9 de agosto de 2023

Iconografía de monedas romanas republicanas I: denario de Tiberio Veturio

Las piezas monetales republicanas del siglo III suelen mostrar, mayoritariamente en sus reversos, a los Dióscuros, los gemelos divinos hijos de Zeus de la mitología (Cástor y Pólux en Roma), conduciendo cuadrigas. Tal vez porque se consideraban hábiles en la lucha cuerpo a cuerpo y en la doma de caballos, o más probablemente, en función de que la tradición romana afirmaba que habían sido partícipes, en la caballería, de la batalla del lago Regilo, en la que Roma vence a los latinos (de ahí que tuviesen su propio templo en el Foro romano). Entre las piezas del siglo II a.e.c., destaca este denario de la imagen, en plata, acuñado en Roma por Tiberio Veturio en 137 a.e.c.

En el anverso se aprecia el busto de Marte, con casco con cresta de crines, y una pluma a cada lado del mismo, mirando hacia la derecha. Detrás el signo X (que señala el valor diez ases, aunque en realidad eran ya dieciséis para la época), así como la leyenda TI. VET. En el reverso, por su parte, se puede observar una escena de juramento. Un hombre arrodillado, un sacerdos fecial con seguridad, perteneciente al colegio de sacerdotes que se encargaban de velar el cumplimiento de las relaciones diplomáticas, lo que incluía tratados, pactos, pero también conflictos violentos, entre Roma y los pueblos extranjeros, pero siguiendo siempre los preceptos religiosos romanos, que sostiene lo que asemeja un lechón.

En los dos lados, se ven dos soldados armados con lanza y parazonio (un puñal triangular que en la mitología solía portar Roma personificada, el dios Marte o el emperador mismo, un claro símbolo de coraje), apuntando hacia el pequeño cerdo con una vara. Arriba la leyenda ROMA. Ciertos especialistas han dicho que probablemente se trate del recuerdo de un pacto llevado a cabo con los samnitas, propiciado por un antepasado de Tiberio Veturio, un cónsul de nombre Tito Veturio Calvino, en 321 a.e.c., después de la humillante derrota del ejército en las Horcas Caudinas; esto es, una de las batallas de la segunda guerra samnita, entre Roma y este pueblo itálico por el control de Apulia. 

Prof. Dr. Julio López Saco

UM-AEEAO-UFM, agosto, 2023.

1 de agosto de 2023

Los pobladores más antiguos de Europa





Imágenes, de arriba hacia abajo: resto parcial de la cara de un homínido, hallado en TE7, Sima del Elefante, Atapuerca, Burgos, con una cronología en torno a 1,4 millones de años; cráneo fragmentario de un joven Homo antecessor (ATD6, Gran Dolina, Atapuerca), Burgos; reconstrucción (debida a Mauricio Antón), factible de Homo heidelbergensis a partir del cráneo hallado en Bodo, Etiopía. Este fósil se halla hoy en el Smithsonian Natural History Museum, y fue datado en hace 600.000 años y; cráneo de Homo heidelbergensis hallado en Steinheim, Alemania, de hace 250.000 años.

Los primeros grupos humanos que llegan al continente europeo se testimonian en restos datados en torno a 1,3 millones de años. No son vestigios muy abundantes, documentándose en los yacimientos hispanos de la Sima del Elefante en Atapuerca, en Burgos, y en el de Barranco León, en la provincia de Granada. Se trata de pocos restos y muy fragmentarios, razones que impiden conocer el nombre de la especie a la que pertenecían estos más primitivos vestigios humanos en el continente. Empleaban, eso sí, una tecnología lítica muy simple, orientada a la fabricación de lascas de pequeñas dimensiones, conocida como Modo 1, de un modo genérico, o bien como Olduvayense europeo de una manera más específica. Es una tecnología no solamente documentada en los yacimientos referidos, sino también en Le Vallonnet o Pont-de-Lavaud, en Francia, o en Pirro Nord, en Italia.

En relación a la procedencia de estos primeros humanos en Europa, se han barajado dos posibles rutas de entrada al continente, una de ellas desde el norte de África, a través del estrecho de Gibraltar o, en menor medida, desde Sicilia; y la otra desde el Próximo Oriente, pasando por Anatolia y entrando desde el este de Europa siguiendo las llanuras de los ríos Po y Danubio. Uno de los factores que favorecen la primera posibilidad es la presencia en Argelia y Marruecos de yacimientos del Pleistoceno inferior con tecnología Olduvayense (El Kherba, Ain Boucherit, Thomas Quarry, entre otros). En el caso del Oriente Próximo, varios yacimientos, con dataciones de más de un millón de años, avalarían esta ruta, en especial los yacimientos al aire libre en Israel, como Bizat Ruhama y Ubeidiya. Además, en Anatolia destacan los yacimientos de Gediz y Dursumlu, también con herramientas líticas del Modo 1.

Los paleoantropólogos creen más factible las dispersiones continuas en el tiempo desde el Próximo Oriente, aunque las evidencias arqueológicas que jalonan este sendero son realmente precarias. En cualquier caso, ambas rutas pudieran bien haber coexistido.

Es una realidad que la mayoría de los yacimientos datados en el Pleistoceno inferior y comienzos del medio, se encuentran en el sur del continente, en el sur y centro de Francia, Italia y la península Ibérica. Por tanto, el poblamiento europeo más temprano se localizó en la cuenca mediterránea, cerca de las costas de este mar.

Entre un millón y ochocientos mil años una serie de yacimientos evidencian que siguieron existiendo ocupaciones humanas en Europa. Estos habitantes del continente alrededor de hace 850.000 años corresponden a la especie Homo antecessor (a partir del yacimiento de la Gran Dolina, Atapuerca, en Burgos). Lamentablemente, no se eha encontrado una relación entre los restos de Homo hallados en Barranco León y la Sima del Elefante, y los especímenes de Homo antecessor, de forma que se desconoce si antecessor evolucionó de los primeros pobladores o bien se trata de una especie llegada a Europa en una oleada posterior. En cualquier caso, la industria lítica de Homo antecessor sigue siendo el Olduvayense europeo.

Las evidencias de poblamiento humano en Europa datado entre 800.000 y 600.000 años son asimismo, muy escasas (restos de herramientas líticas y fauna, pero no fósiles humanos), aunque hace setecientos mil años se constata ya la aparición de una nueva tecnología, concretamente el Achelense. Tal circunstancia no implica que hubiese desaparecido la industria previa, pues en estas cronologías hay yacimientos con presencia de una y de otra tecnología lítica.

Un modo de explicar esto es que fuese posible que una nueva especie humana hubiera llegado al continente trayendo consigo una nueva tecnología (achelense) tal vez Homo heidelbergensis (de origen no europeo, sino africano), con presencia de sus fósiles más antiguos en Mauer, Alemania, datados en poco más de 600.000 años. Pero también existe la probabilidad de que la tecnología europea del Modo 1 evolucionara en determinados sitios hacia otra del Modo 2. Incluso se ha señalado la posibilidad de que la tecnología Achelense llegase a Europa sin que la hubiera traído especie nueva alguna.

Hace entre 480.000 y 300.000 años aparecen en el poblamiento europeo los primeros rasos pre neandertales (en fósiles de la Sima de los Huesos, en Atapuerca), que culminan con la identificación más arcaica de Homo neandertalensis hace 300.000 años.

Con bastante certeza, se puede afirmar que desde hace quinientos mil años se produjo una expansión mucho mayor por el continente europeo. Unos representantes del género Homo con una dieta consistente en componentes vegetales pero también con la carne presente, obtenida por medio de la caza. Habría tenido un acceso primario a las presas, incluyendo en ellas otros seres humanos, aunque también pudieron aprovechas los restos de animales muertos naturalmente o practicar el carroñeo de animales cazados previamente por grandes carnívoros.

En definitiva, no se conoce la especie a la que corresponden los primeros grupos humanos europeos cuyos fósiles se ha datado en 1,3 millones de años, si bien a fines del Pleistoceno inferior, alrededor de hace 800.000 años, el continente europeo estaba poblado por la especie denominada Homo antecessor. Después de un vacío en el registro fósil, se constata la presencia de Homo hedelbergensis hace unos 600.000 años, previo a la profusión de los neandertales.

Bibliografía

AGUSTÍ, J. & LORDKIPANIDZE, D., Los primeros pobladores de Europa, edic. RBA, Barcelona, 2005.

AGUSTÍ, J. & ANTÓN, M., La gran migración. La evolución humana más allá de África, edit. Crítica, Barcelona, 2011.

CARBONELL, E. (Coord.) Homínidos. Las primeras ocupaciones de los continentes, edit. Ariel, Barcelona, 2011

RODRÍGUEZ ÁLVAREZ, X.P., Los primeros europeos. Del Cáucaso a la península Ibérica, edit, Salvat, Madrid, 2023. 

Prof. Dr. Julio López Saco

UM-AEEAO-UFM, agosto, 2023.