9 de enero de 2024

El nombre de la Península Ibérica en la antigüedad. Un acercamiento


En la imagen que acompaña las siguientes líneas, se aprecia el reverso de un conocido denario en plata acuñado por el emperador Adriano en homenaje a su provincia de procedencia, Hispania, aquí representada personificada como una mujer reclinada portando una rama de olivo en su mano derecha. A sus pies, se observa lo que parece ser un conejo. La rama de olivo alude a la propia región, como es sabido, célebre por la excelente y abundante producción de aceite de oliva, mientras que el pequeño roedor sentado a sus pies es también una referencia a la abundancia de estos animales en la Península Ibérica, hasta el extremo de que el poeta latino Cayo Valerio Catulo (siglo I a.e.c.), la llegó a denominar como Iberia conejil (aunque probablemente fuesen damanes, unos ungulados arcaicos cuyos principales parientes cercanos vivos son los manatíes y los proboscídeos). Otros autores clásicos señalan asimismo esta circunstancia, como Tito Livio, César, Cicerón, Plinio el Viejo o Catón.

El nombre de España mismo podría proceder, según la estimación de algunos especialistas, del término fenicio i-span (Sphan), tierra, costa o región de conejos en la interpretación romana. No obstante, en el siglo XVIII se entendía este vocablo fenicio como “norte”. También resultaría factible, pero en la actualidad muy discutible, la evolución, por mutación de fonemas, a partir de la denominación griega Hesperia (occidente, poniente, de ahí las Hespérides, mélides, ninfas arbóreas, cuyo jardín estaría, según Estrabón, en Tartessos, al suroeste de la península), que los helenos otorgaban a Italia y España. Otros nombres descriptivos ofrecidos por las fuentes clásicas fueron, entre otros, Sicania, Iberia (término geográfico, en Estrabón, a partir de Asclepíades y en coincidencia con Avieno, aunque con procedencia distinta para Justino); y Ophiusa (por los griegos, tierra o terreno de sierpes).

Hispania, palabra usada desde principios del siglo II a.e.c., sería equivalente a Iberia, tal y como aparece en los Annales de Ennio. La teoría más aceptada hoy por la crítica es la propuesta por ciertos investigadores expertos en filología semítica del CSIC, quienes advirtieron no hace mucho de que el término spy es batir metales desde la perspectiva fenicia, de donde saldría territorio en donde se forjan metales. Señalan, además, que el conejo era un animal desconocido para los fenicios.

Prof. Dr. Julio López Saco

UM-AEEAO-UFM, enero, 2024.


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