los restos son yacimientos pre
agrícolas, lo cual indica una continuidad con el Mesolítico. En otros lugares,
sin embargo, caso de Chopani Mando,
Chirand, Mahagara y Koldihawa, existe evidencia de cultivo y de domesticación
de animales ya desde el IV milenio a.e.c. Así mismo, aquí se han encontrado
restos de granos de arroz. No está claro si esos granos se deben a cultivos
indígenas o si el arroz entró en el subcontinente desde Asia oriental y del
sudeste en algún momento durante el II milenio a.e.c.
La cuarta concentración regional de yacimientos
neolíticos ocurre en el sur de India. En esta región se encontraron, en sitios
como Utnur, grandes montículos de ceniza, muy probablemente restos de
empalizadas dentro de las cuales se encontraba el ganado vacuno en cierta
estación del año y era domesticado. Estos depósitos de cenizas pudieron ser el
resultado de la cremación de diferentes empalizadas. En varios asentamientos al
aire libre del sur de India la presencia de útiles como hachas de piedra
pulimentada y hojas de piedra entre restos de legumbres, tubérculos y mijo
provee una evidencia de una distinta cultura agro pastoral regional.
Tuvieron que pasar algunos milenios después del 7000
a.e.c. antes de que los cazadores-recolectores llegasen a ser figuras
marginales en el territorio indio. Durante largo tiempo los agricultores y los
cazadores-recolectores mantuvieron estrechos contactos, a causa de que aquellos
necesitaban también los bosques y aprovisionarse de miel. Cuando la agricultura
comenzó a incluir el cultivo de la tierra y la alimentación de animales
domésticos, los cultivadores colaboraron estacionalmente con los pastores semi
nómadas. Después de las cosechas, los pastores traían sus vacas, ovejas y
cabras para alimentarse de los rastrojos, en tanto que los excrementos de los
animales ayudaban a fertilizar la tierra. Además, ambos grupos, materialmente
se beneficiaban del intercambio de cereales, leche, carne y pieles de animales.
Con el tiempo, se intercambiaron también artefactos y productos fabricados no
por campesinos ni pastores, sino por artesanos. Sería un intercambio facilitado
ya por comerciantes.
Sin duda los agricultores disfrutaron de un mayor
nivel de prosperidad. Los restos de vasijas, caparazones y piezas de orfebrería
descubiertos en Beluchistán y en la cuenca del Indo, las primeras áreas
agrícolas del sur de Asia, testifican una diversidad presente, al menos, desde
el VI milenio a.e.c. Los conceptos de identidad, etnicidad y de pertenencia a
los antepasados llegan a ser significativos en el contexto de las comunidades
agrícolas. Asimismo, el desarrollo del liderazgo hereditario también empieza a
acontecer en este estado de evolución cultural y técnico. La complejidad social se hace marcada cuando
comienza la búsqueda de estatus entre familias particulares dentro de la
comunidad. Los restos de bienes funerarios son un indicador de esta particular
tendencia.
La complejidad social asociada con las comunidades
agrarias trajo consigo también el conflicto, la guerra, cuyo contencioso
principal fue la tierra y su posesión. Los vestigios de cercados defensivos o
de esqueletos pertenecientes a cuerpos empalados y con armas son claros
indicadores de conflictos violentos.
La transformación de las comunidades de agricultores
neolíticas en asentamientos proto urbanos se produjo esencialmente en el
noroeste, en la región del Indo. Conforma la primera y más arcaica fase de la
civilización de Harappa, denominada Era de Regionalización[1].
Un número importante de sitios en el área progresaron desde un estado neolítico
de existencia a otro con un estilo de vida cultural urbano propio de la Edad del Bronce o el
Calcolítico. Esta transición de lo rural a lo urbano se verifica en
Beluchistán, en sitios como Mehrgarh, Kili Gul Mohammad, Rana Ghundai y Balakot,
el Sind (en yacimientos como Amri y Kot Diji), las planicies del Punjab
occidental (el propio sitio de Harappa), el valle del Gomal, con Rehman Dheri,
y el valle de Ghaggar-Hakra, (con lugares clave como Kalibangan), hoy en los
modernos estados indios de Rajasthan y Haryana.
Este incipiente urbanismo se comprueba a tenor de los
tamaños de los asentamientos, los restos de fundamentos de viviendas, de la
longitud de las calles y de la variada tipología de las manufacturas cerámicas, además de la
presencia de herramientas y valiosos bienes funerarios. Los asentamientos a
menudo se encuentran cerca de tierra fértil y a lo largo de importantes rutas
comerciales.
En Amri, un yacimiento ubicado al sur de Mohenjo Daro,
se distinguen, según los arqueólogos, cuatro períodos. El Período I (3500-3000 a.e.c.),
corresponde a la fase más antigua, conocida como Cultura Amri. En esta fase se
encuentran viviendas rectangulares de piso hundido, así como vasijas de
terracota roja, además de algunas herramientas de piedra. El segundo período se
desarrolla entre 3000 y 2700 a.e.c., mientras que en el III es cuando Amri
forma parte ya de la Civilización del Indo, presentando grandes casas de adobe.
Kot Diji, en el Sind, conoció el desarrolló, entre
3200 y 2600 a.e.c., de una industria cerámica mayor, un estilo cerámico que se
encuentra en sitios como Rehman Dheri o Kalibangan. Se trata de una cerámica
roja con motivos decorativos en forma de escamas de pez u hojas de ficus religiosa. Además, han aparecido
figuras de vacas y diversos objetos de hueso o caparazón. En Kot Diji hubo un
complejo fortificado con una ciudadela, además de una ciudad baja.
Kalibangan, en Rajasthan estuvo ubicada en las bancadas
del hoy seco río Ghaggar-Hakra. Durante su fase Antigua, entre 3000 y 2700 a.e.c., se constata la presencia de una
fortificación de ladrillo además de casas con tres y cuatro habitaciones. También se han hallado hojas de calcedonia, de
cornalina y fayenza, cerámica con varios diseños y piezas de plata y oro.
El yacimiento de Mehrgarh, en Beluchistán es el más perfecto ejemplo de un
sitio que vincula la sociedad neolítica con la cultura de Harappa en su etapa
de madurez. El sitio se encontraba en el
sistema de drenaje del Indo y, por tanto, se trataba de un yacimiento muy apto
para el desarrollo agrícola. Por otra parte, Mehrgarh estuvo estratégicamente
ubicado en la ruta histórica que unía el valle del Indo con la meseta iraní,
vinculando de tal modo el Asia central
con la región occidental. De los seis montículos en los que consiste el
yacimiento, los arqueólogos han denominado el más antiguo como MR3. Aquí
descubrieron evidencias de una continuada ocupación humana desde 7000 hasta
4700 a.e.c. Con posterioridad al Período I, hubo otros seis, con un desarrollo
cronológico que llega hasta 2300 a.e.c.
Finalmente, en este yacimiento se han recuperado
semillas de algodón, lo que ha motivado a los especialistas a preguntarse si
pudo existir aquí el primer centro de manufactura de este producto en la zona
del Indo.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. FEIAP-UGR. Marzo, 2017
[1] Entre 7000 y 4500 a.e.c. debería llamarse Fase Beluchistán, a causa de la
relevancia del yacimiento de Mehrgarh; entre 4500 y 3500 podría considerarse una
Fase de Transición, mientras que desde 3500 a 2600 a.e.c. podría entonces
recibir el nombre de Fase Antigua de Harappa o, según el historiador J.
Shaffer, Era de Regionalización.
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