18 de noviembre de 2013

Mito y arqueología de los yacimientos del Peloponeso griego II: Micenas y Tirinto




IMÁGENES, DE ARRIBA HACIA ABAJO: PUERTA DE LOS LEONES EN MICENAS; RESTOS DE PINTURA MURAL. MUSEO DE MICENAS; FIGURILLA HALLADA EN UN SANTUARIO EN TIRINTO; Y VISTA AÉREA DE LA FORTALEZA DE TIRINTO.

Cuenta la tradición que fue Perseo (hijo de Dánae, a su vez, hija del rey Acrisio de Argos, y Zeus) el fundador de Micenas. Tras un accidente, que supone la muerte de su abuelo, Perseo debe exiliarse. Busca un lugar adecuado para fundar una ciudad. Cuando llega a donde hoy está Micenas, ve una micen (un tipo de seta), la corta, e inmediatamente, surge una fuente de agua, ante lo que decide fundar ahí el asentamiento[1]. Con la ayuda de los cíclopes, en un lugar elevado funda la acrópolis y la rodea con grandes muros. Perseo y su esposa Andrómeda serían, entonces, los fundadores de la dinastía de los perseidas, que gobernarían, inicialmente, la ciudad. No obstante, la mayor gloria del asentamiento coincide con la mítica dinastía de los atridas, que sucede a los perseidas. Los hermanos Tiestes y Atreo llegan a Micenas desde el Peloponeso occidental tras ser expulsados por su padre después de que hubieran asesinado a su otro hermano, Crisipo. Como indicaba el oráculo, la familia estaría maldita por diversos y atroces crímenes. Aérope, la esposa de Atreo, lo engaña con su propio hermano. En venganza, Atreo mata a los hijos de Tiestes y se los sirve como cena. Los hijos de Atreo, Menelao y Agamenón, cuyas respectivas suertes se conocen bien a través de los poetas homéricos y la tragedia, se desplazarían a Esparta para emparentarse con las hijas del rey Tindáreo, Helena y Clitemnestra. Agamenón, no obstante, regresa a Micenas, de la que se convierte en rey. Después de combatir durante años en la guerra de Troya regresa a casa con la princesa Casandra, pero Egisto (un hijo de Tiestes que había sobrevivido al tétrico banquete de antaño), en colaboración con su  propia esposa Clitemnestra, los asesinan. Unos años más tarde, su hijo Orestes vengará su muerte. Acabará casándose con una hija de Menelao, Hermíone, con la que procreó a Tisameno, último vástago de los atridas.
La ciudad baja de Micenas presenta hoy vestigios de viviendas y agrupaciones de sepulturas, entre las que destacan un grupo de tumbas de cámara en las que se inhumaron familias nobles. La principal tumba real, de entre un conjunto de nueve, es la denominada Tumba de Agamenón (llamada Tesoro de Atreo por Pausanias), caracterizada por su abovedamiento ecfórico. Otras relevantes son las llamadas, convencionalmente, Tumba de Clitemnestra y Tumba de Egisto. Otros registros arqueológicos relevantes son la Puerta de los Leones (animales que simbolizan la ciudad), las ruinas de la sitapoziki, un gran almacén de trigo en el que aparecieron gran número de tinajas con cereales; el Círculo de tumbas B, con 24 recintos funerarios; el Círculo de tumbas A, con seis tumbas en fosa en donde aparecieron varios esqueletos; y el palacio, en el que se pueden apreciar los restos de la sala de huéspedes y un gran patio.
Según la tradición mitológica, la acrópolis de Tirinto fue construida por el licio Preto con la ayuda de los cíclopes. Sin embargo, su hijo, de nombre Metapentes, cede el territorio a Perseo, fundador de Micenas, a cambio del reino de Argos. Tirinto estuvo habitada desde el protoheládico. En la zona más elevada de la acrópolis estaba ubicado el palacio, delante del cual existía un patio cuadrado porticado en tres de sus lados. Un palacio más pequeño, convencionalmente llamado “mégaron de la reina”, no se encuentra muy alejado del primero.

Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB, Caracas


[1] Otra versión cuenta que se le cayó la empuñadura de la espada (micen). Perseo consideró que tal hecho, aparentemente casual, era, sin embargo, una señal divina.

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