1 de octubre de 2019

Sentimiento en la poesía china de los Siete Sabios del Bosque de Bambú


A diferencia de las concepciones románticas de los sentimientos internos, muchos poemas chinos tienden a presentar los sentimientos como algo vivo, manifestados  a través de los intercambios interpersonales en situaciones específicas. Un tema frecuente será el de los placeres de la buena compañía, sobre todo entre los grupúsculos sociales, como el muy conocido de los Siete Sabios del Bosque (Huerto) de Bambú. Este grupo de excéntricos literati se reunía para beber, disfrutar del paisaje, escribir poesía y, naturalmente, engranarse en aquello que se llamó la conversación pura. Con un evidente deseo de escapar de los engorrosos enredos políticos, celebraban sin pudor la simple vida rústica y los placeres más hedonistas.
El poeta más significativo del grupo fue Ruan Ji (primera mitad del siglo III), cuya obra (Cantando mis Sentimientos), privilegiaba la emoción emparejándola con la reflexión filosófica. En unos pocos de estos ochenta y dos poemas, Ruan celebra la decisión de un antiguo conde de época Qin, quien dedicó el resto de su vida a plantar y recolectar melones. Esta poesía bucólica y contemplativa sirvió, también, como mecanismo de protesta política. La tradición confuciana llegó a aplaudir la crítica contra los gobernantes como un esfuerzo real para mejorar el Estado, si bien, en la realidad, los oficiales que osaban vociferar sus críticas solían ser exiliados a lugares distantes e inhóspitos. Si la persuasión o la protesta no obtenían apoyos, el virtuoso podía “retirarse” a la naturaleza.
De este modo, un buen oficial confuciano podría llegar a ser una suerte de “recluso” (erudito escondido), retirándose de la persecución de la fama, el poder y la riqueza del ambiente mundano. Estos deseos conflictivos, entre participar en la sociedad y recluirse en la naturaleza, marcan numerosos poemas de Tao Qian (siglos IV-V, poeta más conocido por el nombre Tao Yuanming). Fue el más célebre de estos caballeros escondidos, y el que inventó eso que se denominó “poesía de los jardines y los campos” (esto es, la poesía bucólica).
La serie de tres poemas de Tao, Sustancia, Sombra, Espíritu, presenta el conflicto entre la ambición mundana y los simples placeres. Lo presenta como un debate entre las diferentes partes del yo. En primer término, (la Sustancia se dirige hacia la Sombra), la sustancia lamenta la inevitabilidad de la muerte, ante la cual propone una respuesta hedonística: nunca rechazar un vino; en segundo lugar (la Sombra respondiendo a la Sustancia), la sombra concede que el vino destila confort, pero que no debe ponerse a la altura de la realización de buenas obras (artífices, al final, de que el nombre perdure tras la muerte en la posteridad); finalmente, en la Exposición del Espíritu, éste intenta resolver el conflicto. ¿Cómo?. Argumentando del siguiente modo. El vino puede acortar la vida humana, cierto (si se consume en exceso, claro), pero al preguntarse quién recordará la muerte de uno mismo señala que no queda más que aceptar el destino sin preocupaciones, degustando un buen vino en condiciones. Diría que se destila aquí sabiduría pura.

Prof. Dr. Julio López Saco
UM-FEIAP, octubre, 2019

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