IMÁGENES, DE ARRIBA HACIA ABAJO: CARÁTULA CON EL TÍTULO ORIGINAL DE LA PELÍCULA EL LEÓN DE ESPARTA; CARÁTULA PARA LA EDICIÓN EN DVD DE 300 Y; PORTADA DEL NÚMERO 11, EL SIGLO DE PERICLES, DEL COLECCIONABLE EN LIBRO (PLANETA DEAGOSTINI) DE LA SERIE ÉRASE UNA VEZ...EL HOMBRE.
El mito espartano, que ha permeado la historiografía sobre la antigüedad de esta famosa polis, si bien ha sido bastante bien expurgado en la historiografía moderna académica especializada en el tema (con cierta tendencia a un radical escepticismo), sigue muy presente en el cómic, la novela histórica, el cine, la televisión y hasta en algunas publicaciones de carácter divulgativo.
Esparta ha evocado desde siempre férrea disciplina, valentía, coraje, sacrificio, austeridad y, en cierta medida, patriotismo. Esta imagen sesgada, mitificada, ha sido alimentada por las ficciones televisivas y cinematográficas, siendo mantenidas en el marco de la tradición cultural de Occidente.
En el cine, en la película 300 (Zack Snyder, del 2006), se reafirma el mito aludiendo a un histórico episodio heroico, dramático y hasta traumático (en boca de Heródoto, VIII, 27), el de las Termópilas. En ella, partiendo del cómic de Frank Miller de 1998, apartándose de los textos clásicos se despedazan los clichés sobre Esparta. La épica del filme, contemplado y narrado como si de un videojuego se tratase, desdeña por completo cualquier atisbo de rigor histórico (no hay esclavos hilotas, los éforos son deformes, no existe la diarquía). El mensaje radica en considerar que los espartanos son los defensores del Occidente y una encarnación de la libertad, en tanto que los persas representan la intolerancia, el fanatismo y un autoritarismo que en ciertos ámbitos sociales estadounidenses y de Occidente se asocian con el mundo islámico.
En The 300 Spartans, dirigida por Rudolph Maté en 1961 y en España registrada como El León de Esparta, se refiere el sacrificio espartano en defensa de la libertad, en esta ocasión ante la amenaza comunista que la industria del cine estadounidense de afana por difundir. El conflicto entre persas y griegos es un trasunto de un posible enfrentamiento entre el Pacto de Varsovia y la OTAN. En este sentido, por lo tanto, Esparta se contempla como un referente de los ideales democráticos más modernos.
Entre esta película y la mencionada 300 transcurren casi cuatro décadas, pero el método subliminal de mensajes es análogo, aunque hayan variado el formato de los mensajes o los enemigos. Existen también ciertas analogías con la II Guerra Mundial, vinculándose la defensa del paso de las Termópilas con el Día D en Normandía, y asociando a Hitler con el rey persa Jerjes. Esparta representa la libertad frente a un rey que simboliza la esclavitud, a pesar de que la misma (tanto en su versión étnica como en la forma de mercancía) era un sistema estructural de las sociedades griegas. Además, el bloque de griegos unidos es un testimonio falso, sabiendo que en la realidad histórica muchas de las polis se medizaron sin rubor.
En Maciste, gladiatore di Sparta, un péplum ítalo francés dirigido por M. Caiano en 1964 y ambientado en la época de Vitelio, un fornido héroe defiende ahora a otro tipo de oprimidos, en este caso los cristianos que sufren el destino de padecer ante las fieras.
En la televisión, una serie de documentales escenifican Esparta de una manera singular. En The Last Stand of the 300, del año 2007, emitido en History Channel, el ejército de Jerjes amenaza la democracia, los malos son los inmortales persas y Temístocles ejemplifica el Churchill de ese tiempo. En el documental Spartans at the Gates of Fire, emitido en la BBC en 2004, se habla de Esparta como un reino guerrero en el que los más débiles o son esclavizados o asesinados, pero que será el que salvará al mundo libre. En otro documental, titulado The Rise and Fall of the Spartans, también distribuido por el canal History Channel en 2002, algunos helenistas de prestigio intentan frenar, con sus ponderados comentarios, la fuerte mitificación que acompaña a Esparta, a pesar de la presencia de algunos errores de bulto, como denominar campesinos arrendatarios a los hilotas o señalar que los espartanos fueron los creadores de las armas y las tácticas de los hoplitas.
Una imagen estereotipada de Esparta aparece también en las novelas gráficas, como en el volumen Astérix y los juegos olímpicos, originalmente editado en 1968, y que fue adaptado al cine en 2008; algo semejante ocurre en el capítulo llamado El siglo de Pericles de la serie de animación infantil, creada en 1980, y que en la Televisión Española se emitió con el título de Érase una vez...el hombre. En este último caso, unos atenienses cultos se oponen a espartanos agrestes y salvajes, capaces de meter la cabeza en vino de los recién nacidos, despeñar a los bebés considerados inadecuados desde el Taigeto, o pegar y hacer pasar hambre a los jóvenes.
En la serie de Disney de dibujos animados realizada en 1998, Hercules, doblada como Hércules: la serie animada, de nuevo el mito espartano es formulado por mediación del ejemplo estadounidense. Esparta es aquí la cuna del salvajismo y la fuerza bruta, análoga a la academia de marines en la que rudos oficiales forman a los soldados usando extremos métodos castrenses.
Bibliografía referencial
Antela-Bernárdez, B. & Sierra Martín, C. (Coords.), La historia antigua a través del cine. Arqueología, historia antigua y tradición clásica, Barcelona, 2013.
Hodkinson, S. & Macgregor Morris, I. (edts.), Sparta in Modern Thought, Swansea, 2012.
Nisbet, G., Ancient Greece in Film and Popular Culture, Exeter, 2008.
Prieto, A., La Antigüedad a través del cine, Barcelona, 2010.
Prof. Dr. Julio López Saco
UM-AEEAO-UFM, junio, 2023.
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