27 de abril de 2023

Afrodita de Cnido: arte y sensación


La copia romana de la estatua de Afrodita de Praxíteles, adquirida por la población de Cnido (Caria, en Asia Menor), fue datada a mediados del siglo IV a.e.c. Esta Afrodita de Cnido inspiró una serie entera de Afroditas semi desnudas en el arte helenístico, como la Afrodita de Melos, la Capitolina, o la Afrodita Acuclillada. En estos ejemplares, la diosa hace gestos más o menos contenidos de cubrirse ella misma su sexo, lo que supone que el espectador está más o menos expectante. Las antiguas reacciones a la Afrodita de Cnido de Praxíteles son recogidas por Plinio. Según el escritor y militar romano del siglo I, el escultor hizo dos estatuas, una vestida y otra desnuda. La gente de la isla de Cos (Dodecaneso griego), eligió la versión vestida, en tanto que la de Cnido la desnuda. Esta última generó anécdotas eróticas: un hombre enamorado de la estatua dejó su “marca” sobre ella, mientras que otro visitante, según un texto del siglo III, mantuvo con ella un imaginario diálogo.

Al representar a Afrodita desnuda, Praxíteles rompió la práctica convencional. No obstante, escultores anteriores ya habían mostrado representaciones femeninas con los ropajes cerca del cuerpo, dejando poco espacio a la imaginación del espectador. Lo que ubica aparte a Afrodita, además del encanto erótico femenino, es la manera en la que el espectador la ve. Aquellos que se aproximan a la estatua siguiendo la línea perpendicular al frente de la base, encuentran que ellos mismos se convierten en observadores de un drama que la inescrutable expresión de Afrodita les deja para su interpretación. Ven a una deidad desnuda, que va a bañarse o ya tomó un baño, al lado de una urna que su ropa cubre, mirando ligeramente hacia arriba y hacia su izquierda y moviendo instintivamente su mano para encubrir sus “partes pudendas”.

¿Están los espectadores viendo a una diosa, que ha sido interrumpida cuando se preparaba para bañarse o en el momento en que ya había finalizado su baño, por parte de un inesperado participante que se acerca a su derecha?; o ¿es que la diosa se estaba bañando de manera anticipada ante un deseado visitante que ahora acaba de llegar?. Resulta destacado el hecho de que los espectadores de la obra pueden cambiar su posición de observación y, con ello, la propia narrativa. Al moverse hacia la derecha se encuentran con la mirada de la diosa, descubriendo sus genitales, convirtiéndose en los inesperados huéspedes o en los amantes deseados por Afrodita. Desplazándose alrededor de la estatua (no o casualidad los cnidios la ubicaron en un templo circular), cambian las narrativas, viendo a otros siendo vistos por la diosa, o abrazándola desde atrás. Se rompe la barrera entre el mundo de la escultura y el de los espectadores, abriéndose las posibilidades a una relación discursiva amén de erótica.

La Afrodita de Cnido puede excitar las fantasías de quienes la ven pero también informa sobre cómo Praxíteles la esculpió. Algunos epigramas reflexionan sobre el momento en que el escultor la vio desnuda (en el mito ver a las diosas desnudas solía traer desastrosas consecuencias para el observador), en tanto que en otros casos se afirma que Praxíteles usó una modelo real, concretamente una amante de nombre Phryne. Las diversas historias al respecto mantienen que el trabajo del escultor reflejaba sus propias experiencias.

Así, Praxíteles se convierte en un “artista”, pues entra en relación con su obra, de forma que la vida del escultor y su trabajo se conjugan. Tampoco parece una casualidad que fuese en el siglo III a.e.c. cuando se contase por vez primera la historia de Pygmalion, ese rey que se enamora de una estatua. En Ovidio, el espectador-amante llega a ser un escultor que cae enamorado de su obra. Esto es así porque ahora la estatua y la vida humana habitan el mismo mundo, que llega a ser posible para el espectador como espacio para configurar una relación con la estatua, de la misma manera que resulta imposible que la estatua no fuese ella misma el producto de alguna relación con parte del escultor.

La relación que el espectador consigue establecer con la Afrodita de Cnido de Praxíteles no se basa en confundir la representación con lo representado, sino que es una relación con la representación misma. De esta manera, así como el atleta griego vende ropa interior y Ayax y Aquiles intercambian sus dados por cartas en la obra de Cézanne, la Afrodita de Cnido vende tabloides.

Prof. Dr. Julio López Saco

UM-AEEAO-UFM, abril, 2023.

19 de abril de 2023

Mito e industria lítica prehistórica



Imágenes: infografía que refleja la evolución de la fabricación de útiles; probables homínidos que habrían fabricado las primeras herramientas líticas y; yacimientos en la cornisa oriental de África con los primeros ejemplos de industria lítica, asociados, o no, a fauna.

Tres son los yacimientos, ubicados en la región de África oriental, concretamente en el valle del Rift, en los que existen las evidencias y testimonios más arcaicos de elaboración de útiles, de herramientas líticas. Se trata de la formación geológica de Lomekwi 3, cerca del lago Turkana, en Kenia, con presencia de lascas y núcleos; del yacimiento de Gona, en Etiopía, con presencia de herramientas y algunos huesos con marcas de corte; y de los muy célebres yacimientos de Olduvai, en Tanzania. En todos ellos hay un predominio de un entorno con abundancia de rocas de origen volcánico. Los australopitecos, se piensa, pudieron haber sido los autores de los primeros artefactos tallados sobre piedras.

El yacimiento de Lomewki 3 es el más antiguo con presencia de herramientas de piedra (3,3 millones de años). Pero justo desde ese momento se desconocen útiles de piedra similares entre esa cronología y los 2,6 millones de años del sitio de Gona. Así, parece que la primera tecnología en Lomewki 3 (tal vez relacionada con Australopitecus afarensis o con Kenyanthropus platyops), no habría tenido una continuidad espacio-temporal. Desde los 2,6 a los 1,8 millones de años de Olduvai, si existen varios yacimientos con herramientas pétreas en África oriental (Fejej, Koobi Fora, Lokalalei), así como en otras zonas de ese continente, como Argelia.

En Lomewki 3 no hay ni huellas de corte ni señales de percusión, señales si presentes en yacimientos a partir de 2,6 millones de años de antigüedad, como ocurre en Gona o también en otro yacimiento etíope, nombrado Bouri. Desde estas fechas, las herramientas asociadas a fauna muestran huellas de percusión y marcas de corte. Así pues, Lomewki 3 sería una primera y misteriosa evidencia de producción de lascas, proceso únicamente frecuente a partir de ese rango de 2,6 millones de años.

Este hecho tan particular, corroborado por la arqueología prehistórica, puede tener un corolario interesante en un singular mito de los hadzabe tanzanos, grupo humano de cazadores y recolectores. Los hadzabe cuentan que entre los humanos que les precedieron hubo una suerte de altos humanoides con profusión de vello corporal (denominados akakaanebe, ancestros), que dormían a la intemperie bajo las arboledas, no usaban fuego ni herramientas y mataban a sus presas mirándolas fijamente, sin intervenir directamente. Estos antepasados fueron sucedidos por otros humanos, ahora ya con menos pelo, pero igual de altos (tlaatlanebe), que habitaban en cavidades naturales. Estos ancestros perseguían a los animales que les servía de presa ayudados por grupos de perros, en virtud de que los animales eran de mayor tamaño y, además, se mostraban mucho más desconfiados en relación a los seres humanos.

Es probable que esta peculiar historia de la tradición oral de los hadzabe esconda algunas muy antiguas realidades. ¿Resulta una probabilidad real que los causantes de la industria lítica de Lomekwi 3 únicamente comiesen carne gracias al carroñeo en el momento en que un herbívoro moría bajo su atenta mirada, sin emplear útiles ni ningún tipo de arma para abatirlo, como en el mito se anuncia?. Solo tiempo después, ya con plausible empleo de herramientas y con ayuda de canes, estarían en condiciones de dar muerte a sus presas interviniendo directa y activamente; esto es, cazando. ¿Sería esto una remota señal de los productores de herramientas sistemáticos a partir de los 2,6 millones de años en adelante?. Es una probabilidad a tener en cuenta. 

Prof. Dr. Julio López Saco

UM-AEEAO-UFM, abril, 2023.

 

14 de abril de 2023

Vídeo. Serie ¿Y si hablamos de mitos?. Identidad y Estado coreano en el mito


Penúltimo programa de la serie ¿Y si hablamos de mitos?, en el canal de YouTube Hablemos de Mitos. En esta ocasión, Identidad y Estado coreano en el mito. Se analiza un particular mito, el de Tangun, que ha sido y, todavía es, un referente identitario en Corea, sirviendo de base para la justificación y legitimización del más arcaico Estado coreano. Los componentes chinos aquí presentes y los enfrentamientos clánicos que se sugieren, forman parte relevante de este mito. Espero sea del agrado de la mayoría y tenga utilidad para alguien. 

Prof. Dr. Julio López Saco
UM-AEEAO-UFM, abril. 2023.

3 de abril de 2023

Historia del diluvio en la mitología griega. Motivo y características (II)

 

Imagen: un grabado de Virgil Solis para ilustrar la obra de Ovidio Metamorfosis (1530-1562).

En los mitos del diluvio de la antigua Grecia las montañas desempeñan un rol capital. Así, con ayuda del arca, Deucalión y Pirra alcanzan el Parnaso. Un elemento esencial del motivo de la salvación radica en la memorización del acontecimiento así como en el establecimiento de un nuevo ordenamiento que principia por la relación con la esfera de las deidades. Deucalión es el encargado de volver a instaurar el vínculo divino a través del sacrificio que dedica en honor de la divinidad que propicia la gran inundación aunque ahora en una advocación plenamente favorable: Zeus phýxios, al que se le sacrificará el carnero dorado que salvó a Frixo, aunque Arriano señala que en una versión argiva del diluvio se honra a Zeus aphésios.

El sacrificio ofrecido por Deucalión responde a la gratitud, si bien la intención última es restituir la conexión divina y su plena eficacia estableciendo, por lo tanto, una reciprocidad. Zeus ofrece su respuesta por medio de Hermes colmando el deseo humano de compañía, recreando así la raza humana. La soledad de la pareja espera y desea, en palabras de Higino o de Nigidio Fígulo, una compañía. La generación de humanos a partir de piedras aparece reflejada en Hesíodo, aunque es con Píndaro cuando se asocia con el relato del diluvio. Se podría estar aquí simbolizando la dureza de su origen con aquella de las piedras En tal sentido, es probable que esta antropogonía fuese un relato independiente en origen. De hecho, en los paralelos del Próximo Oriente precede la creación de los hombres a la devastación, aunque en todo caso, la inundación marca un punto de inflexión en la condición de ser humano en relación a su fecundidad, mortalidad y longevidad. Algunos análogos en lo tocante a la generación humana permiten pensar en el tema de la autoctonía. Así, es el caso del accionar en Tebas por parte de Cadmo con los dientes del dragón que previamente mató, o el de la generación de los mirmidones desde las hormigas, concesión de Zeus a Éaco. La humanidad que nace de una acción distinta de la pareja primordial sobreviviente implica un concepto genérico de la condición humana.

Luciano, en el siglo II, establece que la aventura de Deucalión señale el inicio de la historia heroica; es decir, la época en la que deidades y mortales se encuentran en la tierra, además de ubicar al margen de Grecia el escenario de la historia diluviana, un extrañamiento que conlleva una triple variación. Por un lado, el carácter universal tanto de la hecatombe diluviana como de la destrucción de la humanidad, excepción hecha de la pareja heroica que sobrevive; por otro, una moralización de la decisión divina con la contrapartida de la degeneración de los seres humanos; y finalmente, la presencia de animales. Por medio de los dos primeros elementos se establece una relación con los ortodoxos relatos del diluvio en el seno de la cultura occidental, tanto el que aparece contenido en el Génesis bíblico, como el que es referido en las Metamorfosis de Ovidio. Con Luciano se consolida una versión distinta a la de Apolodoro. Hay un intento de armonización de la versión de Luciano con las arcaicas historias diluvianas, en especial la versión sumeria, que el mundo greco-helenístico conoce por medio de las Babyloniaká de Beroso, quien presentaba una historia de la monarquía de Babilonia seccionada debido a la devastación de la inundación.

En esta versión del diluvio por parte de Luciano lo más novedoso es el motivo de la salvación. Deucalión sacrifica a las divinidades para luego erigir un templo en el sitio en el que se abrió una enorme sima salvífica (las aguas diluvianas se recogen en ella y regresan al abismo). Tal acción provoca la memoria del evento a partir del acontecimiento traumático, por la cual se debe recordar siempre tanto el peligro como la salvación última.

El origen de las historias grecorromanas de la inundación diluviana se encuentra en la muy abigarrada mitología próximo-oriental, si bien el modo en que se desplazaron las historias y cómo fueron los contactos que facilitaron sus transmisión y su asimilación a un nuevo ámbito cultural, no resultan fáciles de establecer. Hay dos obras literarias acadias que incorporan versiones del motivo del diluvio. Una de ellas es el Atrahasis (recibe su denominación por el nombre del héroe del diluvio), composición de la época paleo babilónica (entre 1900 y 1600 a.e.c.) que ha llegado hasta nosotros en varias versiones; una de ellas en babilonio antiguo, clásica, cuyo documento más antiguo está firmado por el copista Kasap-Aya, quien dice que labora en el reinado de Ammi-saduqa (1646-1626 a.e.c.), y la otra del final del período asirio que proviene de la célebre biblioteca de Nínive.

El poema abarca la historia mítica desde que el mundo es partido entre las grandes deidades hasta los tiempos postdiluvianos. Cuenta, básicamente, el modo cómo la raza humana fue generada, adaptándose a las necesidades divinas. Los seres humanos fueron creados para llevar a cabo aquellas labores que las deidades menores se habían negado a realizar. El fenómeno diluviano será un cuarto intento, después de una sequía, una hambruna y una pestilencia. Un intento que, como los demás, también fracasa debido al apego de una de las divinidades a las criaturas humanas. La cuestión genésica será básica en el relato babilónico, en tanto que se oficializa un definitivo reajuste en el régimen de reproducción, ya que desde ahora, los humanos serán mortales, disfrutarán de una vida más breve y, además, sufrirán la decrepitud por medio de una implacable vejez.

La otra obra, el Poema de Gilgamés, es una composición que ha llegado hasta hoy en varias versiones. La mejor conservada es la denominada estándar (ninivita, en doce tablillas), fechada en el período babilonio medio. Otras versiones son más antiguas, y algunas más son tardías. En la versión estándar, la historia del diluvio es una narración en segundo término, relatada por un personaje interno de nombre Utnapishtin, hacia el que Gilgamés se dirige con la intención de obtener la inmortalidad.

El diluvio en Grecia, en su forma de mito, no existía ni en Hesíodo ni tampoco en Homero. Tal motivo desplegado en mito solamente acontece, como ya se mencionó, a principios del siglo V a.e.c., apareciendo en la comedia y en la poesía de elogio. Algunos autores, especialmente Jan Assmann, han señalado la pertinencia de un proto mito diluviano. En la generalidad, el motivo diluviano presenta un proceso de corrección y mejora de la creación, una suerte de rectificación necesaria por culpa de un elemento discordante y algo forzado, el ser humano frente a las expectativas de su divinos creadores. En tal sentido, la acción humana en la creación introduce un desequilibrio que provoca que la divinidad deba subsanarlo. La final salvación humana y su ulterior pacto con las deidades no deja de resultar sorprendente. El proto mito se confirmaría en diversas modalidades. En Egipto, por ejemplo, por medio de la separación de tierra y cielo; en las culturas del Próximo Oriente por mediación de una catástrofe, principalmente un diluvio devastador.

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Prof. Dr. Julio López Saco

UM-AEEAO-UFM, Abril, 2023