A partir de los testimonios chinos de época de los Tres Reinos, en el siglo III, sabemos de la presencia en el delta del río Mekong de unidades políticas sin fronteras establecidas, que reunían poblaciones vasallas o dependientes que debían rendir cuentas a un poblado líder, denominadas mandala. Se conocen relativamente bien los mandala de Funán, Chenlá y Angkor. El primero de ellos fue un relevante enclave comercial que mantuvo contactos con el subcontinente indio, de donde procedió el devocionismo hinduista hacia Visnú y Shiva, el budismo y el empleo del sánscrito. En el siglo VI, y hasta el VIII, el mandala de Chenlá desplazó el centro de poder hacia el interior del territorio. En esta época, todavía de profundos intercambios con India, destaca el rey Jayavarman I. A comienzos del siglo IX, el soberano Jayavarman II reunifica el anarquizado reino Chenlá y lleva a cabo la conquista de ciertos territorios hasta configurar el reino o imperio Jemer, estableciendo su corte y capital en la zona de Angkor, en un área denominada en la lengua jemer Tonle Sap o Gran Laguna, muy propicia para la pesca y el cultivo de arroz. La nueva monarquía de Angkor, estrechamente vinculada con Shiva tuvo su período de mayor esplendor en el siglo XII, momento en el que rey Suryavarman II (1113-1150), anexiona territorios de Tailandia y Laos y construye, hacia 1140, el templo amurallado de Angkor Wat. Con Jayavarman VII, el primer monarca budista de la región, que reinó desde 1180 hasta 1218, se fundó el magnífico Angkor Thom, tras el saqueo realizado por Champa (reino que habitaba el centro de Vietnam), y que motivó el necesario cambio de la sede cortesana. A fines del siglo XIII, los testimonios acerca de Angkor se hacen cada vez más escasos y se interrumpe la actividad constructiva en la capital. El inicio del declive, quizá motivado en buena medida por conflictos sucesorios y por guerras contra otros mandalas cercanos (Dvaravati, Sukhotai, Ayuthaya), se consumó durante el primer tercio de la siguiente centuria. Hacia 1431 el ejército de Ayuthaya, reino que poseía su territorio en la actual Tailandia, saqueó la capital y, desde ese momento, la fastuosa y legendaria Angkor Thom, que llegó a tener más de cien mil habitantes y a ser el principal referente de una sociedad urbana destacada, fue abandonada para siempre.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB, Caracas
6 de enero del 2011
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