El término sumerio Inim, palabra, pronunciamiento de una decisión solemne, se refiere a las palabras formales y sacras de un sacerdote o mago, a partir de las cuales se desarrolló un sentido de encantamiento. Los semitas antiguos creían que una palabra pronunciada con formalismo, y contenedora de la fuerza de una orden o promesa, podía materializarse en algo real y definido, en una entidad. Esto significaba que las palabras de un sacerdote en circunstancias solemnes generaban un poder mágico. El vocablo se aplicaba a los dioses (un grupo de unos cincuenta) para la totalidad de los acontecimientos naturales. Es muy probable que representasen, en un primer momento, y a partir de un proceso sincrético, a las deidades patronales de las distintas ciudades sumerias. Ulteriormente se conocerían con el epónimo de Anunna ó Anunnaki. Pueden corresponderse, finalmente, a las divinidades esenciales del Cielo, cuyo carácter diferenciador se fundamentaba en su capacidad generadora y creativa.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB
9 de febrero del 2011
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