7 de diciembre de 2015

Peculiaridades de la Monarquía en Roma

La singularidad más relevante de la monarquía romana es que no era hereditaria. Según la leyenda más conocida y difundida de los orígenes de Roma, el hijo de Eneas fundó una dinastía “hereditaria” en Alba Longa. Sin embargo, esa dinastía albana es una invención de los anticuaristas, quienes la crearon por motivos cronográficos.La interpretación más probable sería, en consecuencia, que la monarquía romana era un sistema electivo, en el que existían ciertas relaciones, en ocasiones de sangre, entre algunos reyes y sus sucesores. La tradición da a entender que los soberanos podían designar a sus sucesores electos colocándolos en diversos cargos de responsabilidad pública; de este modo, Tarquino Prisco fue la mano derecha de su antecesor, Anco Marcio, y a su vez fue sucedido por su general favorito, Servio Tulio. Un indicio claro de la relación existente entre los reyes y sus sucesores es el hecho de que a menudo eran parientes por alianza. El mencionado Servio Tulio era yerno de Tarquino Prisco, en tanto que Tarquino el Soberbio lo fue de Servio Tulio.
En las leyendas de la monarquía romana las mujeres son en ciertas ocasiones un instrumento relevante en el proceso de la sucesión, desempeñando un papel ciertamente decisivo a la hora de nombrar al rey. Como en los cuentos populares, las leyendas relativas a la monarquía romana contienen el tema del advenedizo que se casa con la hija del rey y de esa forma consigue el trono. El ejemplo clásico más significativoal respecto es la leyenda de Eneas, que se casa con Lavinia, la hija del rey Latino, y a la muerte de éste se convierte, así, en rey de los latinos. Muchos soberanos eran, por lo tanto, advenedizos. Tal es, en un sentido literal, el caso de Numa Pompilio y Tarquino Prisco; el primero era sabino y el segundo tenía un origen mixto, tanto griego como etrusco.
Otro elemento de notable  interés es que los reyes no eran de sangre patricia. Sin duda ese es el caso de Numa y Tarquino Prisco, ambos emigrantes, así como también de Servio Tulio. Por otra parte, la condición plebeya de los Hostilios y de los Marcios parece un claro indicador de que el tercer y el cuarto rey de Roma tampoco fueronpatricios. Irónicamente, ninguna de las grandes familias patricias, entre las que se cuentan los Cornelios, los Valerios, los Fabios o los Emilios,nunca dieron ningún rey.
El procedimiento de elección del rey era complejo. La institución crucial era el interregno. Cuando se moría un rey, los cabezas de familia patricios (patres) se turnaban en el cargo de interrex durante cinco días cada uno de ellos. El interregno (al menos según Livio), duraba un año, al término del cual se realizaba la elección. De este modo, en el proceso de nombramiento del nuevo rey participaban los patricios y la asamblea del pueblo. Esto es, el nombramiento del rey se realizaba con la autorización de los Padres y por mandato del pueblo. Eran los patricios los que elegían al rey, si bien parece también bastante seguro que ellos no podían ser elegidos. Eso sí, entregaban los auspicios al rey, que tenía el deber de conservarlos vitaliciamente. A su muerte, esos auspicios volvían a los Padres. Llevaban a cabo esta acción por medio de un rito religioso en el que se solicitaba a los diosesque aprobasen al nuevo monarca a través de una serie de signos favorables. Esta era la inauguración del rey.
En definitiva, el rey era un advenedizo, en ocasiones también un extranjero, pero en cualquier caso era elegido siempre entre individuos que no perteneciesen a la aristocracia patricia. La elección constituía un proceso sofisticado en el que participaban el soberano anterior, los patricios, las divinidades y el pueblo. No obstante, en los últimos tiempos de la monarquía, esas formalidades se fueron pasandopor alto, y el poder acabaría cayendo en manos de usurpadores, autócratas y tiranos.

Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. Venezuela

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