14 de septiembre de 2024

Celtas: mitomanía e identidad



Imágenes: arriba, estatua de Viriato en Zamora, de Eduardo Barrón González; abajo, cajetilla de los cigarrillos Celtas, con un guerrero como emblema. 

A comienzos del siglo XVIII, la Archaeologia Britannica de Eduard Lhuyd entendía que los celtas descendían de un hijo de Noé, concretamente de Jafet, lo que los convertía, súbitamente, en los primeros y más arcaicos pobladores del Europa y en los que habían erigido los célebres megalitos. Los celtas, asociados a la emergencia y reforzamiento de los estados nación, eran el paradigma de un noble y prestigioso pasado. Pero para hacerlos reales merodeadores de la cultura popular había que representarlos; es decir, para creer en ellos había que visualizarlos. Y ello empezó a ocurrir en carteles y en los manuales escolares franceses. En los libros del académico e historiador Ernest Lavisse apareció un especial “saber escolar”, un singular discurso para educar moral y políticamente, si bien pleno de errores, omisiones y tergiversaciones. Es el inventor de la célebre “Nuestros ancestros los galos”, en tanto que estos se veían como la base identitaria y fundacional francesa y, por tanto, como los ancestros nacionales. Se tomaba un determinado y “prestigioso” pasado para presentificarlo.

A tales imaginarios escolares se sumaría una suerte de manía escultórica así como la siempre grandilocuente pintura histórica. Baste recordar solamente unos pocos ejemplos: la decimonónicas estatuas de Vercingétorix en Clermont-Ferrand y en Alesia; las del lusitano Viriato en Zamora y en Viseu, de principios del siglo XX; la del rey de los Eburones, de nombre Ambiorix, en la localidad belga de Tongeren (es un héroe fundacional para ese país); o la de la britana reina Boudica en Londres. Los celtas llegarían a la publicidad francesa; así, Les Gaulois, inspiración de publicidad gráfica de alimentos, como queso o carne; de cigarrillos Gauloises (ese pitillo tan delicadamente francés); de jabones, neumáticos o de bebidas, alcohólicas o no (tisanas, cervezas, elixires varios). En España, cómo no recordar los cigarrillos Celtas (al principio sin boquilla), de gran impacto en las siguientes décadas posteriores a la Guerra Civil. Asimismo, no se puede olvidar el “renacimiento” de castreños o celtíberos en cómics, caso de Os Barbanzons, La Estrella del crepúsculo numantino (relativamente reciente, del 2006), o Thurrakos, del 2012, unos singularmente interesantes celtíberos de la comunidad de Aragón. T

Todos sabemos la popularidad de los celtas en el marketing actual, fruto de una romántica celtomanía, en grupos musicales (los ya legendarios Celtas Cortos vallisoletanos), tabaco, marcas de leche o clubes deportivos (Celta de Vigo, Boston Celtics, Celtic de Glasgow). Cada cierto tiempo histórico los celtas siempre se reinventan, por eso insisten, resisten y persisten. Así, como advertía Jacquetta Hawkes, cada época tiene los celtas que merece o que anhela.

Prof. Dr. Julio López Saco

UM-AEEAO-UFM, septiembre 2024.


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