El gobierno del emperador Wu Di (141-87 a.e.c.), trajo
consigo estabilidad económica y política. Hacia 115 a.e.c. la amenaza del norte
había sido significativamente reducida, de modo que el interés se centró en un
ambicioso plan de expansión territorial hacia nuevas y distantes zonas. En 108
los Han estarían controlando buena parte de la península de Corea en el
noreste, el corredor del Gansu en el noroeste, Yunnan en el suroeste, Lingnan
en el sur (lo que hoy es Guangdong y Guangxi), así
como el norte y centro del Vietnam actual.
La
política expansionista incluía la transferencia de colonizadores, el
establecimiento de colonias militares y pequeñas guarniciones que protegiesen
las rutas comerciales. El poder sería ejercido, localmente, a través de
comandancias, que controlarían grandes territorios bajo el liderazgo de un
gobernador, en ocasiones asistido por un comandante militar, aunque responsable
tanto de los asuntos militares como civiles.
Los
administradores Han, así como los soldados, colonos y comerciantes que
habitaban en las comandancias periféricas, solían ser sobrepasados en número
por los habitantes nativos quienes, muchas veces, se alzaban en violentas
revueltas en contra de la presencia Han.
Las
muchas poblaciones nativas encontradas en el curso de la expansión encajaban en
una visión del mundo sinocéntrica cuyas raíces se encontraban en la dinastía
Zhou. La geografía cultural reconocía un núcleo político y cultural rodeado por
cada vez más grupos menos civilizados cuanto más hacia la periferia se mirase.
El
proceso expansivo condujo a la incorporación en 111 a.e.c. de Lingnan en la
esfera político-administrativa china, un hecho que se repitió en Yunnan un par
de años después. La expansión en ambas áreas incluyó la presencia de ejércitos
y oficiales Han así como la de diferentes poblaciones nativas. Hubo rasgos
comunes en las dos expansiones. En ambos casos los chinos encararon serias
dificultades al desplazarse por un territorio con gran diversidad étnica y
geopolítica. La topografía montañosa y el clima que se encontraron las tropas,
los oficiales y demás migrantes fue una dificultad de gran relevancia. En el
sur y el sureste, la oficialidad Han manejó las nuevas comandancias establecidas
habitualmente de modo indirecto por medicación de líderes locales nativos. En
Yunnan y Lingnan el gobierno Han se mantuvo, a veces precariamente, a través de
interminables ciclos de rebeliones locales, muchas de las cuales propiciaron
agrios debates en la corte en relación a la conveniencia de mantener una
presencia en regiones distantes.
La
evidencia de asentamientos y enterramientos sugiere un proceso de sinización,
iniciado en época de Han Occidental y culminado en el período Oriental.
Tras
la victoria, en 221 a.e.c. de Qin sobre los últimos vestigios de reinos
independientes en China, el emperador despachó varios ejércitos hacia el sur. Cuatro
de ellos se dirigieron directamente a Lingnan (Guangdong y Guangxi), una región, a la sazón, distante e insalubre,
habitada por varias tribus iletradas que solían ser conocidas en ese tiempo
como las Yue. Las tropas Qin avanzaron a Lingnan no sin encontrar obstáculos,
en especial el ofrecido por la resistencia de la población Yue nativa que
lograría acosar las tropas imperiales. Sólo en 214 a.e.c. los Qin disfrutaron
de algún éxito en el sometimiento de las poblaciones nativas de Lingnan, siendo
entonces capaces de establecer tres comandancias (Nanhai, Guilin y Xiang, en
los actuales territorios de Guangdong, Guangxi y la porción norte de Vietnam),
cada una de ellas encabezada por un gobernador y un comandante militar.
La
muerte del Primer Emperador de Qin en 210 a.e.c. fue seguida por la pérdida de
control del gobierno central sobre las regiones sureñas. En consecuencia, Zhao
Tuo, un general Qin en Lingnan, vio la oportunidad de establecer su autoridad
sobre las tres comandancias, proclamándose él mismo como el monarca del nuevo,
e independiente reino, de Nanyue. Zhao
Tuo estableció su capital en Panyu, cerca de la actual ciudad de Guangzhou.
Reinó
durante unos setenta años, hasta su muerte en 137 a.e.c. Adoptó las costumbres
Yue y elevó a varios nativos a la dignidad de generales y oficiales. Su
relación con los monarcas Han del norte estuvo marcada por períodos en los que
rehusaba reconocer la soberanía Han. Incluso empleó fuerza militar para
expandirse hacia territorio Han. En 112 a.e.c. el emperador Han Wu Di despachó
una operación militar contra Nanyue, aprovechando una revuelta Yue. Este
movimiento le permitió anexionar el reino al imperio y subdividirlo en nueve
comandancias, de las cuales cuatro estaban en Lingnan (Nanhai, Yulin, Hepu y Cangwu),
dos en la isla de Hainan (Zhu’ai y Dan’er), y otras tres en el Vietnam del
centro y norte (Jiaozhi, Rinan y Jiuzhen).
Es
muy probable que la expansión china hacia Lingnan fuese impulsada desde el
principio, al menos en buena parte, por motivos comerciales más que por
expresos impulsos civilizatorios. Para los dinastas Han, los productos deseados
incluían cuernos de rinoceronte, colmillos de elefantes, plumas de Martín
Pescador, perlas, caparazones de tortuga, ropas, plata, cobre, frutas y
esclavos, todos ellos productos propios de regiones al sur de Lingnan. La
conquista de Lingnan por Wu Di en 111 supuso el traslado de oficiales chinos al
lugar para supervisar el comercio marítimo.
Si
bien Panyu permaneció como un puerto de primer orden, otros puntos de embarque
principales parecen haber sido localizados más al sur, en Hepu, al sur de Guangxi,
y en Xuwen (Guangdong meridional), así como a lo largo de la costa
septentrional de Vietnam.
La
política expansionista de Wu Di se asoció con la extensión de las relaciones
mercantiles con tierras todavía más distantes. La región no atrajo tantas
gentes chinas como se podría pensar por la mala fama de estas regiones,
consideradas como remansos de aguas pantanosas que producen enfermedades como
la malaria, y por ser lugares en donde se exilaban criminales.
Los
textos no aclaran si los oficiales Han en Lingnan se vieron forzados a confiar
en ocasiones en las tropas Yue para controlar las rebeliones locales en algunas
comandancias, algunas de las cuales resultarían desafectas por culpa de
oficiales inescrupulosos. Hacia el siglo II, la tarea de administrar las
comandancias de Lingnan había sido dejada en manos de oficiales locales, que se
encargaban de cobrar los impuestos y de supervisar el comercio, no de
“civilizar” a los Yue.
Entre
los siglos VI y III a.e.c. han aparecido en más de doscientas tumbas en fosa
verticales diversas cerámicas utilitarias, herramientas de bronce, armas, así
como algunos bronces elaborados y campanas que pudieron ser importados (o
copiados) del reino de Chu. La presencia de objetos elaborados en las tumbas
más ricas, combinado con artefactos de estilos locales, no sugiere la presencia
de oficiales de Chu en Lingnan, sino la existencia de elites locales que
emulaban los estilos septentrionales y pudieron estar en contacto con Chu. Esta
posibilidad surge de la concentración de tumbas en la
zona norte de Lingnan.
La evidencia de una ocupación permanente está presente
en un número de sitios del período Han a lo largo de Lingnan. El más destacable
sitio de habitación es el llamado Palacio Nanyue, localizado en la parte baja
de Guangzhou. En lo que parece haber sido un jardín de un palacio han aparecido
multitud de ladrillos y azulejos, algunos de ellos decorados con marcas de
cordajes e inscritos con caracteres, que incluyen los correspondientes a varios
títulos oficiales, indicando un sistema administrativo similar al de la
dinastía Han. Otros artefactos incluyen herramientas, armas, monedas (algunas
del reinado de Wendi, 179-157 a.e.c.) y vasijas cerámicas, algunas de las
cuales presentan nombres de lugares impresos.
En Guangdong oriental se encuentran un par de sitios
de relevancia. Uno de ellos, de época Han Occidental, es el lugar de Shixiongshan,
en donde los arqueólogos han identificado en las laderas de una colina restos
parciales de un corredor y dos pequeñas edificaciones. El otro, el sitio de Guishan,
presenta materiales distribuidos entre varias terrazas excavadas en una colina,
que consisten en vestigios de edificios, un gran número de azulejos, incluyendo
algunos de suelo, vasos cerámicos y unos pocos objetos de hierro y bronce.
En el norte de Guangdong deben destacarse otro par de
yacimientos. El primero es el sitio de Zhouzi, cerca de la ciudad de Lechang,
en donde los arqueólogos han identificado los restos de una muralla (del período
Han occidental); el segundo es el yacimiento de Litouzui, ubicado en el condado
de Shixing, y en el que destaca una muralla con un perímetros de casi medio
kilómetro que rodeaba un área de forma triangular. Ambos sitios fueron
localizados en comandancias al norte de Lingnan.
A lo largo de la línea costera meridional de
Guangdong, en el condado de Xuwen, los sitios en las villas de Erqiao y Shiwei
conservan restos arquitectónicos. En ellos se hallaron azulejos con caracteres
inscritos, así como un sello en bronce con una inscripción de cuatro
caracteres.
En el norte de Guangxi es relevante el yacimiento Wangcheng,
localizado al norte de la comandancia de Yulin. En él se ha revelado la
presencia de una muralla, puertas, un foso defensivo y diversos otros restos
arquitectónicos dentro del recinto amurallado. Las investigaciones sugieren a
los arqueólogos que la función principal del sitio fue la de servir como puesto
militar.
En relación a las tumbas en Lingnan en época Han puede
decirse que las del período Occidental suelen ser usualmente fosos verticales
que contenían ataúdes de madera, mientras que en la etapa Oriental de
incrementaron notablemente las tumbas con cámaras de ladrillos. En términos
generales, la tendencia de la práctica funeraria es esencialmente Han en
naturaleza. Los bienes funerarios incluían espejos, objetos laqueados,
incensarios, figuras humanas, modelos cerámicos de aves, animales domésticos,
graneros, viviendas y algunas herramientas de hierro.
Las tumbas Han en Guangdong mantienen varios
artefactos que refuerzan la relevancia de los contactos con áreas al sur de
Lingnan. Incluyen modelos cerámicos de viviendas apiladas (un método
constructivo que todavía es visible en el sureste de Asia), modelos de botes y
de grandes barcos en cerámica y madera y lámparas cerámicas asentadas sobre
cabezas humanas con torso desnudo y largas narices, rasgos que sugieren su
pertenencia a algún lugar del sudeste del continente asiático. Tanto los barcos
como las lámparas son hallazgos comunes en las tumbas de Guangzhou del período
Han.
Entre las tumbas que datan del período Nanyue destaca
la de Zhao Mo, segundo soberano del reino de Nanyue, en Guangzhou. En ella se
encontraron quince sacrificios humanos entre más de mil objetos diversos, que
incluían sellos de jade y de oro, placas discos y figurillas de jade, campanas de
bronce, contenedores de alimentos de varios tipos, una placa de vidrio y una
vasija de plata. La presencia de trípodes ding
de estilo Yue, así como de calderos de bronce, ilustran el mantenimiento de las
tradiciones locales y regionales, como ocurre con el uso continuado de las
campanas goudiao y la práctica
funeraria del sacrifico humano. La presencia de vasijas del plata y vidrio, así
como de objetos de marfil y perlas de varios tipos indican el contacto con
regiones distantes.
Otro par de grandes tumbas del período Nanyue fueron
encontradas en Luobowan, en el sur de Guangxi. Se trata de tumbas en foso con
una rampa y con ataúdes de madera. El mantenimiento de las tradiciones locales se observa en la presencia de
varios tipos de vasijas cerámicas, campanas de bronce, un tambor, también en
bronce, además de las prácticas de los sacrificios humanos.
La distribución de las tumbas es muy relevante.
Concentraciones de enterramientos se encuentran en Guangzhou, a lo largo de las
líneas costeras y los ríos mayores, una distribución acorde a las referencias
históricas al comercio, a la comunicación y la defensa. Otros concentraciones
se observan a lo largo de la costa en Hepu y Xuwen (dos localidades mencionadas
en los textos como relevantes puertos y productores de perlas durante el
periodo Han).
El proceso de sinización atestiguado en Lingnan a lo
largo del período Han se evidencia en los cambios en el comportamiento
funerario, la arquitectura funeraria, la tipología y estilos de los artefactos,
así como en el nuevo sentido de sensibilidad estética que se expresa por medio
de jardines y estanques. La presencia de objetos de comercio exóticos (piedras
preciosas o vidrio), o bien útiles que derivan de las condiciones locales, como
los botes y los modelos de viviendas superpuestas, no significa un rechazo a
las prácticas Han.
El siglo II a.e.c. atestiguó la gradual y, a la par,
ardua expansión de los Han hacia el suroeste, una región que los textos
delinean como geográficamente distante, militarmente inestable y étnicamente
diversa. Todas las referencias textuales a esta expansión son posteriores al
establecimiento de comandancias Han en el suroeste durante la segunda mitad de
ese siglo. Las razones del empuje hacia lo que en la actualidad son las
provincias de Guizhou y Yunnan fueron muy variadas. Incluían ambiciones
territoriales e incentivos económicos.
Hacia el final del IV y comienzos del III siglo
a.e.c., se puede constatar en los textos como el general de Chu, Zhuang Qiao,
conquistó la tribu conocida con el nombre de Dian, en los que hoy es el Yunnan
oriental[1].
Las referencias a la comunicación entre las tribus del suroeste durante la
segunda centuria a.e.c. revelan el conocimiento Han, además del interés, de las
redes comerciales. El comercio privado pudo haber vinculado a varias tribus del
suroeste, como los Ba o los Shu (situados en el Sichuan actual), con los Dian.
En el caso de ambos pueblos mencionados, el comercio incluía caballos, siervos
y yaks.
Los Dian acabaron sucumbiendo a la expedición militar
Han en 109 a.e.c., que fue el momento en el que se estableció la nueva
comandancia de Yizhou. En esa época de la conquista se decía que los Dian
tenían ciudades y asentamientos, así como un centro político localizado en el
territorio en el que se establecería la comandancia de Yizhou. Se comentaba que
los Dian eran agricultores sedentarios que practicaban la cría de animales.
En cualquier caso, la heterogeneidad cultural de la
comandancia de Yizhou se desprende de los textos, que mencionan numerosos
grupos étnicos cuya variedad estriba en sus costumbres y actividades de
subsistencia.
El gobierno indirecto de los Han a través de líderes
nativos se creía que era el método más efectivo y menos costoso de expandir el
territorio imperial en regiones distantes. La ausencia de referencias
textuales, por otra parte, refleja una ausencia de interés Han en la vida y la
sociedad nativa. Tal gobierno indirecto tuvo evidente éxito en la creación de
una base administrativa cuyos objetivos incluían el establecimiento de prefecturas
y la documentación del número de pobladores nativos.
El interés en el liderazgo (y en la población nativa),
dependía de la necesidad de cobrar los impuestos en grano, sal u otros
productos. A pesar de todo este control siempre hubo inestabilidad y peligros
en estas zonas. Así, los textos (Han Shu
en concreto), mencionan, al menos, siete grandes rebeliones nativas entre 105
a.e.c. y el último cuarto del siglo II. Estos hechos reflejan la presencia de
un sistema marcado por la ausencia de una suficiente presencia Han capaz de
controlar el descontento de la población nativa o de mitigar los conflictos que
se producían entre muchas tribus de la región.
La necesidad de enviar campañas punitivas cada cierto
tiempo crearía arduos debates entre los oficiales Han en relación a si era
conveniente o no establecer un gobierno permanente en una región cuya orografía
montañosa y su remota ubicación dificultaban mantener una comunicación
efectiva.
Los textos de la época de los Han Orientales hablan,
de hecho, de tribus que vivían más allá de los límites de la China actual,
quienes deseaban ser reconocidos como estados tributarios y estaban preparados
para ofrecer a los Han regalos en forma de objetos de marfil, búfalos de agua,
oro y borlas de pelo de yak. Fuese por la esperanza de obtener beneficios
económicos de un futuro comercio o por temor a la ocupación militar Han, los
deseos de estas poblaciones no reflejaban, necesariamente, un respeto por la
civilización china.
Desde un punto de vista arqueológico los dos cementerios
mejor conocidos y con más ricas tumbas en el área central de los Dian son los
de Shizhaishan y Lijiashan. En la
periferia de la zona de la cultura Dian los cementerios son más pequeños,
destacando los de Pujuhe y Batatai. Hacia el comienzo del período Han
Occidental los ricos conjuntos funerarios Dian consistían principalmente de
vasijas cerámicas y objetos en bronce. Entre estos últimos se incluyen una gran
variedad de herramientas y armas, además de pequeñas figurillas, ornamentos
diversos, piezas de armaduras y placas, algunas de ellas decoradas con escenas
de combate entre animales. También son habituales los muy decorados tambores de
bronce y los contenedores hechos con conchas de moluscos.
Si bien todos esos objetos son identificados como Dian,
parece claro que algunos, sobre todo armas y vasijas, muestran rasgos
generalizados en otras partes de China, lo cual incluye las tradiciones
centro-septentrionales chinas. No hay duda de que la conquista Han fue asociada
con un incremento en el número de artefactos chinos (o de copias de los mismos)
en algunas de las más suntuosas tumbas Dian. Es el caso de espejos, monedas,
jades, ciertos tipos de vasijas de bronce y sellos. En el periodo Han Oriental
los modos funerarios parecen testimoniar una relativamente rápida transición
hacia los conjuntos funerarios que consisten principalmente de artefactos
típicos de los Han Orientales en otras regiones de China. Se incluirían en este
caso, monedas, espejos, vasijas cerámicas y en bronce, incensarios, lámparas,
modelos cerámicos de seres humanos y objetos asociados con las actividades
productivas y domésticas.
Los conjuntos funerarios de los Han Orientales suelen
vincularse con las tumbas de ladrillo de estilo Han, que reemplazan las tumbas
en foso verticales de la cultura Dian en el Yunnan oriental[2].
En el área de Zhaotong, al noreste de Yunnan, se han hallado un gran número de tumbas.
Algunas de aquellas con cámaras en la zona, propias de Han Oriental, algunas
veces han sido excavadas en las vertientes de los acantilados.
Los procesos expansivos y sus resultados en Lingnan y
en Yunnan parecen genéricamente similares, pues los aspectos clave están
presentes: gobierno indirecto, incentivos económicos, levantamientos nativos,
políticas civilizadoras, inestabilidad. No obstante, la arqueología sugiere
ligeras diferencias en ambas trayectorias en lo tocante a la cada vez mayor
homogenización y sinización a lo largo del período Han.
En contraste a Lingnan, en donde esos procesos son
evidentes incluso antes de los Han, los restos de enterramientos de estilo Dian
permanecen presentes al menos un siglo después de la acción conquistadora Han.
A causa de que los oficiales chinos prefirieron, tal vez, un enterramiento de
estilo Han, es probable que las ricas tumbas Dian fuesen aquellas de los líderes
nativos que podrían haberse beneficiado de la política de gobierno indirecto
Han asociándose con los oficiales Han y actuando como intermediarios de su
propio pueblo.
Entre los rasgos de la expansión Han debe destacarse
el tamaño del Imperio, incluso mayor que el romano y comparable con el
aqueménida y el alejandrino, y cómo en el curso de la dinastía, tanto
Occidental como Oriental, los
emperadores Han fueron capaces de mantener la integridad geográfica de un
territorio que incluía porciones de Corea y Vietnam.
Un rasgo significativo de la presencia china en Yunnan
y Lingnan durante la etapa Han parece haber sido la aparente inhabilidad de la
oficialidad centralizadora para establecer relaciones estables con las
poblaciones nativas. Las historias de ambas regiones hablan de regulares
levantamientos y de debates cortesanos relativos a lo inadecuado o no de ocupar
regiones tan distantes. El paisaje cultural, de hecho, permaneció fragmentado y
poblado por varios grupos étnicos no asimilados, algunos de los cuales
infligían pérdidas importantes a los chinos en épocas de batallas.
Aunque la expansión china hacia el sur y suroeste pudo
haber sido inicialmente conducida por ambiciones territoriales y motivaciones
económicas más que por un celo en civilizar distantes bárbaros, la necesidad de
recaudar tributos y pacificar las poblaciones locales condujo, al menos en
apariencia, después de algún tiempo, a llevar a cabo esfuerzos para hacer más
chinas a esas poblaciones a través de la educación.
Parece claro que algunos reyes y jefes tribales, tanto
en Yunnan como Lingnan, se beneficiarían de sus asociaciones con los oficiales
Han. La evidencia mortuoria ayuda a ilustrar el avance Han en ambas regiones,
al igual que arroja luz sobre el proceso de homogenización cultural y de
sinización vinculado con el avance en tales regiones. Los datos disponibles
permiten apreciar diversos escenarios, todos los cuales, se ha sugerido,
soportan un modelo de dislocalización económica y cultural entre los comunes,
de un lado, y los chinos y sus agentes nativos locales, del otro. La
sobrevivencia de variadas identidades étnicas a lo largo de las periferias del
sur y suroeste, hasta el día de hoy, sugiere que las costumbres y creencias
dividían más que unían, a los muy diferentes sectores chinos e indígenas de la
población que habitaba en tales territorios.
En definitiva, la imposición de un gobierno
centralizado se combinó con un gran número de movimientos poblacionales de
gentes Han hacia la periferia sur para proveer con ellos mayores oportunidades
de integración.
Prof. Dr. Julio López Saco.
UCV-UCAB. FEIAP-UGR. Diciembre, 2017
[1] Un pasaje del Shiji, datado en
122 a.e.c., reporta la situación de los emisarios Han que intentaron cruzar el
territorio Dian en busca de una ruta comercial terrestre hacia el reino
indo-griego de Bactria, en el actual Afganistán, a través de India.
[2] Las tumbas de ladrillo de los Han Orientales están habitualmente cubiertas
por un elevado montículo de tierra y, en ocasiones, asociadas con estelas de
piedra inscritas, un factor que podría sugerir que el propietario de la tumba
era “chino”.
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