SABIDURÍAS DE LAS CULTURAS ANTIGUAS
Textos e imágenes para la comprensión de procesos histórico-ideológicos, religiosos, artísticos y culturales de la antigüedad asiática, y para un acercamiento a los períodos arcaicos en África, América y Europa. Se presentan artículos de opinión, investigaciones, imágenes y diversos ensayos. Los vínculos (Museos, Institutos, Universidades, Centros de Investigación) complementan las indagaciones que se muestran.
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Mitos y astros en la antigua China
Imágenes, arriba: una pintura de la dinastía Qing (1644-1911), de la diosa Hou Tu con un par de asistentes, en el templo de la Nube Blanca de Beijing; abajo, Impresión xilográfica de la diosa Chang He volando hacia la Luna, obra de Yoshitoshi (1839-1892).
En China existió desde antiguo un gran interés por la observación del cielo Algunos ejemplares cerámicos del Neolítico aparecen adornados con imágenes del Sol. Los arqueólogos han descubierto conchas y huesos de animales tallados que representan estrellas, que podrían datarse hacia 1400 a.e.c. Hace unos años, se descubrió en el yacimiento arqueológico de Táosì (陶寺), en la provincia de Shanxi, el observatorio más antiguo conocido en China. La estructura data del periodo de la cultura Longshan (龙山文化, 2900-1900 a.e.c.). Una gran plataforma tallada se utilizaba para localizar la salida del Sol en los distintos periodos del año.
Los famosos huesos oraculares de la dinastía Shang (商) registran eclipses y novas. Desde el siglo VI a.e.c. se llevaron a cabo registros detallados de las observaciones astronómicas. La astronomía era la ciencia secreta de los reyes y sacerdotes. Un observatorio astronómico era parte integrante del Ming tang (明堂), suerte de templo cosmológico que era asimismo el hogar ritual del emperador en el centro de la ciudad. Para una economía agrícola como la de la antigua China, los conocimientos astronómicos como reguladores del calendario eran de capital significación.
Los antiguos chinos identificaban las estrellas desde 1400 a.e.c., pues se han encontrado nombres de estrellas chinas en huesos de oráculo desenterrados en Anyang, y que luego fueron categorizadas en las veintiocho mansiones (Èrshíbā Xiù, 二十八宿, parte del sistema de constelaciones). El núcleo del sistema de mansiones (xiù, 宿) tomó forma en tiempos del rey Wu Ding (武丁, 1250-1190 a.e.c.). Algunos elementos de la astronomía india llegarían a China con la expansión del budismo con posterioridad a la dinastía Han oriental (dōng hàn cháo, 東漢朝, 25-220), si bien la mayor incorporación del pensamiento astronómico indio ocurrió durante la dinastía Tang (唐朝, 618-907), cuando un gran número de astrónomos indios fijaron su residencia en la cosmopolita Cháng'ān (長安).
La astronomía como ciencia llegó a tener dos funciones principales, la de marcar el tiempo y la de predecir acontecimientos.
Astros de la mayor importancia, luminosos como las estrellas (Sol), satélites naturales (Luna) y la Tierra, como planeta y como la superficie de la misma, tuvieron gran relevancia en la mitología china antigua. Veremos en estas líneas las deidades asociadas al Sol, la Luna y la Tierra.
Xi He (羲和) era considerada en la antigua mitología china la esposa del emperador Di Jun (帝俊) y la Diosa del Sol. Según una historia relatada en el Shanhaijing (山海經), Clásico de los Montes y los Mares, dio a luz diez soles que utilizaba para bañarse en el nacimiento del río Gan (甘水).
Esta es una historia bastante similar a la de Chang E (嫦娥, vid infra), que generó y bañó varias lunas. Otro relato análogo se cuenta de un país oriental llamado Tanggu (湯谷) donde se bañaron diez soles. Nueve de ellos se quedaron en las ramas más bajas de un árbol (Fúsāng, 扶桑, mítico árbol del oriente de China) y uno en la cima. También se decía que un sol salía a su vez, cuando otro sol se ponía. Cada sol estaba habitado por un cuervo, gracias a cuyas alas se desplazaba el astro.
Asimismo, se comenta que Xi He dirigió el carro del sol arrastrado por seis dragones, como advierte un comentario a la elegía Tianwen (天問), de la colección Chuci (楚辭), Poesía Meridional. La historia se cuenta, además, en el Huainanzi (淮南子). El capítulo Yaodian (堯典), Canon de Yao, del Clásico confuciano Shangshu (尚書) o Libro de los Documentos, menciona a Xi He como inventora del tiempo, en tanto que la genealogía Shiben (世本) recoge su invención del pronóstico a través del sol (zhan ir, 占日). Xi He, en consecuencia, suele ser llamada la maestra del Sol pero también de la Luna.
Chang E (嫦娥), también conocida como Heng E (姮娥) o Su E (素娥), es un personaje mitológico que en el Huainanzi (淮南子) hace las veces de esposa de Hou Yi (后羿), quien había solicitado la hierba de la inmortalidad a la Reina Madre de Occidente, Xīwángmû (西王母). Pero antes de que pudiera consumirla, Chang E robó la planta, se convirtió en inmortal y ascendió a la Luna. Allí se transformó en el espíritu de la luna (yuejing, 月精) o en la diosa de la luna (yueshen, 月神), y obtuvo la forma de un sapo (chanchu, 蟾蜍). En el mencionado Shanhaijing (山海經) se cuenta que Chang Xi (常羲), esposa del emperador Jun (帝俊, Di Ku 帝嚳), se solía bañar a las doce lunas que había parido. El clásico Lüshi chunqiu (呂氏春秋) la denomina como la inventora de la adivinación por la luna (zhan yue, 占月).
Un capítulo, en la actualidad perdido, del Da Dai Liji (大戴禮記) decía que Chang Yi (常儀), o Shang Yi (尚儀) era hija de Ju Zi (娵訾), así como la esposa del emperador Di Ku. El texto más antiguo conocido en el que aparece Chang E, es el texto, hoy perdido, conocido como Guicang (歸藏). La oración que se encuentra en él referida a Chang E se cita en un comentario a un poema de la antología Wenxuan (文選). En el mismo se comenta que el brillo de la luna era tan poderoso que era capaz de revivir la muerte.
La célebre historia del sapo y el conejo que habitan en la luna (algo visible en representaciones visuales como el estandarte funerario en forma de T de la Marquesa de Dai o Xīn Zhuī, 辛追, hoy en el Museo de Hunan), puede remontarse a un simple error fonético. El escritor Wen Yiduo (聞一多, 1899-1946) creía que la palabra gutu (顧菟(兔)) admirar al conejo o contemplar al conejo, mencionada en un verso específico de la elegía Tianwen (天問) de la precitada colección Chuci (楚辭) o Poesía del Sur, es fonéticamente muy próxima a la palabra chanchu (蟾蜍, sapo), de modo que a partir del periodo Han (漢, de 206 a.e.c. a 220), siguiendo el comentario de Wang Yi (王逸), se hablaba de dos pequeños animales en la luna, un mamífero, el conejo y un anfibio, un sapo.
El Huainanzi llega a inferir un eclipse lunar a partir del apetito del sapo, que devora la luna. El Guicang, por su parte, identificaba al sapo como el espíritu lunar, mientras que el Huainanzi señala que el espíritu de la luna era, por el contrario, un cuervo. En sentido estricto, el nombre de Chang E o Heng E debería escribirse con el carácter (恒) eterno, si bien este carácter se sustituía regularmente por el carácter (常) para evitar el nombre personal del emperador Wen (漢文帝, quien reinó entre 180 y 157 a.e.c.) de la dinastía Han, Liu Heng (劉恒).
Se puede señalar, finalmente, que en ciertos relatos, Chang E está acompañada por otra joven lunar llamada Qing Nü (青女) o joven mujer verde.
Hou Tu (后土), Señor de la Tierra (o bien Deidad de la Tierra), era una divinidad natural venerada en las ofrendas estatales hasta el final de la época de la China imperial. Esta entidad sobrenatural también recibía el nombre de Dizhi (地祗) y se consideraba el análogo de la Gran Unidad (taiyi, 太一), que representaba al Cielo. Las ofrendas a la Tierra tenían lugar en la estación del verano. Durante el periodo Han Anterior (前漢, 206 a.e.c.-9), el altar de la Tierra solía erigirse en el entorno de la capital, especialmente en el sur.
Para el pensamiento taoísta, Hou Tu era una deidad asistente del Emperador Amarillo (黃帝), un dios del centro celestial, y uno de los llamados Cuatro Guías (四御). Como ayudante, Hou Tu estaba siempre equipado con una cuerda que utilizaba para reconocer la tierra.
Según menciona el clásico confuciano Liji (禮記), en su capítulo Jifa (祭法), Hou Tu era un hijo de Gong Gong (共工) que reinaba sobre las nueve provincias y que, a la postre, sería rival de Nǚwā (女媧). La función de Hou Tu era igualar (ping, 平) todas las regiones del imperio, y por ello, en consecuencia, se le veneraba como deidad de la tierra. Asimismo, se afirma en el capítulo Yueling (月令), en el Liji (Actas de gobierno en los diferentes meses, que versa sobre la fenología mensual a lo largo del año), que el centro del mundo estaba gobernado por el Emperador Amarillo como emperador o soberano (di, 帝), en tanto que Hou Tu como su espíritu (shen, 神).
En un fragmento de un texto apócrifo, específicamente el Xiaojing wei (孝經緯), se explica en detalle que el mundo, es decir, la Tierra, es demasiado vasto para venerarlo por medio de una sola deidad, por lo que se erigieron santuarios locales (she, 社) en los que se ofrecen sacrificios al suelo o la tierra en cada comunidad individual en la forma de deidades de la comunidad local (sheshen, 社神).
La anteriormente referida colección Chuci (楚辭), Poesía Meridional, explica que Hou Tu gobernaba el reino oscuro (youdu, 幽都), que se halla bajo la superficie de la tierra.
Finalmente, cabe advertir que en un sentido más amplio, Hou Tu se utiliza en ocasiones como un título para los funcionarios del gobierno local que se encargan de administrar el suelo y las fincas (tu zheng, 土正 el que rectifica el suelo).
Bibliografía esencial
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Prof. Dr. Julio López Saco
UM-AEEAO-UFM, abril, 2025.