Numerosos
son los héroes griegos fundadores y civilizadores en el marco de la mitología
griega. Entre ellos se destacará, en esta oportunidad, la relevancia de dos de
ellos, Cadmo y Teseo, aprovechando un par de imágenes alusivas a ambos, una
representación vascular y un mosaico, respectivamente.
Agenor,
rey de la fenicia Tiro y padre de Europa, encarga a sus otros hijos que busquen
a su hermana y que no se les ocurra
regresar sin ella. Cadmo indaga en el oráculo de Delfos el paradero de Europa,
aunque el mandato oracular resulta ser otro: debe seguir a una vaca y fundar una ciudad en el lugar en donde el
animal caiga sin fuerzas. Así lo hizo. Exhausta la vaca, la sacrificó a las
deidades fundando Cadmea; esto es, Tebas, ciudad principal de Beocia. El relato
se enmarca en los orígenes de las poleis
helenas.
En
el caso de Cadmo no fue un asunto pacífico. El héroe tuvo que matar al dragón
que protegía una fuente próxima, para inmediatamente después, guiado por el consejo
de Atenea, sembrar los dientes de la fiera. De ellos surgirán hombres armados
que se enfrentarán entre sí, hasta quedar únicamente cinco. La expresión
simbólica de este hecho supone considerar que la ciudad no consumó su unión
política de las zonas adyacentes bajo su dominio, y que la fundación del núcleo
urbano supuso una enconada lucha. En la imagen seleccionada, una escena de una
copa espartana del siglo VI a.e.c., hoy en el museo del Louvre, Cadmo se
enfrenta al dragón, con evidente aspecto serpentiforme, que había sido enviado
por Ares, delante de un recinto columnado con capiteles dóricos.
Teseo,
cuyo nombre ya implica el que lleva a cabo una fundación, hijo de Egeo, se
considera el fundador de Atenas como polis, aunque algunas versiones mencionan
a Erictonio o Cécrope como sus primeros soberanos. Egeo, tras consultar el
oráculo délfico, se encuentra en la corte del rey Piteo de Sición, quien sabía,
también por mediación del oráculo, que en breve nacería un gran héroe.
Aprovechando la presencia de Egeo en su corte logra, tras varias artimañas, que
se acueste con su hija Etra y conciban ese futuro héroe, a la postre su nieto.
Ya a sabiendas de lo ocurrido, el rey ateniense coloca unas sandalias y su
espada bajo una roca para así reconocer a su propio hijo si se dirigiese algún
día a Atenas.
Unos
años después, Etra le reveló a su hijo la verdadera identidad de su padre, de
forma que recogió los útiles que Egeo había escondido y se encaminó con destino
a Atenas. En el camino, libera territorios infestados de monstruos (Procustro,
Sinis y Perifetes, hijo de Hefesto, entre otros) ayudando finalmente a su padre Egeo a
combatir a los Palántidas, familia de usurpadores que intentaban tomar el reino
por la fuerza.
Teseo,
en realidad, fue esencial en la formación de la polis ateniense, siendo el
responsable del modelado político de Atenas Configura Atenas, según cuenta Plutarco,
agrupando bajo un liderazgo único las diferentes comunidades del Ática, a
partir de ese singular proceso conocido como sinecismo o unión de oikos. De esta manera, se convierte en
el fundador de las principales instituciones atenienses, como el consejo
aristocrático y la Bulé. En la imagen escogida, un mosaico romano datado en el
siglo IV, Teseo, representado en el centro dela imagen, vuelve en barco a
Atenas tras haber abatido al minotauro en el laberintto de Creta.
Prof. Dr. Julio López Saco
UM-FEIAP-UFM, noviembre, 2021.
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