La historiografía
romana surge a partir de la influencia de la literatura histórica griega. En
tal sentido, los más antiguos historiadores romanos, como Fabio Píctor, no solo
escriben en griego, la lengua culta, sino que fechan los eventos por olimpíadas
y siguen empleando medidas griegas. La estimulación literaria es, no obstante,
tardía: parte de las tendencias helenísticas, especialmente del tipo denominado
historia fundacional, cuyo patrón se convierte en esencial. Definir lo que es
Roma, clarificar su identidad y su predominancia política, serán los objetivos
de los representantes de la historiografía primigenia, que recurría al pasado
mítico fundacional para identificar el carácter y las hazañas propias del
componente romano. El patrón historiográfico antiguo, como el de la
historiografía romana, se fundamenta en el carácter mítico de la historia
fundacional, cuyo fundamento son los tiempos originarios, primigenios, momentos
en los que nacen las comunidades y ciudades que protagonizan las narraciones.
Estos primeros años de existencia marcan el carácter de la colectividad y la
representan. Remontarse a fechas lejanas, al margen de la temporalidad
histórica, perseguía un objetivo identitario: el carácter, la idiosincrasia del
pueblo refleja, la impronta de sucesos y acontecimientos de carácter legendario
y mítico. Así, mitos y leyendas se empleaban como herramienta explicativa, al
menos hasta Polibio (siglo II a.n.E.)
Prof. Dr. Julio López Saco
Doctorado en Historia y en Ciencias Sociales
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