26 de mayo de 2011

Cosmología del Amazonas II







DOS IMÁGENES CORRESPONDIENTES A LA CULTURA MARAJOARA. LA PRIMERA ES UNA VASIJA CON OPUESTOS ZOOMORFOS, PROBABLEMENTE LAGARTIJAS O INSECTOS, CONFORMANDO UNA CRUZ, Y CON UN ANIMAL BICÉFALO QUE RODEA LA PIEZA, QUIZÁ ALUDIENDO A LA TOTALIDAD. LA SEGUNDA, PERTENECE A UNA URNA QUE PRESENTA ROSTROS EN PAREJAS OPUESTAS COMPLEMENTARIAS, CON ASPECTO ANTROPOMORFO Y ZOOMORFO.


Prof. Dr. Julio lópez Saco


Escuela de Historia, UCV

Doctorado en Ciencias Sociales, UCV

23 de mayo de 2011

Las magistraturas en la República romana III: la Cuestura

Algunas referencias clásicas señalan que esta magistratura ya existía en tiempos de la monarquía, lo cual plantearía el serio problema de su surgimiento, quizá coexistente con los cónsules primigenios. En principio hubo dos quaestores urbani, que como representantes y auxiliares de los cónsules, tenían, en principio, poderes judiciales, sobre todo en crímenes de derecho común. Posteriormente, para cumplir esta finalidad específica surgirían los quaestores parricidi. En plena época republicana, su cometido casi único es el de la administración del tesoro público y la protección del archivo del estado, por lo que adoptan el nombre de quaestores aerarii. Los dos quaestores urbani se atribuirían, según la tradición, a los legendarios reyes Rómulo y Numa Pompilio. Al aumentar los negocios administrativos y producirse continuados conflictos bélicos, se crean, hacia 421 a.n.E, cuatro más, dos de los cuales se quedarían en la ciudad, y los otros dos en el seno del ejército. Dos de ellos se ponían al servicio de un cónsul (los cuestores consulares). Hacia 267 a.n.E. se nombran cuatro quaestores italici, llamados classici, con la misión de ayudar a los cónsules en la atención de las flotas de los puertos.
En principio, la cuestura fue una magistratura patricia, pero ante la amenaza de que un cónsul fuera plebeyo, se despojó a estos de la potestad de poder designar a los cuestores urbanos, que serían nombrados por los comicios centuriados. Los patricios buscaban que la administración del tesoro público estuviese siempre en sus manos, pero desde 421 a.n.E. (según Livio desde 409 a.n.E.), los plebeyos logran acceder a la cuestura urbana, lo que les abriría el camino hacia el Senado. La cuestura urbana es anual, y el titular, una vez finalizado el cargo, debe entregar las cuentas y el dinero a su sucesor. Con frecuencia, un año después de haber desempeñado el cargo, se enviaba al ex cuestor a una determinada provincia (quaestores provinciales), que acompañarían a los procónsules y propraetores. En condiciones extraordinarias se le prorrogaba el cargo a un cuestor urbano (proquaestor), si bien esta fue una medida pocas veces aplicada. Los cuestores se encargaban de recaudar los impuestos, administrar la hacienda y llevar la contabilidad, recibiendo los precios de los arrendamientos y el importe de las multas. Pagaban las soldadas militares y los diversos gastos de administración. Desde la cuestura se iniciaba el cursus honorum o carrera política.


Prof. Dr. Julio López Saco

Escuela de Historia, UCV

Escuela de Letras, UCAB

Centro de Investigaciones Filosóficas y Humanísticas, UCAB

16 de mayo de 2011

Cosmología del Amazonas I





LA PRIMERA IMAGEN CORRESPONDE A UNA FIGURA HUECA SENTADA EN UNA ESPECIE DE TRONO O PODIO (AHORA PERDIDO). PUEDE HABER SERVIDO COMO URNA CINERARIA PARA CONTENER LOS HUESOS DE LOS ANCESTROS. AL ENCONTRARSE SENTADA LA PERSONA, PROBABLEMENTE UN CHAMÁN, SE COMUNICABA CON EL MUNDO ESPIRITUAL. LA SEGUNDA FOTO MUESTRA UNA BANQUETA DE CERÁMICA QUE CONFIGURA UN AUTÉNTICO COSMOGRAMA, PUES SE ENCUENTRA DIVIDIDA EN CUATRO CUADRANTES. LA PERSONA QUE SE SIENTA SE CONVIERTE EN UN AXIS MUNDI.

Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB, 16 de mayo del 2011

12 de mayo de 2011

Las magistraturas en la República romana II: la Pretura

La presencia de la pretura se explica porque los cónsules, en época de guerra no solían estar en Roma más que en el primer mes de su cargo. Para que durante su ausencia el pueblo no quedase sin autoridad, se creó en 367 a.n.E. el praetor, cuyo poder sería inferior al de los cónsules, aunque superior al de los demás magistrados. La intención era que fuese un intérprete de la ley en nombre de ambos cónsules. Eran elegidos por los comicios por centurias, tras los cónsules, siendo su cargo anual. Este cargo se modificó entre 247 y 242 a.n.E., cuando apareció el praetor peregrinus, que acompañaba al antiguo praetor urbanus o maior, que desaparecerá cuando Caracalla conceda el derecho de ciudadanía a todos los habitantes del imperio, pues eran los encargados de hacer justicia entre los ciudadanos y los peregrinos extranjeros. Se encargaban del ius gentium, mientras que el urbanus lo hacía del ius civile, de la ciudad.
Al tomar posesión redactaban un programa de sus intenciones (el edictum praetoris) en el que señalan cuáles decretos de sus antecesores dejaban vigentes y cuáles abolían. El praetor urbanus tenía funciones judiciales, militares y financieras fuera de de Roma, si bien poseía, al lado del peregrinus, el ejercicio de la jurisdicción civil. Indicaba la norma jurídica que se tenía que aplicar, pero no se ocupaba de las pruebas que cada parte pudiera alegar. No juzgaba tampoco en el proceso, algo que hacía el juez, sin embargo, tomaba cartas en el asunto en relación a magistrados romanos con causas graves pendientes que pudiesen comprometer la tranquilidad pública. En cualquier caso, el pretor no puede nombrar un dictador, ni interceder contra un acto del cónsul (que puede, por el contrario, impedir que el pretor convoque y presida los comicios).
El pretor posee, como autoridad desgajada de los cónsules, y a título auxiliar, las atribuciones consulares, que puede ejercer cuando uno de los cónsules está ausente. Puede, además, convocar al Senado y reunir y presidir los comicios curiados, centuriados y por tribus. Una vez finalizado el cargo, es destinado como propraetor a las provincias.


Prof. Dr. Julio López Saco

Escuela de Historia, UCV

Escuela de Letras, UCAB

9 de mayo de 2011

Las magistraturas en la República romana I: el Consulado

En las primeras épocas los cónsules se consideraban dos reyes anuales, denominados pretores como generales del ejército, iudices, como supervisores de las causas, y cónsules en su rol de procuradores de la patria. Será tras la caída de los decemviri cuando se creeel consulado, si bien entre 443 y 367 a.n.E. la organización fue inestable, pues tanto cónsules como tribuni militum gobernaban la República. Ambos cónsules tenían poderes totales, aunque uno respecto al otro podía interponerse a través del ius intercessionis o derecho de veto. En un principio gozaron del privilegio de nombrar a sus sucesores, incluso a los senadores entre los patricios, si bien tenían que hacerlo como una indicación popular. Avanzada la República adquirieron el derecho a presidir los comicios electorales, pudiendo rechazar a un determinado candidato. Así, en principio, parece que desempeñaron el papel que asumía el rey como director administrativo, juez y jefe del ejército. Se conformaron como una suerte de gobernantes de partido, pues únicamente representaban a los patricios, perdiéndose más tarde este carácter al acceder los plebeyos al cargo. Aunque las funciones religiosas del rey pasaron a manos del rex sacrorum, los cónsules podían presidir actos religiosos del pueblo, así como ofrecer sacrificios oficiales, además de gozar del auspicium. Eran elegidos tras propuesta del Senado a la plebe en los comicios por centurias. En materia judicial, entendían en crímenes de lesa patria y en delitos religiosos, aunque en este último aspecto solían acompañarse del pontifex maximus. Otorgaban leyes, reunían al pueblo, promulgaban edictos orales y escritos, convocaban al Senado y disponían del tesoro público y los bienes del estado, aunque por mediación de los cuestores. Indicaban también el reclutamiento.
Su nombramiento se producía en el mes de julio del año anterior a ser elegidos, lo que ocurría el primero de marzo (desde 225 a.n.E) y posteriormente el primero de enero (desde 154 a.n.E.). Hasta su toma de posesión eran consules designati; tras la misma se les denominaba consules proprii u ordinarii. Si uno de ellos moría, era sustituido (cónsul suffecti). Aunque varió con el tiempo, la edad requerida para optar al consulado rondaba los cuarenta y dos años. Sus insignias correspondientes eran la toga praetexta, el bastón de marfil, la silla curul y un acompañamiento de doce lictores, praecones y viatores. Una vez finalizado el cargo solían ser nombrados procónsules en alguna provincia o región en guerra, tal y como sucedía también con los pretores. El consulado sufrió, con el paso del tiempo, recortes en sus funciones: el manejo de los fondos públicos pasó a manos de los cuestores, la administración de justicia al pretor, y sus funciones de policía de la ciudad recayeron en los ediles. De este modo acabaron siendo jefes militares, magistrados simplemente más representativos, que realmente efectivos.



Prof. Dr. Julio López Saco

Doctorado en Historia, UCV

Escuela de Historia, UCV

3 de mayo de 2011

Imágenes de la antigua Cultura del Indo II









LA PRIMERA IMAGEN MUESTRA UN CARRO DE TERRACOTA, QUIZÁ USADO PARA EL TRANSPORTE DE BIENES, PROVENIENTE DEL SITIO DE MOHENJO-DARO. LA SEGUNDA ILUSTRACIÓN CORRESPONDE A UN GRUPO DE ARMAS Y OTRAS HERRAMIENTAS DE UN ATESORAMIENTO, TAMBIÉN, DE MOHENJO-DARO.



Prof. Dr. Julio López Saco

UCV-UCAB





2 de mayo de 2011

Monjes viajeros budistas chinos IV: Huichao y Wukong

Huichao fue un monje coreano del Reino de Silla, que vivió en el siglo VIII. Se desplazó por vía marítima en 723 hasta la costa oriental (Coromandel) de India, desde donde emprendió ruta hasta Persia (Posi en chino). Dejó un relato de su periplo titulado Noticia de un viaje a las Cinco Regiones de India (Wang wu Tianzhu guo zhuan). Wukong (Ju Fengchao) por su parte, monje que vivió en la segunda mitad del siglo VIII, fue enviado a Jibin con la finalidad de acompañar a un embajador y asumir un cargo oficial en Kucha. Sin embargo, decidió orientar su vida en función del budismo tras una penosa enfermedad que lo tuvo varado en Gandhâra (Qiantuoluo), adoptando, en consecuencia, un nombre budista: Dharmadhâtu. De vuelta en China, hacia 790, dedica sus últimos años a vivir retirado en el templo de Zhangjing.



Prof. Dr. Julio López Saco

Escuela de Historia, UCV